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07 Junio 2021

La infección rara que se volvió epidemia

La mucormicosis no es una enfermedad nueva, pero los altos casos reportados en India están generando preocupación al asociarse con pacientes que atraviesan cuadros graves de coronavirus.

La incidencia de infecciones micóticas sistémicas aumentó en las últimas décadas como consecuencia de la inmunosupresión provocada por VIH, trasplantes, quimioterapia o diabetes mellitus (DM), así como por una mayor supervivencia de pacientes en las unidades de cuidados intensivos. 

Dentro de ellas está la mucormicosis, que es la contaminación oportunista causada por diversos microorganismos micóticos del orden Mucorales que incluye a los géneros Rhizopus, Rhizomucor y Mucor. Conviven de manera natural con los seres humanos al estar presentes en el suelo, plantas, estiércol así como en frutas y verduras en estado de descomposición. Sin embargo, cuando se encuentra con personas inmunodeprimidas o diabéticas afecta descontroladamente los senos paranasales, cerebro y pulmones. 

Una vez que las esporas entran en los tejidos, el hongo se torna angioinvasivo y tiene predilección por la lámina elástica interna de las arterias, invade venas y vasos linfáticos desencadenando una trombosis con infarto isquémico secundario y necrosis hemorrágica, para, finalmente, medrar en tejido necrótico y diseminarse por extensión directa a lo largo de vasos sanguíneos lesionados [1].

A principios de mayo, médicos de la India advirtieron el aumento de esta infección rara y potencialmente mortal también conocida como hongo negro, el cual provoca ennegrecimiento o decoloración de la nariz, además de visión borrosa o doble, dolor en el pecho, dificultad para respirar y tos productiva. 

Esta inesperada secuela del coronavirus -que se transformó en epidemia dentro de la actual pandemia- mantiene en alerta a las autoridades sanitarias de ese país, porque los más de nueve mil casos reportados se relacionan con pacientes COVID-19 y con los recuperados, cuyo sistema inmunológico se ha debilitado por causa del virus o por patologías subyacentes, sobre todo DM, la cual puede exacerbarse con esteroides como la dexametasona, que se utiliza para tratar los casos graves de SARS-CoV-2.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, resulta difícil hacer una estimación exacta de su prevalencia, debido a la falta de vigilancia y datos. Pero se sabe que la tasa de mortalidad global asciende a 54% y depende del tipo de hongo implicado y de la parte del cuerpo afectada: es menos mortal la infección de los senos paranasales, que la pulmonar.

Si bien la enfermedad se encuentra a nivel global, parece ser más común en la India. Un estudio realizado por microbiólogos de ese país sugiere que esta afección es 70 veces más frecuente allí que en el resto de los países [2]. 

La mucormicosis puede estar provocada por el excesivo uso esteroides, los cuales reducen la inflamación en los pulmones y ayudan a detener algunos de los daños que pueden ocurrir cuando el sistema inmunológico se acelera para combatir el coronavirus y, al mismo tiempo, reducen la inmunidad y aumentan los niveles de azúcar en la sangre, tanto en pacientes diabéticos como no diabéticos con COVID-19.

Los salubristas consideran que la enfermedad ha proliferado en el país asiático, porque estuvieron en medio de una segunda ola de coronavirus con un sistema de salud completamente saturado y hospitales en los que escaseaba el suministro de oxígeno y medicamentos, por lo que se tuvo que recurrir a los esteroides como tratamiento de primera línea. 

“Los enfermos que reciben oxigenoterapia en las UCI aumentan su exposición a la humedad y los hace más propensos a la infección por hongos, los que aprovechan la oportunidad para invadir el cuerpo. A eso, debemos sumar que estamos en pleno verano, donde el calor unido al polvo y la alta contaminación hacen más prevalente estos patógenos”, destaca el doctor Hemant Thacker, médico consultor y especialista cardiometabólico en el Hospital Breach Candy de Bombay.

Por otro lado, la mucormicosis se ha vinculado además con altos niveles de azúcar en la sangre y la India tiene la mayor tasa de diabetes no controlada. “Muchos de los pacientes estudiados ni siquiera sabían que tenían DM hasta que se les diagnosticó el hongo negro, lo que demuestra una falta de revisiones médicas periódicas en la población”.

El Consejo Indio de Investigación Médica ha solicitado a la comunidad mantener la higiene personal y enfermedades como la diabetes bajo control, además está instando a las personas a que utilicen zapatos, pantalones largos, camisas de manga larga y guantes mientras manipulan tierra, musgo o estiércol para eludir la exposición al patógeno.

Debido a esta alta virulencia es necesario acelerar el tratamiento para evitar posibles complicaciones y muerte. Este incluye cirugía que extirpa el tejido necrótico y el uso de medicamentos fungicidas como anfotericina B en dosis de 7,5 a 10 mg/kg por vía intravenosa una vez al día hasta que el paciente muestre signos de mejoría, lo cual se logra generalmente después de varias semanas [3].

Los riesgos combinados de COVID-19 y mucormicosis plantean problemas desafiantes que requieren una cuidadosa coordinación en la atención y tratamiento de estos pacientes, sobre todo en lo que respecta a cuándo y cuánto medicamento esteroide se debe suministrar sin debilitar el sistema inmunológico como para permitir la entrada de esta mortal infección oportunista. 

Referencias
[1] Jeong W, Keighley C, Wolfe R, et al. The epidemiology and clinical manifestations of mucormycosis: a systematic review and meta-analysis of case reports. Clin Microbiol Infect. 2019;25(1):26-34.
[2] Prakash H, Chakrabarti A. Epidemiology of Mucormycosis in India. Microorganisms. 2021;9(3):523.
[3] Ruiz Camps I, Salavert Lletí M. El tratamiento de la mucormicosis (cigomicosis) en el siglo XXI. Rev Iberoam Micol. 2018;35(4):217-221.

Por Carolina Faraldo Portus