La reapertura de escuelas y colegios plantea desafíos sanitarios. La COVID-19 aún representa una amenaza, pero no se debe descuidar la irrupción de otros patógenos respiratorios.
Su enfoque preventivo la convierte en un buen complemento. Tratar al paciente integralmente y objetivar los síntomas por más mínimos que parezcan, se traduce en resultados sinérgicos para la salud general.
La Medicina Física y Rehabilitadora tiene como objetivo facilitar, mantener o devolver el mayor grado de capacidad funcional al paciente. La persona vuelve a ser autovalente, al desaparecer el dolor o disminuir a un nivel mínimo.
Durante las últimas tres décadas, el aumento de esta patología se asocia con cambios de hábitos en la sociedad y a la predisposición genética.
La crisis sanitaria ha provocado un incremento en la demanda de servicios de salud mental, lo que afecta directamente a quienes sufren patologías como ansiedad o depresión.
La relación y colaboración entre médicos y familiares para contribuir al bienestar físico y psicomotor de estos pacientes es el factor más importante para lograr una evolución favorable a largo plazo.
Esta forma colaborativa en salud logra una buena adherencia a la terapia para una rehabilitación completa de los afectados.
Conocer cómo evitar los factores desencadenantes de la enfermedad es clave para alcanzar una mejor calidad de vida.
Convencido que todo endocrinólogo tiene que saber el porqué de esta patología y los grandes avances desarrollados para su manejo, escribió un libro que aborda su devenir.
Es importante acudir de forma rutinaria a controles oftalmológicos después de los 40 años como forma de prevención, ya que existe un elevado número de personas que lo padece y no lo sabe.