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23 Enero 2007

Oncología

Imatinib sería la mejor opción de tratamiento en la leucemia mieloide crónica

El análisis inicial de este estudio, con un seguimiento promedio de 5 años, muestra un alto índice de respuesta y una tasa aceptable de efectos secundarios del imatinib como terapia inicial para la fase crónica de la leucemia mieloide en comparación a la combinación de interferón alfa con dosis bajas de citarabina.

La leucemia mieloide crónica (LMC) es un desorden mieloproliferativo caracterizado por la expansión de un clon de células hematopoiéticas que llevan el cromosoma Philadelphia (Ph). Este cromosoma resulta de una translocación recíproca entre los brazos largos de los cromosomas 9 y 22, t (9; 22) (q34; q11). La consecuencia molecular de este desplazamiento es una nueva estructura génica, el BCR-ABL, que codifica una proteína constitutivamente activa, la tirosina quinasa. El imatinib inhibe esta quinasa y en estudios a corto plazo ha demostrado ser superior al interferón alfa más citarabina para el tratamiento de la LMC recientemente diagnosticada en la fase crónica.

Docentes del Instituto del Cáncer de Oregón (Portland, Estados Unidos) asignaron aleatoriamente a 553 pacientes a recibir imatinib y a 553 a interferón alfa más citarabina para evaluar y determinar la supervivencia global y la supervivencia sin acontecimientos, la progresión a LMC en fase acelerada o a crisis blástica, las respuestas hematológicas, citogenéticas y moleculares y los acontecimientos adversos.

El seguimiento promedio fue de 60 meses. Las estimaciones de Kaplan–Meier de las mejores tasas acumuladas de respuesta citogenética completa en los pacientes tratados con imatinib fueron del 69% a los 12 meses y del 87% a los 60 meses. Un 7% de ellos evolucionó a LMC en fase acelerada o crisis blástica y la supervivencia global estimada de las personas que habían recibido imatinib como terapia inicial fue del 89% a los 60 meses. Los que presentaron una respuesta citogenética completa o en los que los niveles de los transcritos del gen BCR-ABL habían caído en al menos 3 log, tenían un riesgo significativamente menor de progresión de la enfermedad que los pacientes sin una respuesta citogenética completa (P < 0.001). Los acontecimientos adversos de grado 3 ó 4 disminuyeron con el tiempo y no hubo cambios significativos desde el punto de vista clínico.

Concluye la publicación, que tras 5 años de seguimiento, el tratamiento continuo de la LMC en fase crónica con imatinib como terapia inicial es capaz de inducir respuestas duraderas en una considerable proporción de pacientes.

Fuente bibliográfica

N Engl J Med. 2006 Dec 7; 355(23):2408-17

Ciencia y Medicina

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