Durante los últimos 20 años de su vida padeció de artritis. Aunque le era imposible mover las manos libremente, continuó trabajando con un pincel atado al brazo.
En noviembre se cumplen 100 años desde que el psiquiatra y patólogo alemán describió la patología neurológica que mereció su apellido, que aún es incurable y que afecta a más de 34 millones de personas en el mundo.