El peligro que esconden los alimentos
La listeriosis es una infección bacteriana poco habitual en los humanos, sin embargo su mortalidad bordea el 70 por ciento en los grupos de mayor riesgo. Las autoridades sanitarias del país prefieren no hablar de epidemia, aunque llaman a la población a extremar las medidas de prevención.
En 1650, en la ciudad de Derby, George Fox fue encarcelado por blasfemia y el juez que lo privó de libertad lo llamó a él y a sus seguidores “quakers” (los que tiemblan), burlándose así de la frase que solía decir el carismático inglés: “que tiemble en la palabra del Señor”. Nacido en el pueblo de Leicestershire en julio de 1624, Fox fue un hombre que vivió durante una época de grandes movimientos sociales, lo que desembocó en una particular visión del cristianismo, rebelándose en contra del consenso existente. Con un enfoque disímil de la doctrina reinante fundó la Sociedad Religiosa de los Amigos, agrupación que se extendió con fuerza por Inglaterra y, más tarde, por distintos países del mundo, sumando en la actualidad más de 300 mil seguidores.
También conocidos como “cuáqueros”, por la españolización del término, esta sociedad basa sus creencias en la justicia, la vida sencilla, la honradez estricta y el pacifismo. Del mismo modo, plantean que, guiados por el Espíritu Santo, las Sagradas Escrituras y una luz interior, se puede conocer la verdad espiritual, por lo tanto, cada individuo tiene la capacidad de lograr un contacto directo con la divinidad, sin necesidad de recurrir a sacerdotes o sacramentos.
Entre sus adherentes se pueden encontrar desde influyentes personajes de la historia, como los presidentes estadounidenses Herbert Hoover y Richard Nixon, y el ganador del Premio Nobel de la Paz 1959 Philip John Noel-Baker, hasta conocidas actrices como Judi Dench, ganadora del Óscar 2005 como Mejor Actriz Secundaria y condecorada como “Dama” por la reina Isabel II. También aparecen destacados hombres de la medicina, entre ellos, el famoso patólogo Thomas Hodgkin, descubridor de la enfermedad de Hodgkin, y el doctor Joseph Lister, considerado el “padre” de la asepsia y antisepsia, tras publicar en la revista The Lancet un artículo que sugería el origen bacteriano de la infección en las heridas, como así los métodos para prevenirla. Su investigación fue exitosa y de mucho valor para las prácticas quirúrgicas, ya que se adoptaron innovadores procedimientos en el quirófano que revirtieron la gran cantidad de víctimas fatales que dejaban las operaciones.
El cirujano inglés vivió entre los años 1827 y 1912, inventando además el pulverizador de gas carbólico (fenol) y descubriendo el catgut (hebras obtenidas del intestino de un insecto lepidóptero para realizar las primeras suturas médicas). Aunque no tuvo una relación directa con la listeria, el trabajo de Lister sentó las bases del descubrimiento que se concretó 14 años después de su muerte, cuando Murray, Webb y Swann, microbiólogos de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), la detectaron en conejos, bautizándola como Bacterium monocytogenes. Un poco más tarde el bacteriólogo James Hunter Pirie encontró el mismo bacilo en un roedor en Kenia y lo denominó Listerella hepatolyitica. Luego otros investigadores aislaron la misma bacteria y le dieron diferentes nombres, confusión que fue resuelta en 1957 por el micólogo alemán Heinz Seeliger, quien en honor a Lister y rearfirmando el intento de Pirie, impuso el nombre de Listeria monocytogenes, el cual se utiliza actualmente.
El doctor Lister, discriminado por provenir de una familia perteneciente a la Sociedad Religiosa de los Amigos, pudo ingresar a la Universidad de Londres, una de las pocas instituciones educacionales que en esos años admitía a “cuáqueros”, donde estudio arte y desarrolló su intelecto, derivando posteriormente a la Universidad Real de Cirujanos de Inglaterra, lugar que le abrió las puertas al conocimiento para transformarse en uno de los hombres más importantes en los albores de la medicina moderna.
Alto riesgo
En 1877 Henry Seymour y William Hestom fundaron la Quaker Mill Company, empresa pionera en Estados Unidos en el rubro de los alimentos, particularmente en los cereales de avena para el desayuno. Sus dueños la bautizaron así y la acompañaron con la imagen de un hombre con la vestimenta típica de los “cuáqueros”, ya que buscaban asociar a ese movimiento con las características que querían imprimirle al producto y todos sus procesos: honestidad, integridad y pureza. Resulta curioso que una enfermedad cuyo nombre hace recordar a un personaje vinculado a esta agrupación, como el doctor Lister, esté estrechamente ligada al ámbito alimentario. Tal como en Quaker, aquí la “pureza” es clave para evitar y prevenir el contagio.
