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20 Junio 2022

Zoonosis: el enemigo que potenciamos

Las enfermedades transmitidas por animales muestran un aumento durante las últimas décadas como consecuencia de la falta de sustentabilidad socioeconómica y la destrucción de ecosistemas.

El SARS-CoV-2 y el reciente brote de viruela del mono son pruebas patentes del riesgo que representan las enfermedades zoonóticas para la salud pública. De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 75% de las patologías infecciosas son de origen animal [1]. Se han identificado más de 200 y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) anualmente provocan 2,7 millones de muertes. La estrecha relación con los animales en el medio agrícola, vida cotidiana y entorno natural se ha convertido en un problema que va en aumento.

Las zoonosis constituyen un grupo de enfermedades transmitidas desde los animales a las personas por contacto directo mediante fluidos corporales o a través de intermediarios como mosquitos u otros vectores. También se contraen por consumo de alimentos de origen animal que no cuentan con los controles sanitarios correspondientes o la ingesta de frutas y verduras crudas mal lavadas. Pueden ser provocadas por diferentes agentes como parásitos, virus, hongos o bacterias ocasionando desde molestias leves hasta el fallecimiento del hospedero.

En las últimas décadas se ha observado la emergencia y reemergencia de algunas de estas, fenómeno estrechamente relacionado a cambios ecológicos, climáticos y socioculturales que han determinado que la población animal comparta su hábitat con el hombre cada vez con mayor frecuencia [2]. La sobrepoblación, destrucción de ecosistemas, mayor movilidad y el comercio de especies explican su recurrencia.

“Vivimos en un mundo donde la gente está cada vez más interconectada entre sí y con los animales, donde habitan numerosos agentes infecciosos. Estas conexiones crean oportunidades para que los patógenos crucen fronteras y evolucionen en cepas nuevas y más fuertes”, plantea la bióloga de la Universidad de Brown en Estados Unidos, Katherine Smith, coautora de una investigación que concluyó que las zoonosis eran responsables de 56% de los brotes epidémicos desde 1980 a 2014 [3]. “La salmonela se ubicó al tope entre 2000 y 2010, seguida por la bacteria Escherichia coli, gripe aviar, hepatitis E, ántrax, dengue, tuberculosis bovina, chikungunya y triquinosis”.

Una relación riesgosa

Los humanos interactúan con animales desde los orígenes de su especie. Es una relación que ha traído una serie de beneficios, pero también múltiples inconvenientes. En los textos jurídicos de la antigua ciudad sumeria de Eshnunna (actual Tall al Asmar), fundada en el siglo XXI a.C., historiadores encontraron referencias de indemnizaciones que los dueños de perros debían pagar a los familiares de personas que muriesen por una extraña enfermedad contraída por su mordisco. Investigadores descubrieron en el código de Hammurabi (escrito en 1750 a. C. por el rey de Babilonia homónimo) la descripción de una maldición que provocaba los mismos síntomas que recaería sobre quien se atreviera a quebrantar la ley. Se trataba de la rabia.

Durante el siglo XIV, la peste negra causó la muerte de 50 millones de personas. Aunque en la actualidad puede tratarse fácilmente con antibióticos, la OMS reportó 3.248 casos entre 2010 y 2015, 584 de ellos fatales. Más tarde vendrían la “gripe española” (influenza A, subtipo H1N1), el Ébola, la encefalopatía espongiforme bovina (en 1986 se detectaron los primeros casos en Reino Unido), gripe aviar H5N1, síndrome respiratorio de oriente medio (MERS, por su sigla en inglés), VIH Sida, Zika y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por su sigla en inglés).

“Las zoonosis que han surgido durante las últimas décadas coinciden con un periodo de alta destrucción de la biodiversidad. Podría esperarse que una reducción de estas características llevara, de forma similar, un descenso en la transmisión de los agentes patógenos, ya que se eliminan los reservorios naturales. Sin embargo, la realidad es totalmente distinta”, sostiene Fernando Valladares, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España [4].

