Revertir detecciones tardías y diagnósticos erróneos son los principales desafíos para enfrentar factores de riesgo específicos.
Nueva clasificación favorecerá diagnóstico, tratamiento y registro de millones de personas que viven con la patología en el mundo, la cual genera un fuerte impacto biopsicosocial y obliga a un manejo multidisciplinario.
Este periodo puede traer satisfacciones y transitarse con un enfoque positivo. Lo importante, es derribar mitos y que las usuarias conozcan las opciones terapéuticas.
Las temperaturas extremas aumentarán, lo que significa una alerta para personas de la tercera edad con cardiopiatías, quienes son más vulnerables a las olas de calor.
Además de los avances en medicamentos se han desarrollado opciones mínimamente invasivas, entre ellas la estimulación cerebral profunda, terapia térmica intersticial con láser y neuroestimulación receptiva.
La tarea está en formar profesionales capaces de identificar las diferencias biomédicas y psicosociales relevantes entre hombres y mujeres en distintas enfermedades.
Esta medida ayudaría no solo a desarrollar y mantener un comportamiento seguro, sino también a reducir el estigma y la discriminación de quienes viven con el virus.
Esta técnica busca el beneficio de la mujer y personas con capacidad de gestar al colocar un método anticonceptivo previo al alta post evento obstétrico.
Según la Federación Mundial de Obesidad, mil millones de personas en todo el mundo, incluyendo una de cada cinco mujeres y uno de cada siete hombres, vivirán con esta afección para 2030.
Para alcanzar este objetivo la prevención primaria es fundamental. Esta consiste en adoptar una serie de medidas enfocadas en evitar la ocurrencia de complicaciones cardiovasculares a largo plazo.