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28 Febrero 2022

Dr. Ronald Tapia Pijuan:

"Tenemos que educar a la población acerca de los trastornos mentales”

La crisis sanitaria ha provocado un incremento en la demanda de servicios de salud mental, lo que afecta directamente a quienes sufren patologías como ansiedad o depresión.

La pandemia por COVID-19 ha supuesto un gran impacto sobre la salud mental. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha existido una pausa en los servicios esenciales en esta materia en 93% de los países, mientras aumenta la necesidad atención.

Los pacientes diagnosticados con estas patologías son uno de los grupos que se ha visto más afectado con la cuarentena y el aislamiento social, ya que la disminución de su actividad física, pérdida de ingresos, miedo, aislamiento y posibles duelos han generado una baja adherencia al tratamiento. 

“Antes de la pandemia existía alta prevalencia de estas afecciones. El suicidio, por ejemplo, es una consecuencia final de la depresión y se calcula que cada 10 segundos una persona en el mundo acaba con su vida”, explica el doctor Ronald Tapia Pijuan, director médico del Hospital Psiquiátrico Benito Menni de Santa Cruz de la Sierra.

Además, comenta que estas enfermedades “tienen una relación directa con los factores externos y el encierro, aislamiento social, miedo, angustia que aumentan significativamente los trastornos depresivos. Para la OMS, la depresión será la pandemia posterior a la que estamos viviendo y es algo que en consulta hospitalaria se ha evidenciado”, concluye el médico psiquiatra de Clinica Inside.

- La depresión representa un problema de salud pública, ¿qué signos indican su padecimiento?

Al momento de hablar sobre trastorno depresivo se piensa que se refiere al estado de ánimo y en realidad se refleja en: trastornos del sueño, pensamientos alterados -escenario de catástrofe y que todo puede salir mal- sentimiento de incapacidad e inferioridad, problemas de concentración, aislamiento, malhumor, dolores físicos y sensibilidad. 

- El trastorno de ansiedad ha sido otro problema que se ha incrementado…

Los trastornos de ansiedad y depresivos son los dos más prevalentes en el mundo. Pero aún existen bastantes casos no diagnosticados.

Esta enfermedad corresponde, principalmente, a sentimientos de angustia y miedo donde el cerebro se encuentra en un modo de supervivencia para poder defenderse, pero lamentablemente la persona ha quedado con secuelas que no le permiten volver a la vida normal que tenía sintiéndose amenazado y necesitando ayuda médica.

- ¿Cómo se visualiza el panorama?

En mi experiencia se puede evidenciar que los trastornos de ansiedad y depresión son los principales motivos de consulta. La OMS muestra que en el 2025 serán las primeras causas por las cuales las personas no podrán llevar su vida normalmente, viéndose interrumpidas sus actividades habituales como ir a trabajar, sociabilizar, entre otras. Es algo que ya se está viendo por lo que en los próximos años va a afectar a gran parte de la sociedad.

- ¿Qué reflexión puede hacer sobre la crisis sanitaria y qué aspectos positivos podría rescatar?

Nos ha demostrado y enseñado a conocer más estas afecciones. Sin embargo, aún existe el pensamiento en la sociedad respecto a que las patologías mentales solo son falta de actitud y que se pueden corregir con fuerza de voluntad. Es un concepto que debemos cambiar, educando a la población.

Por otro lado, la información actual ayuda a entender que no se pueden evitar y que se debe acudir a un profesional de salud mental. La discriminación está disminuyendo y como médicos tenemos la responsabilidad de encontrar las soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas.

- ¿Cómo ha cambiado el enfoque de tratamientos?

Hemos tenido la necesidad de ir evolucionando junto con la sociedad. Los trastornos emocionales están tomando importancia y se necesitan especialistas que eduquen a la población a conocer y reconocer sus emociones, en donde el enfoque no sea sobrevivir, sino en tener una buena calidad de vida, aprender hábitos saludables que puedan beneficiar en el crecimiento personal. Para esto necesitamos el trabajo integral de todos los que están comprometidos con la salud mental.

Por Camila Gutiérrez P.