Conformación y primeros años de la Unidad de Cardiología del Hospital Gustavo Fricke
El doctor Mauricio Aninat, uno de los precursores de la formación de la Unidad de Cardiología y, actualmente, jefe de la Unidad de Cardiología fue el encargado de relatarnos la historia de la Unidad que se remonta hacia 1974, cuando el desarrollo tecnológico era básico y se pensaba que este centro asistencial era la posta del Hospital Carlos van Buren de Valparaíso.
Los inicios fueron muy precarios, se contaba con una sección de cardiología que era muy primitiva. En ella se realizaban electrocardiogramas, fonocardiogramas, vectocardiogramas, procedimientos no invasivos y muy básicos, porque todavía no se conocían ni desarrollaban técnicas más avanzadas en esta materia. De todos estos procedimientos sólo se mantiene vigente la electrocardiografía que es una técnica fundamental para el diagnóstico de los pacientes con cualquier tipo de alteración cardiológica.
Hacia 1975 comenzaban a utilizarse los marcapasos y los cateterismos cardíacos estaban recién en sus inicios en el país. Prácticamente no existía un desarrollo importante en esta materia, sin embargo habían grandes ganas de hacer cosas, sobre todo por un grupo de impetuosos jóvenes que se encontraban en los últimos años de la carrera de medicina que vieron la necesidad de cambiar el rumbo que el hospital estaba teniendo. Entre ellos se encontraban los doctores Mauricio Aninat, Jorge Bartolucci, Pedro Chadid, Carlos Hurel.
Este impulso juvenil fue canalizado por el doctor Gabriel Prat Alemparte, actualmente profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile y dedicado a la cardiología clínica, uno de los pioneros del desarrollo cardiovascular en el país. Siendo muy joven, llegó a realizar su beca de subespecialidad al Fricke, luego de formarse como internista en el Hospital del Salvador se dedicó, entre otras cosas, a estimular y promover la formación de una unidad de cardiología.

Fue él quien consiguió los elementos para formar la Unidad de Cuidados Intensivos. Monitores y cardiofibradores, adquiridos por una donación que había hecho el Casino años antes, se encontraban arrumbados en una bodega del hospital. Estos jóvenes profesionales los sacaron y armaron y así nació la Unidad que estuvo ubicada en la última sala de medicina del tercer piso del establecimiento.
Los doctores Aninat, Bartolucci, Chadid, Hurel y Santibáñez fueron los primeros en hacer una unidad de cuidados coronarios. El doctor Mauricio Aninat recuerda que en aquellos años hacían guardias diurnas y nocturnas para tratar las arritmias. “Vigilábamos a los pacientes, les dábamos drogas antiarrítmicas y, en caso de tener una arritmia grave le suministrábamos una cardioversión eléctrica”, que consiste aplicar de una dosis de energía eléctrica a través del tórax, utilizando electrodos especiales. Su objetivo era terminar una arritmia e intentar restablecer el ritmo normal del paciente. También le administraban lidocaina y, en caso de necesitarse, colocaban marcapasos, para lo que recurrían a los cardiólogos y cardiocirujanos del Hospital Naval que, en ese entonces, se encontraba ubicado en Playa Ancha.
A juicio del doctor Aninat, en esa época los especialistas en el tema cardiovascular en la zona eran los médicos del Hospital Naval, establecimiento que estaba bastante implementado, pues contaban con los primeros angiógrafos de la región. En esos años y durante mucho tiempo, se comenzó a llevar a los pacientes que necesitaban de cirugía al Naval. Paralelamente, estos jóvenes, que hacían guardia ad honores, lograron incrementar la unidad de cuidados intensivos coronarios, la primera en el Hospital Gustavo Fricke y en la zona. El principio o filosofía de la creación de la unidad era formar a nuevos médicos y salvar las vidas que se llevaban las arritmias del infarto.
La historia posterior a estos inicios se inscribe dentro del cambio de las autoridades del hospital alrededor del los años 1978 y 1979. En ese entonces, la generación de profesionales se dio cuenta que la estructura con la que contaba el establecimiento no les permitiría llegar muy lejos. Surgió la necesidad de hacer cambios en la gestión hospitalaria. El doctor Jorge Bartolucci, médico que participó activamente en la formación de la Unidad de Cardiología, asumió la dirección del centro asistencial. Gracias a él se comenzaron a ver importantes y trascendentes mejoras en el establecimiento. Se cambiaron las estructuras que existían en este hospital, debido a que no existía una gestión de salud adecuada, por lo que el doctor Bartolucci realizó importantes reestructuraciones, que no estuvieron exentas de polémica. Contrató a profesionales jóvenes y con nuevos aires que empezaron a desarrollar loas servicios en forma adecuada. Fue entonces cuando vino el despegue del hospital Gustavo Fricke.
No sólo la parte cardiológica se vio favorecida, ya que se comenzaron a acondicionar diferentes prestaciones dentro del recinto asistencial. En esa época sólo estaban los cuatro servicios básicos: cirugía, medicina, ginecología y pediatría. Con la nueva organización, se diseño un sistema para levantar este hospital, gracias a la gestión –primero- del doctor Jorge Bartolucci y –después- del doctor Carlos Orfali quienes ayudaron a mejorar las prestaciones hospitalarias y la calidad de la salud en la región.
Para el recinto asistencial era demasiado caro ir a operar a sus pacientes cardiovasculares al Hospital Naval, establecimiento en el cual habían estudiado a muchos pacientes cardiacos. Entre los años 1979 y 1981 los médicos del Fricke comenzaron a esbozar la idea de desarrollar en el hospital las cirugías cardiovasculares.

