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02 Octubre 2006

Cáncer de mama en Chile

Octubre es considerado a nivel mundial como el Mes del Cáncer de Mama. En esta época del año se busca con mayor fuerza crear conciencia sobre la gravedad de este cuadro y la importancia de pesquisarlo en forma temprana.

Se trata de la neoplasia maligna más frecuente en la mujer occidental y la principal causa de muerte por cáncer en la mujer en Europa, Estados Unidos, Australia y algunos países de América Latina. A nivel mundial, la incidencia de la patología alcanza a 700.000 nuevos casos cada año, con cerca de 300.000 fallecimientos.

Según cifras oficiales, en Chile una de cada 14 mujeres va a desarrollar cáncer de mama en el transcurso de su vida; cada año se diagnostican unos 2.400 nuevos casos de esta patología y, en el mismo período, en nuestro país mil mujeres pierden la vida a causa de la enfermedad.

Considerando ambos sexos, el cáncer de mama constituye la tercera causa de muerte en Chile con una tasa de 13 por 100.000 mujeres, sólo inferior a la mortalidad por cáncer de estómago (20 por 100.000) y por cáncer de próstata (17 por 100.000). Al revisar la mortalidad sólo en mujeres, el cáncer de mama también representa la tercera causa de muerte, inferior al cáncer de vesícula biliar y al cáncer de estómago.

Dos tercios de las personas que desarrollan cáncer de mama no tienen antecedentes familiares, al menos durante las dos últimas generaciones; 29 por ciento son de tipo familiar y un 5 por ciento corresponde a casos de cáncer de tipo hereditario con herencia autosómica dominante. Pero sí cabe destacar que en las pacientes diagnosticadas antes de los 30 años, se estima que la predisposición genética es responsable del 25 por ciento de los casos.

Aunque la enfermedad no es evitable, sí es posible curarla si se detecta a tiempo. El problema es que sólo entre un 10 y 20 por ciento de las mujeres que sufren esta patología presentan algún tipo de síntoma.

Cuando este tipo de cáncer se detecta en sus primeras etapas, las probabilidades de cura bordean el 90 por ciento, la mortalidad desciende a un 30 por ciento y es posible aplicar tratamientos menos agresivos.

Por ello, en 1995 el Ministerio de Salud implementó en todos los Servicios de Salud del país el Programa Nacional de Cáncer de Mama, cuyo objetivo ha sido disminuir la mortalidad por esta patología a través de la pesquisa precoz con diagnóstico temprano, así como la entrega de tratamientos oportunos y adecuados. También, ha permitido unificar a lo largo del país los criterios de pesquisa, tratamiento, seguimiento y control de la enfermedad.

Los datos epidemiológicos obtenidos a través de esta iniciativa, han permitido corroborar que la incidencia de cáncer de mama aumenta con la edad. Antes de los 20 años es excepcional. Después, entre los 20 y 40 años es de 0,49 por ciento y llega a 5,5 por ciento entre los 65 y 85 años.

En esta última década el programa ha tenido algunos resultados alentadores, como por ejemplo, el motivo de consulta que lleva al diagnóstico. Mientras en 1995 el 82 por ciento de las mujeres consultó por auto palpación de un tumor en la mama, actualmente este motivo de consulta ha disminuido a 75,9 por ciento, aumentando de un 7 a un 14 por ciento la pesquisa mediante controles de rutina asintomáticos. De este modo, se ha progresado en cuanto a la detección de la enfermedad en estados más precoces.

Pese a estos avances, dado un aumento progresivo de la incidencia, la mortalidad por cáncer de mama en Chile ha mantenido un aumento estable en los últimos años (de 9.5 por 100.000 mujeres a 12.5), fenómeno que también fue posible observar en algunos países desarrollados como Estados Unidos e Inglaterra, hasta que se propagó en la población la importancia del diagnóstico precoz. Esto fue posible gracias a estrictos programas de tamizaje mamográfico, como también a nuevos tratamientos adyuvantes a la cirugía y radioterapia.

Los especialistas aseguran que la mamografía periódica es la variable más efectiva para reducir la mortalidad por este tipo de cáncer, dado que hace posible detectar lesiones que generalmente no se palpan. De hecho, cuando las lesiones se detectan a través del tacto, la mayoría de las veces dan cuenta de cuadros de difícil pronóstico.

De ahí la urgencia de concienciar a la población sobre la importancia de un chequeo médico periódico, dado que es una herramienta que permite la detección precoz de la patología, facilitando un tratamiento adecuado y oportuno, y mejorando en forma significativa su pronóstico.