La Listeria monocytogenes es causante de listeriosis, una infección bacteriana poco habitual en humanos, pero extremadamente grave, con una mortalidad que puede llegar hasta el 30% en la población general y el 70% de los casos en los grupos de mayor riesgo como son las embarazadas, enfermos crónicos o con inmunosupresión, recién nacidos y adultos mayores. Se transmite fundamentalmente a través de la ingesta de alimentos contaminados, entre los cuales se encuentran la leche y lácteos no pasteurizados, quesos blandos, embutidos, carnes blancas y rojas sin adecuada cocción, vegetales mal lavados y pescados y mariscos crudos. En general, alimentos poco tratados, con mucha vida útil en refrigeración y sin necesidad de mayores tratamientos.
De acuerdo al Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud de Chile, la Listeria monocytogenes es un bacilo Gram positivo con amplia distribución en el medioambiente y en la ganadería, puede sobrevivir y crecer incluso a temperaturas de refrigeración (4 a 10ºC), existiendo dificultad a la hora de realizar la investigación epidemiológica y la toma de muestras de alimentos, debido al extenso periodo de incubación de la enfermedad (11 a 70 días).
La presencia del patógeno (cuya membrana es capaz de estimular la producción de monocitos en el conejo) se advierte cuando, al cabo de días o semanas de la infección, surgen síntomas como cuadros de fiebre, malestar general, dolor de cabeza y gastrointestinal, náuseas, diarrea, rigidez de cuello, y en casos más graves, compromiso del sistema nervioso central, meningitis, alteración de la conciencia, pérdida de equilibrio, convulsiones y otros problemas neurológicos. En las embarazadas puede provocar un aborto espontáneo, nacimiento prematuro, discapacidad cognitiva en el bebé y muerte fetal.
Estado de alerta
La enfermedad se manifiesta con fuertes brotes que muchas veces hacen pensar en una epidemia, situación que, al menos por ahora, está descartada en Chile. Sin embrago, el escenario es preocupante, ya que según un informe entregado por las autoridades sanitarias el 23 de abril, hasta esa fecha se habían registrado 34 casos, cifra preocupante si se compara con los 89 casos que se presentaron durante todo 2012. Es más, la infección ya ha causado la muerte de tres embarazadas y dos adultos mayores.
En todo caso, los especialistas aclaran que no basta con ingerir el microorganismo para contagiarse, ya que las personas que no forman parte de los grupos de mayor riesgo suelen destruir el patógeno en el tubo digestivo o apenas pasa a la sangre, gracias al sistema inmunitario. Se estima que entre el 1 y 10% de los humanos pueden ser portadores intestinales, mientras que se ha encontrado la bacteria en por lo menos 37 especies de mamíferos (domésticos y salvajes), 17 de pájaros y varios peces y mariscos. Listeria monocytogenes es la única especie del género listeria que produce infección en humanos. Es un bacilo corto, anaeróbico facultativo, no formador de esporas y móvil debido a que posee flagelos peritricos, que se proyectan en todas las direcciones. En la tinción de Gram se puede presentar como diplococo parecido a un neumococo o como difteroide, similar a Corynebacterium.
El llamado es a extremar precauciones en la manipulación de los alimentos, conservarlos adecuadamente, no descuidar la higiene en la cocina, fundamentalmente en el refrigerador, y evitar la contaminación cruzada. Se ha sabido por mucho tiempo que la Listeria monocytogenes es patógena y puede causar en una enfermedad mortal, sin embargo, recién 1980 científicos y autoridades de la salud comprendieron que el organismo suele detonar serios problemas sanitarios en la población, además de severas consecuencias económicas en el sector agroalimentario.
Por ahora se están redoblando las fiscalizaciones en terreno, se refuerzan las recomendaciones a los manipuladores de alimentos y se investigan cuáles son las fuentes de los últimos contagios. En lo cotidiano el camino pareciera ser, al menos en la teoría, sencillo: limpiar regularmente el refrigerador, lavarse las manos antes y después de manipular alimentos, consumir sólo productos lácteos pasteurizados, lavar frutas y verduras, no ingerir carnes o mariscos crudos, lavar las superficies y utensilios de cocina que han estado en contacto con alimentos de riesgo y separar alimentos crudos de cocidos para evitar la contaminación cruzada. En esto, como en la mayoría de las cosas, prevenir es mejor que curar.
