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lo que puede causar problemas clínicos serios con cualquier estructura llena de gas, por ej.
vísceras huecas y cavidades, un neumotórax no resuelto puede evolucionar a tensión
agravando la condición del paciente, o la expansión de un neumotórax subclínico preexistente
puede presentarse durante el vuelo y requerir la colocación urgente de un drenaje. Un
neumotórax se expande hasta 34,5% del volumen inicial a 2.438 m.
– La humedad también constituye problema, la cabina incorpora aire ambiente de la atmósfera,
de manera tal que la humedad disminuye al aumentar la temperatura, lo que produce sequedad
de las secreciones del paciente y problemas en el intercambio de gases, esto es menos probable
en el paciente que va en ventilación mecánica con filtros y humidificadores.
– Oxígeno. La hipoxemia es uno de los problemas más importantes del vuelo, y debe prevenirse y
no tratarse, principio fundamental en el aerotransporte de pacientes, en personas sanas la hipoxemia
produce alteraciones fisiológicas a alturas mayores de 10.000 pies, situación que se minimiza
con la presurización de las cabina, pero en pacientes con problemas respiratorios, la hipoxemia
se puede presentar a alturas de vuelo normales, por ello el objetivo fundamental en estos casos es
mantener una fracción inspirada de oxígeno constante durante todo el vuelo y una disminución
de todos aquellos factores que produzcan aumento de la demanda tisular de oxígeno.
–
Aceleración-desaceleración.Alinicio de un vuelo el organismo experimenta una aceleración de
tipo lineal simple y al final una fuerza de desaceleración, es importante entonces la correcta
colocación del paciente para minimizar el estrés de una aceleración sostenida, estas fuerzas son
más importantes durante el despegue, por ej., el paciente con la cabeza hacia la nariz del avión
durante el despegue, recibirá la fuerza de aceración desde la cabeza hacia los pies, lo que dirigirá
la sangre hacia los pies, disminuyendo el flujo sanguíneo al cerebro y retorno venoso al corazón.
Un paciente aerotransportado es sometido a una mayor demanda fisiológica, secundaria a
la menor disponibilidad de oxígeno, expansión y compresión de los gases del cuerpo,
hipotermia, aceleraciones, vibración, turbulencia, ruido, etc. Si el paciente está en condiciones
críticas, el someterlo a un transporte aéreo sin tomar en cuenta todas estas consideraciones
podría causarle la muerte.
Consideraciones especiales
– El enfermo debe estar colocado dentro del avión en posición supina y con la cabeza hacia la
parte frontal del avión, independiente de la patología subyacente, pero en pacientes con
lesión cerebral se recomienda que la cabeza esté dirigida hacia la parte trasera del avión
durante el despegue y hacia delante durante el aterrizaje, favoreciendo así la mayor perfusión
tisular y reduciendo el impacto de las fuerzas de aceleración caudal, pero esto debe ser
evaluado con el riesgo de incremento de la presión intracraneana.
– Está contraindicado el transporte aéreo de un paciente con fractura de cráneo reciente o en
el posoperatorio inmediato de craneotomía, el aire intracraneal puede sufrir expansión y
producir efecto de masa.
– A un paciente con daño ocular reciente o que ha sido operado recientemente, se le debe extraer el
aire libre en el globo ocular, por el riesgo de aumento de la presión intraocular a grandes alturas.
Recomendaciones generales para el transporte aéreo médico
– Lesión neurológica con Glasgow <10 o lesión de medula espinal
– Emergencias agudas vasculares quirúrgicas o cardiacas que requieran resolución inmediata
– Heridas penetrantes o fracturas de cráneo depresivas o pacientes neurológicos con signos
de focalización
– Condiciones críticas en pacientes con compromiso hemodinámico o de la función respiratoria
– Causas obstétricas en que el traslado minimiza las complicaciones en el paciente o el feto
– Falla orgánica que requiera trasplante
Paciente crítico