Complejidades y estrategias

Las zoonosis reúnen una serie de características que propician su diseminación, complican el control, eventual erradicación e impactan severamente. Por ejemplo, algunos agentes pueden infectar a una amplia variedad de especies. La mayoría de los casos son enfermedades de curso crónico, con tendencia a permanecer latentes o en fase subclínica y las manifestaciones suelen ser similares a las que sufren los animales. Además, sus repercusiones trascienden lo estrictamente sanitario ocasionando severas pérdidas económicas [5].

Expertos coinciden en que existen elementos en común que influyen como detonantes en su aparición, diseminación y permanencia. Factores demográficos y socioeconómicos, en donde la pobreza y el hacinamiento juegan un papel importante. También la globalización que propicia el comercio de animales, sus productos y subproductos entre naciones desarrolladas y subdesarrolladas y la intensa movilización de personas entre diferentes países [6].

¿Cómo enfrenarlas? Una de las estrategias de mayor relevancia es llevada a cabo por la FAO, OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las que conformaron un panel multidisciplinario de expertos que elaborará un plan de acción a largo plazo para evitar brotes riesgosos. Lo diseñarán considerando el concepto One Health enfoque integrador y sistémico basado en la comprensión de que la salud humana está estrechamente relacionada con la salubridad de los alimentos, animales y medioambiente.

El equipo de profesionales examinará los efectos de la actividad humana en los hábitats de la flora y fauna silvestres. Sus ámbitos de estudio serán la producción y distribución de alimentos; la urbanización y construcción de infraestructuras; los viajes internacionales y la salud. Se suman las acciones que conducen a la pérdida de diversidad biológica y al cambio climático y las actividades que ejercen una mayor presión en la base de recursos naturales. Con la información que recabe formulará recomendaciones para la adopción de medidas a nivel mundial.

Dentro de sus tareas se cuenta analizar sistemáticamente los conocimientos científicos sobre los factores que llevan a la transmisión de una enfermedad desde los animales a los seres humanos y viceversa. Junto a lo anterior, elaborar marcos de evaluación de riesgos y de vigilancia y detectar las deficiencias en materia de capacidad. Finalmente, acordar buenas prácticas para prevenir y prepararse ante posibles brotes. En paralelo la OMS promoverá la implementación de instrumentos y mecanismos prácticos para la prevención, vigilancia y detección de las zoonosis mediante la notificación, investigación epidemiológica y de laboratorio, evaluación y control de riesgos y la prestación de asistencia a los países con miras a su aplicación.

Nos enfrentamos a una nueva era de enfermedades emergentes y reemergentes, lo que genera la necesidad de establecer acciones coordinadas de vigilancia epidemiológica y medicina preventiva, así como programas conjuntos para el combate y potencial erradicación [7].

Resulta indispensable recurrir a todos los recursos disponibles para evitar o al menos anticiparse a la aparición de una zoonosis, ya que de eso dependerá el éxito o fracaso de las medidas para su combate. Es el único camino, cualquier otro nos puede llevar a una nueva pandemia.

Referencias
[1] Protecting people and animals from disease threats. https://www.fao.org/3/i8747en/I8747EN.pdf.
[2] Dabanch J. Zoonosis. Rev Chil Infect 2003; 20 (Supl 1): S47 - S51.
[3] Smith KF, Goldberg M, Rosenthal S, Carlson L, et al. Global rise in human infectious disease outbreaks. J R Soc Interface. 2014 Dec 6;11(101):20140950.
[4] Zoonosis: cuando animales y humanos comparten enfermedades. https://www.elagoradiario.com/agorapedia/que-es-zoonosis-enfermedades-animales-personas/.
[5] Steele JH. Veterinary public health: past success, new opportunities. Prev Vet Med. 2008 Sep 15;86(3-4):224-43.
[6] Flores Castro R. Current situation of the most frequent zoonosis in the world. Gac Med Mex. 2010 Nov-Dec;146(6):423-9.
[7] Zinsstag J, Schelling E, Wyss K, Mahamat MB. Potential of cooperation between human and animal health to strengthen health systems. Lancet. 2005 Dec 17;366(9503):2142-5.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez

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