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25 Abril 2005

Vesalio:

El Anatomista del Renacimiento

El denominador común de esta época fue la trasformación, renovación y creación de nuevos códigos de conducta. Se trató de un período que se desvincula de la Edad Media, donde se renuevan las artes y letras, se recuperan y acercan los antiguos clásicos grecolatinos y se da un uso novedoso de la razón en todos los campos del saber.

Hasta el siglo XVI la medicina siguió teniendo un planteamiento tradicional y se apoyó básicamente en el galenismo. La primera disciplina médica que se independizó de estos supuestos fue la anatomía. Por lo que a fines del siglo XIII se comenzó a practicar regularmente en Bolonia la disección de cadáveres, con el fin de comprender mejor la obra de Galeno, que no se ponía en duda. Pero la observación independiente fue abriéndose camino poco a poco.

Un fuerte opositor a las ideas galénicas fue Andreas Vesalius, que nació el 31 de diciembre de 1514 en Bruselas. Procedía de una familia oriunda de Alemania, consagrada en sus últimas generaciones al servicio médico.

Desde pequeño sintió la necesidad de conocer la naturaleza y, en particular, la anatomía. Fue así como disecó perros, gatos y ratones. Estudió primero en Lovaina y en 1533 se fue a la Universidad de Paris a estudiar medicina, convencido de que allí podría conocer mejor la anatomía. Pero sufrió una frustración, pues su profesor, Jacques Dubois, conocido también como Silvio, era un galénico limitado a la anatomía de animales.

Vesalio se vio obligado a formarse solo. En esa época, tanto en París como en otras universidades europeas, se hacían demostraciones con cadáveres humanos a las que él asistía. En una de estas exposiciones le pidieron realizar la disección: lo hizo de manera tan extraordinaria que él mismo siguió practicándolas.

En 1536 abandonó París sin graduarse y regresó a Lovaina a terminar sus estudios, pero sólo logró el grado de bachiller. En 1537 se mudó a Padua, donde su carrera comenzó a cambiar, ya que ese mismo año se graduó de médico y al día siguiente el Ilustre Senado de Venecia lo nombró Explicator chirurgiae o profesor de cirugía, lo que incluía dentro de sus funciones explicar anatomía. Su manera de enseñar rompió con el método didáctico medieval, ya que abandonó la cátedra habitual para bajar y situarse junto al cadáver, disecando y mostrando por sí mismo las partes que aludían a la explicación. Era tan didáctico que, además, completaba con dibujos lo que en el cuerpo era difícil observar. Esto, que hoy nos puede parecer normal, supuso un cambio importante que le trajo el reconocimiento de colegas y estudiantes.

Con tan sólo 23 años, Vesalio era un tremendo maestro. Junto a su amigo y compatriota Jan Stefan Van Calcar, pintor discípulo de Tiziano, en 1538 publicaron las Tabulae anatomicae sex, que contenía dibujos realizados por los dos. Esta obra tuvo gran éxito pues superaba en su género a las existentes.

Pronto le encargaron editar las obras de Galeno y para tal fin estudió y comparó diversas ediciones. Sin embargo, había aspectos en ella que no concordaban con sus vivencias. A medida que ampliaba sus conocimientos empíricos sobre anatomía, empezó a cuestionarse los principios médicos vigentes de la época, que provenían directamente de la autoridad indiscutible de Galeno. Partió de la hipótesis de que la doctrina anatómica propuesta por el griego no procedía de la experiencia directa con cuerpos humanos, sino de las observaciones a animales, especialmente de monos, perros y cerdos.

Al montar dos esqueletos, uno humano y otro de un mono, se dio cuenta que la anatomía galénica era de un simio: acababa de descubrir el hecho ignorado durante más de 13 siglos, cosa que lo estimuló a conocer mejor la fisiología del hombre.

Alrededor de 1540 empezó a elaborar su propio tratado de anatomía. En tan sólo 18 meses cumplió su propósito salió a la luz De humani corporis fabrica, conocida como De Fabrica. Tenía 27 años y estaba consciente de la importancia de ella, por lo que tomó todas las precauciones y para una buena impresión se desplazó a Venecia, donde encargó la tarea al taller del gran artista Tiziano.

Su libro constaba de siete partes, la primera dedicada al esqueleto y las articulaciones, la segunda a los músculos estriados, la tercera al sistema vascular, la cuarta al sistema nervioso periférico, la quinta a las vísceras abdominales y a los órganos genitales, la sexta al corazón y a los pulmones, y la séptima al sistema nervioso central. Termina con un pequeño capítulo sobre algunos experimentos fisiológicos, como esplenectomía, afonía por sección del nervio recurrente, parálisis muscular después de sección medular, sobrevivencia del animal después de abrirle el tórax si la respiración se mantiene con un fuelle, entre otros.

Dicha obra puede considerarse como el primer tratado moderno de anatomía, tanto por su claridad como por el rigor expositivo de sus contenidos. Impresionado por su trabajo, el emperador Carlos V lo nombró su médico personal, al igual que su padre, entró al servicio imperial.

Tras la renuncia del emperador al trono de España, Vesalio se trasladó a Madrid para aceptar el puesto de médico en la corte de Felipe II. Sufrió, por parte de sus colegas, la envidia y animosidad que había despertado su obra.

En 1564 se fue a Venecia, pero al poco tiempo partió a Jerusalén. Durante el viaje enfermó y murió en la isla de Zante en octubre de ese año.

Vesalio fue el anatomista y fisiólogo belga por excelencia del Renacimiento, con él se inicia la revolución científica. Sus disecciones y descripciones del cuerpo humano contribuyeron a desterrar errores que, durante 13 siglos, incurrieron muchos médicos que basaban sus conocimientos de anatomía en el estudio de las obras de Galeno.