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10 Mayo 2021

Marcador indirecto para síndrome metabólico

Mayor fuerza muscular podría ser un predictor y componente preventivo frente a alteraciones relacionadas con la obesidad.

Las enfermedades no transmisibles (ENT) producidas por la combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales matan, de acuerdo con cifras de la OMS, a cerca de 41 millones de personas anualmente, lo que equivale a 71% de los decesos totales producidos. 

Dentro de ellas, la enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de morbimortalidad. Se estima que 80% de la carga se encuentra en países de bajos y medianos ingresos, entre ellos los de Latinoamérica.

La ECV se explica por nueve factores de riesgo que incluyen dislipidemia, tabaquismo, obesidad abdominal, sedentarismo, hipertensión arterial, alcohol, depresión, estrés y bajo consumo de frutas y verduras. El valor de estos cambia en las diferentes regiones.

Por otro lado, a medida que la población envejece se van generando cambios en la composición corporal: aumento de la proporción de tejido adiposo y disminución progresiva de la masa y función muscular, conocido como obesidad sarcopénica, la cual agrega un riesgo adicional con mayor compromiso que el aumento en la presión arterial sistólica.

Para controlar la ECV resulta primordial identificar y modificar tempranamente los factores de riesgo. Sin embargo, existen numerosas barreras que dificultan mitigar esta problemática de salud pública, entre ellas falta de enfoques sistemáticos que detecten personas con ECV o en mayor riesgo de desarrollarla; y la utilización de guías con algoritmos complejos para seleccionar y categorizar el peligro e iniciar precozmente el tratamiento.

Además, el tiempo que se dedica a su tamizaje es limitado. Usualmente, lo realizan médicos de atención primaria que no alcanzan a documentar y analizar su presencia en la mayoría de los pacientes. En consecuencia, existe un déficit en el manejo de los factores de riesgo modificables, por lo que resulta necesario un enfoque sencillo con herramientas simples, aplicables y reproducibles en toda la comunidad.

Un estudio publicado en The Lancet asegura que la fuerza de agarre (FA) sería un buen medidor de las posibilidades que tiene una persona de morir o sufrir un problema cardiovascular [1].

Los investigadores llegaron a estos resultados tras examinar durante una media de cuatro años a 139.691 adultos entre 35 y 70 años de 17 países con diferentes perfiles socioeconómicos. Además de someterlos periódicamente a una prueba de fuerza de agarre, también estudiaron la evolución de su historial médico y, en caso de producirse, las causas de muerte.

Concluyeron que la FA se asocia de manera inversa con el riesgo de morir y padecer ECV. La disminución de cinco kilos en la fuerza de agarre (medida con un dinamómetro y que varía en función de factores como el sexo) se relacionó con un incremento de 16% en el riesgo de muerte por cualquier causa, con aumento de 17% por causas cardiovasculares y alza de 7% y 9% de sufrir infarto al miocardio y accidente cerebrovascular a mediano plazo, respectivamente.

“Esta es una medida sencilla y económica para identificar a los individuos con mayor riesgo cardiovascular y podría convertirse en una herramienta útil para pronosticar mortalidad, especialmente entre aquellos que tienen una enfermedad grave”, destaca el doctor Darryl P. Leong de la Universidad de MacMaster de Hamilton en Canadá y uno de los líderes de este proyecto. 

El doctor José Patricio López López participó en ese trabajo prospectivo. Con estos datos, junto a su equipo del Instituto de Investigaciones Masira de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Santander en Colombia, dio un paso más para comprobar si una medida de relación entre obesidad abdominal y fuerza muscular podría predecir de manera sencilla el desarrollo de alteraciones metabólicas y desenlaces cardiovasculares.

El síndrome metabólico (SM) se define como la presencia simultánea de factores de riesgo precursores de ECV y diabetes mellitus tipo 2 (DM2) en el adulto. La adiposidad es un componente importante del SM y la fuerza muscular baja también se ha identificado como un factor de riesgo para esta patología y la ECV.

En una cohorte de 5.026 adultos colombianos, los académicos describieron la prevalencia de SM y evaluaron si la correlación con el perímetro abdominal y de cadera, la relación cintura/cadera o el índice de masa corporal se asociaba con la presencia de ECV. Definieron el SM bajo los criterios de la Federación Internacional de Diabetes y establecieron una calificación para evaluar su vínculo con las variables antropométricas de circunferencia de la cintura (CC), índice cintura cadera (ICC), índice de masa corporal (IMC); y la fuerza (agarre manual/kg peso corporal, HGS/BW, por sus siglas en inglés). Además, por cada alteración metabólica (triglicéridos altos, HDL bajo, disglucemia o hipertensión arterial) se confirió un punto.

Se dividió a los participantes en nueve grupos basados en combinaciones de terciles de sexo específicos de CC y HGS/BW. Los sujetos con obesidad y FA baja a media presentaban un mayor riesgo para hipertensión (HTA), DM2 y antecedente de ECV en comparación con aquellos no obesos en el cuartil más alto de FA, quienes expresaron menor riesgo cardiovascular. 

Aunque no se conocen a fondo los mecanismos subyacentes que explican la relación entre fuerza de agarre, salud cardiovascular y riesgo de muerte, una clave podría ser el estado de las arterias, señalan los investigadores.

En esa línea, los hallazgos podrían tener implicancias importantes para la salud pública, ya que la FA en comparación con otras medidas, específicamente la capacidad cardiorrespiratoria y la actividad física, se calcula fácilmente, es económica y altamente reproducible en la práctica clínica, sobre todo en países de medianos y bajos ingresos.

Referencias
[1] Leong DP, Teo KK, Rangarajan S, et al. Prognostic value of grip strength: findings from the Prospective Urban Rural Epidemiology (PURE) study. Lancet. 2015;386(9990):266-273.
[2] Lopez-Lopez JP, Cohen DD, Ney-Salazar D, et al. The prediction of Metabolic Syndrome alterations is improved by combining waist circumference and handgrip strength measurements compared to either alone. Cardiovasc Diabetol. 2021;20(1):68.

Por Carolina Faraldo Portus