Surgió entre ellos la necesidad de contar con un equipo angiográfico. Se le comentó al ministerio de Salud de la época esta urgencia, pero no recibieron la acogida esperada, porque a juicio del organismo todo debía estar centralizado en el Hospital Naval, los que también abogaban por esa alternativa.
No contentos con la negativa, se hicieron los estudios financieros necesarios dentro del hospital y se consiguieron los dineros para comprar un equipo reacondicionado.
Este nuevo equipo, era una mezcla de elementos de diferentes marcas, pero que funcionaba adecuadamente. Si hoy lo analizamos, era una máquina más bien barata –pero cara para la época- que pudieron costear sin mayores complicaciones. El doctor Aninat, al respecto señala, “tuvimos muchas peleas cuando adquirimos ese equipamiento, por parte del ministerio y de colegas que incluso quisieron que lo elimináramos, si lo hubiésemos hecho todo esto que tenemos ahora no existiría. Estábamos convencidos que era una necesidad imperiosa para seguir adelante”.
Hacia 1984, el doctor Carlos Orfali, que era jefe de cirugía y que pertenecía al grupo, planteó la idea de realizar cirugías cardiacas en el hospital y que no se hicieran más en el Naval. Como ya tenían la posibilidad de realizar los exámenes, quisieron continuar con las cirugías. Casualmente, el doctor Jorge Kaplan se había retirado del Hospital Naval y el doctor Orfali lo invitó a unirse al grupo de profesionales. El doctor Kaplan se transformó en un aporte importante, él había sido el profesor del doctor Orfali y, además, había realizado el primer trasplante de corazón en Chile. No sólo colaboró con su válido aporte técnico y académico, sino que también con la imagen pública que proyectaba, lo que los ayudó a que el proyecto fuese aceptado. Fue en ese momento cuando comenzó el gran desarrollo de toda la parte cardiovascular en el Hospital Gustavo Fricke.
Contaban con prácticamente todo, tenían hemodinamía, que era fundamental para el estudio del paciente, y cirugía. Se fueron uniendo nuevos profesionales que se estaban especializando en el extranjero. El doctor Oneglio Pedemonte, que se había especializado en anestesiología cardiovascular en Bélgica, había llegado recién al país. Le ofrecieron formar parte del equipo, aceptó y ayudó a generar importantes vínculos con Bélgica, que permitieron que el doctor Mauricio Aninat y otros profesionales fueran a perfeccionarse al país europeo por un año. Allí aprendió la utilización de todas aquellas técnicas nuevas que estaban implementándose en la década de los ’80, como la angioplastía, procedimiento médico que se utiliza para ensanchar los vasos sanguíneos estrechos u obstruidos, y la trombolisis, método de tratamiento del Infarto Agudo del Miocardio que consiste en la administración de un medicamento destinado a disolver el coágulo que ha tapado la arteria coronaria causando el infarto. A su regreso a Chile trajo todos estos nuevos procedimientos que se comenzaron a desarrollar en el Fricke, lo que llevó a que en 1989 se realizara la primera angioplastía en la región.
A esas alturas, en comparación a otras unidades del país, la del Hospital Gustavo Fricke estaba llegando a un grado de equilibrio con el Hospital del Tórax en Santiago, que era el referente cardiológico de la época.
Cuando comenzaron a operar, el cuidado postoperatorio se realizaba en una UCI general, donde los cardiólogos observaron que tenían una gran cantidad de infecciones. Entonces se diseñó y formó un módulo nuevo: la Unidad Cardiovascular fuera de la UCI a cargo del doctor Aninat quien se separó de la UCI y creó la UTI.

En 1990 adquirieron un nuevo angiógrafo, que vino a reemplazar al anterior, que por el uso de tantos años presentaba desperfectos. Este nuevo equipo, comprado también con dineros del hospital, vino a ayudar a complementar una adecuada estructura tecnológica, necesaria para los requerimientos de los pacientes. Ese equipo los ayudó a seguir trabajando y a mantener los buenos resultados hasta entonces conseguidos.
Hace algunos años, el concepto de salud comenzó a cambiar en Chile. Se buscó mejorar la atención del paciente de las enfermedades crónicas fundamentalmente, donde las afecciones cardiacas matan al 30 por ciento de la población adulta. En el Ministerio se empezaron a planificar mejoras en la infraestructura hospitalaria, para poder absorber toda la demanda insatisfecha de la parte cardiovascular.
Ante esta situación, el Ministerio de Salud, analizó los equipos del país y se dio cuenta de que el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar era ejemplo de eficiencia en la parte cardiovascular, estableciendo que los resultados obtenidos en la unidad eran los ideales que los centros hospitalarios del país deben alcanzar, aspecto que los ha llenado de orgullo. Como el ministerio sabía que el equipo angiográfico con que contaban era antiguo y había fallado algunas veces, se les llamó a participar en la licitación de equipos. Por último, eligieron uno netamente cardiaco con tecnología Flat Panel, que tiene una sofisticación muy moderna y les permitirá seguir ejerciendo de manera eficiente la cardiología en la región.
Inaugurado la primera quincena de junio, el nuevo equipamiento forma parte del Servicio de Hemodinamia a cargo del doctor Humberto Torres. La incorporación de esta tecnología responde al impulso modernizador de la red de salud pública, transformándose en un hito dentro de la actualización de la imagenología compleja del país. Para los médicos del equipo de cardiología del Hospital Gustavo Fricke, este avance es el reconocimiento al trabajo que han desarrollado con gran esfuerzo, dedicación y constancia en los últimos 20 años.
