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04 Julio 2005

Programa de Implantes Cocleares: ampliando la percepción en niños de la V Región

Este tipo de tecnología ha revolucionado el mundo de la deficiencia auditiva profunda neurosensorial en poco más de 20 años. Después de pasar por unos primeros momentos de expectativas, a la espera de los resultados, actualmente es una ayuda tecnológica imprescindible para el tratamiento de determinado tipo de sorderas.

La pérdida de audición es una de las enfermedades que afectan, en mayor medida, la calidad de vida de las personas. Su carácter temporal o definitivo, su intensidad y el momento de su aparición, son factores determinantes a la hora de establecer las repercusiones que la sordera genera en el ser humano.

Este problema tiene serias implicancias en los niños, ya que viven un retraso importante en el desarrollo del lenguaje y conocimiento, lo que repercute en un menor rendimiento escolar y en alteraciones a nivel de maduración del sistema nervioso auditivo central. Además, desde el punto de vista psicológico, las alteraciones pueden ser muchas y variadas.

Uno de los avances más destacados en el campo de la discapacidad auditiva son los Implantes Cocleares (I.C), los que se han desarrollado progresivamente en Chile durante la última década. Sin embargo, sólo tres centros asistenciales en el país practican esta compleja cirugía, la que posibilita intervenir a niños desde un año de vida hasta personas de avanzada edad.

En este contexto, surge el programa de Implantes Cocleares del Hospital Naval Almirante Nef, institución que cuenta con años de tradición en el mundo de la salud en la V Región que, actualmente, ha decidido desarrollar un completo procedimiento orientado a menores con problemas auditivos, ofreciéndoles una posibilidad para ampliar su percepción del mundo que los rodea.

Con un equipo multidisciplinario que, entre otros, incluye a médicos otorrinolaringólogos, anestesistas, enfermeras, psicólogos, fonoaudiólogos y psiquiatras, además de una tecnología de última generación, el Hospital Naval Almirante Nef, efectúa regularmente intervenciones quirúrgicas de I.C, es decir, realiza, en pacientes con sordera profunda bilateral, la inserción en el oído interno de un microcomputador que decodifica sonidos, posibilitando que personas con este grado de discapacidad auditiva, tengan la posibilidad de oír por vez primera o recuperar su audición.

La avanzada tecnología con que cuenta el Hospital Naval es reconocida a nivel nacional y latinoamericano. El trabajo realizado a lo largo de estos últimos años, expuesto en Congresos internacionales, ha generado solicitudes de países como Argentina y Paraguay para estudiar la incorporación de este tipo de programas en dichos países.

En el oído normal las ondas sonoras atraviesan el conducto de la oreja para llegar al oído medio. Allí provocan la vibración de la membrana timpánica y de tres pequeños huesecillos: martillo, yunque y estribo, lo que origina que los líquidos contenidos en el caracol o cóclea del oído interno entren en movimiento, dando lugar a que miles de neuronas ubicadas en esta delicada estructura transformen estas vibraciones mecánicas en impulsos eléctricos que se transmiten a través de fibras nerviosas a la corteza cerebral auditiva.


La mayor parte de las sorderas severas o profundas son consecuencia de la destrucción de estas neuronas y no de una lesión del nervio auditivo. El I.C, básicamente, sustituye a estas células dañadas, estimulando el nervio auditivo y enviando así señales al cerebro.

El I.C es un dispositivo electrónico que cuenta con elementos externos e internos al organismo. Los externos consisten en un micrófono ubicado detrás de la oreja y un procesador, el cual es esencialmente un pequeño computador, capaz de seleccionar y codificar los sonidos útiles. El componente interno es un receptor-estimulador insertado quirúrgicamente en el cráneo, desde el cual se desprenden series de electrodos que se implantan en la cóclea del paciente. El sonido es recogido por medio del micrófono ubicado detrás de la oreja. A través de un diminuto cable, este estímulo es transmitido al procesador de la palabra, seleccionando y codificando los sonidos.

Los códigos eléctricos producidos son recogidos por el receptor-estimulador, y enviados a los pequeños electrodos puestos dentro del caracol, permitiendo así estimular las fibras del nervio auditivo. Dos pequeños imanes permiten el contacto, a través de la piel, de los componentes externos e internos.

El paciente lleva el micrófono detrás de la oreja, fácilmente cubierto por el pelo; el procesador puede ser colocado en el cinturón, en un pequeño arnés en el caso de los niños, en el bolsillo o debajo de la ropa. Existe además la posibilidad de emplear un procesador de tamaño reducido detrás de la oreja, adoptando todo el conjunto la forma de un audífono convencional.

Este programa no se trata sólo de la realización de una intervención quirúrgica, sino que va más allá, pues busca insertar al paciente sordo dentro de la sociedad. Para la consecución de este objetivo, en el Hospital Naval el plan se divide en cuatro fases; selección del paciente, procedimiento quirúrgico, programación del Implante Coclear y, por último, la rehabilitación del paciente.

En cada una de estas etapas es preciso contar con la integración de diversos profesionales y especialistas: otorrinolaringólogos, neurólogos, psiquiatras, radiólogos, fonoaudiólogos, psicólogos, asistentes sociales, enfermeras universitarias, terapeutas ocupacionales y profesores. Todos ellos, trabajando en equipo y de forma coordinada, contribuyen a desarrollar y hacer realidad el programa.

Las personas implantadas oyen de forma muy similar a como escucha un individuo normal, dado que la información sonora entregada guarda una estructura semejante a la que se acostumbra a oír. Sin embargo, esta capacidad se ve disminuida en presencia de ruido ambiental o cuando se establece un diálogo con varios interlocutores al mismo tiempo.

Los resultados alcanzados con un implante coclear varían en función de las características de cada paciente, siendo inadecuado generalizar y hablar de “resultados en implantes cocleares”, pues siempre habrá que considerar cada situación como individual y única. De ahí la trascendencia e importancia de los estudios realizados en la Fase de Selección para definir los resultados factibles de obtener.

Los resultados de la última Encuesta Nacional de la Discapacidad, realizada en forma conjunta por el Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), aportan un mejor conocimiento de la situación estadística de la discapacidad y sus implicancias en Chile.

Un 12,9 por ciento de la población, equivalente a 2.068.072 personas, presenta algún tipo de discapacidad. Se estima que de ellas, la auditiva está presente en un 0,1 a 0,2 por ciento de los recién nacidos, en un 1 por ciento de los adolescentes, en un 2 por ciento de los adultos, en un 30 por ciento de las personas sobre los 65 años y en un 50 por ciento de aquellas sobre los 85 años de edad.

Ante esta realidad este tipo de iniciativas permite, a quienes deciden seguir este camino, abrir su vida a un nuevo horizonte sensorial.