Pediatría
Lactancia enriquece la microbiota intestinal infantil
Alrededor de un 30 por ciento de las bacterias beneficiosas en el tracto intestinal de los bebés provienen directamente de la leche materna.
El establecimiento del microbioma del infante tiene implicaciones a lo largo de su vida tanto en su salud como en su inmunidad. Recientes observaciones muestran que las bacterias intestinales de quienes recibieron leche materna difieren de las de aquellos que no fueron amamantados. Tales diferencias se mantienen incluso en la adultez. Es sabido que este alimento contiene una población diversa de bacterias, pero se sabe poco acerca de la transferencia vertical de los microorganismos de la madre hacia los bebés.
Los investigadores, liderados por Grace M. Aldrovandi de la Universidad de California de Los Ángeles, determinaron la asociación entre la leche materna y las comunidades bacterianas intestinales de los niños. Para ello realizaron un estudio prospectivo, longitudinal, en el que se analizó la composición bacteriana en la leche materna, en el tejido conectivo areolar, y en muestras de heces infantiles de 107 pares madre y bebé sano. La identificación se basó en la secuenciación del gen del ARN ribosomal 16S en todas las muestras. El análisis fue llevado a cabo en Los Ángeles, California, entre el 1 de enero de 2010 y el 28 de febrero de 2015.
En los 107 pares sanos de madre e hijo (edad media en el momento de recogida de la muestra, 40 días, rango, 1 - 331 días), 52 (43,0%) de los lactantes eran varones. Los resultados evidenciaron que las comunidades bacterianas eran distintas en la leche, la piel areolar, y las heces, difiriendo en composición y diversidad. La comunidad microbiana intestinal de los bebés estaba más estrechamente relacionada con la leche y la piel de sus madres respectivas en comparación con otras progenitoras (P <0,001). Se utilizó el análisis de seguimiento de fuentes para estimar la contribución de la leche materna y el microbioma de la piel areolar para el microbioma intestinal del niño. Durante los primeros 30 días de vida, los lactantes que amamantan a fin de conseguir el 75% o más de su ingesta diaria recibieron en promedio (DE) un 27,7% (15,2%) de las bacterias de la leche y un 10,3% (6,0%) de aquellas de la piel areolar. Por último, la diversidad y los cambios en la composición se asociaron con la proporción de la ingesta de una forma dosis dependiente, incluso después de la introducción de los alimentos sólidos.
En conclusión, los resultados de este estudio indican que las bacterias en la leche siembran el intestino del bebé, lo que destaca la importancia de la lactancia materna en el desarrollo del microbioma de los niños.
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