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28 Febrero 2005

Biblioteca Virtual de Salud Mental: Construyendo políticas públicas a través de la colaboración regional

Surgida a mediados de los años ‘60 al alero de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y con sede en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, la Biblioteca Regional de Medicina ha fomentado la capacidad de los países de la Región para formar y operar sistemas nacionales de información científico-técnica, en sintonía con el cambio que ha significado durante las últimas décadas el surgimiento de nuevos paradigmas organizacionales y de tratamiento de datos.

Paralelamente a la masificación de Internet, el organismo articuló la Biblioteca Virtual de Salud, un gran portal web con diversas áreas que interactúan formando redes de colaboración. Desde el ámbito de la salud mental, uno de estos sitios está aprovechando la plataforma para construir políticas públicas a partir de los lazos que surgen en una región que desde su identidad crece al ritmo de un mundo globalizado.

Del archivador a la red
En sus inicios la Biblioteca Regional de Medicina (Bireme) desarrolló una ardua labor para responder a las necesidades de acceso a la literatura científica de las bibliotecas médicas de la Región y buscar mecanismos que permitieran crear centros documentales donde no los había, persiguiendo siempre la racionalización y uso compartido de sus colecciones, al mismo tiempo que articulaba un sistema de control bibliográfico de las revistas reunidas en la publicación Index Medicus Latinoamericano.

Dr. Rafael Sepúlveda

Por todo ese trabajo, los dirigentes del organismo decidieron rebautizar a la Bireme como Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud, aunque se la sigue llamando por su sigla original.

Desde 1990 la Bireme se propuso formar el Sistema Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud. Así, el perfeccionamiento alcanzado permitió a los países de la Región crear y difundir sistemas de bibliotecas y centros de documentación con productos y servicios cada vez más avanzados, lo que se reflejó en la creación del sistema de bases de datos Lilacs (Literatura Latinoamericana en Ciencias de la Salud), que permitió un tratamiento descentralizado de la literatura científica, implementar los llamados Descriptores en Ciencias de la Salud en tres idiomas, así como la interrelación cada vez más provechosa con las nuevas tecnologías de información.

Para hacer posible esta gran base de datos, que funciona a partir de un sistema integrado de información y se articula a través de una red de colaboradores, es necesario que existan centros responsables de la conducción nacional de la información, lo que en el caso chileno está a cargo de la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. “Estos centros cooperantes están permanentemente alimentando la base de datos con una metodología que está muy bien estipulada. Así, en distintas categorías, van integrando nuevas publicaciones, tanto con las revistas como con otros tipos de fuentes de información”, explica el psiquiatra chileno Rafael Sepúlveda, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Barros Luco, académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y secretario ejecutivo de la Biblioteca Virtual de Salud Mental.

A mediados de los ‘90, con la masificación del uso de Internet y la creciente demanda de sus productos y servicios, la Bireme debió enfrentar un nuevo desafío que suponía satisfacer los requerimientos de los profesionales y los sistemas de salud de los países, basándose en una red de colaboración mucho más dinámica.

Así, en 1997, la OPS propuso la creación y desarrollo de la Biblioteca Virtual en Salud (BVS), siempre bajo el liderazgo de la Bireme, pero adoptando un nuevo paradigma organizacional y de tratamiento de la información, que permitiera satisfacer de mejor forma a la nueva demanda de cooperación técnica, promoviendo la producción y operación descentralizada de fuentes de información multimediales, conectadas en red, con acceso directo y universal, sin limitaciones geográficas ni de horario.

Para ello, el organismo continúa gestionando inversiones en la formación de recursos humanos y en la actualización de las colecciones de fuentes de información e infraestructura de tecnologías, lo que ha sido posible gracias a una política de trabajo cooperativo entre la OPS y los países de la Región.

El doctor Sepúlveda explica que hoy la BVS es una realidad consolidada que en cada país funciona en articulación con los Conicyt (Consejos Nacionales de Ciencia y Tecnología) existentes en la región. “Esto ha ido generando plataformas más sofisticadas como el sistema Scielo, que es un estándar de publicación electrónica de revistas periódicas, que permite remitirse en formato electrónico y a texto completo a los artículos que se publican bajo este estándar y que están disponibles también en la BVS. Este patrón es muy exigente, de un estándar superior Lilacs”, señala.

Nuevos espacios en un mundo virtual
La BVS es un gran portal web. Posee diversas áreas que comparten un mismo núcleo compuesto por la base Lilacs y un motor de búsqueda propio en base a Descriptores. “Esta es una gran fuente de fuentes de información que está organizada para facilitar las búsquedas. Pero si uno hace una lectura un poco más detallada, puede ver que en torno a este proyecto se articula un conjunto de actores institucionales e individuales, es decir, organizaciones sanitarias, académicas, gubernamentales como el Ministerio de Salud, así como personas involucradas en estos procesos a través de su aporte en la generación y uso de información, pudiendo además evolucionar hacia comunidades de usuarios”.

De hecho, por su creciente complejidad, en torno al núcleo de la BVS han ido surgiendo variadas secciones correspondientes a los países de la Región y a sitios temáticos, tanto nacionales como regionales. Uno de estos espacios temáticos que está en etapa de desarrollo es la Biblioteca Virtual de Salud Mental.

Según el doctor Sepúlveda, el estado del área de la salud mental dentro de las políticas públicas es particularmente interesante, ya que se basa en un marco sanitario muy activo y de gran movimiento, a diferencia de otros campos de la salud con desarrollos más prolongados en el tiempo, en los cuales los grandes temas ya están resueltos y donde se da una discusión más tecnócrata sobre cómo hacer los ajustes para continuar manteniendo los estándares. “En cambio, en el área de la salud mental estamos en una fase mucho más eruptiva, haciendo frente a una epidemia mundial de este tipo de enfermedades, con amplios grupos de personas sin atención o con estándares mínimos de ésta. Por eso la discusión es muy intensa y hay mucha voluntad de ser, de hacer”, acota el facultativo.

Enfoque comunitario
El doctor Rafael Sepúlveda explica que en el escenario de la salud mental existen tensiones, ya que los modelos de organización de servicios aún no han evolucionado del todo hacia la psiquiatría comunitaria, “que es el sistema empleado en los países del Primer Mundo, pues ha demostrado ser el más eficiente”.

“La psiquiatría comunitaria es un modelo en que la atención en salud mental se considera parte sustantiva de los sistemas públicos, donde la atención primaria de salud es protagónica y donde el trabajo está organizado de manera territorial. Es decir, la psiquiatría está extendida en todo el sistema sanitario, con equipos especializados, el trabajo es preferentemente ambulatorio y no existen las hospitalizaciones de por vida, como ocurre en el modelo asilar”, dice el profesional.

Frente a ello, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como, en particular, la OPS han desarrollado iniciativas para que los países de la Región avancen hacia este modelo, cuya eficiencia está demostrada sobre la base de la evidencia científica.

Es en este escenario que surge la Biblioteca Virtual de Salud Mental, como una forma de articular redes de colaboración que permitan conocer, compartir y aplicar, cuando sea pertinente, las experiencias de los otros países de la Región.

“La Biblioteca Virtual de Salud Mental surge entonces como un instrumento para construir políticas sanitarias. Es un espacio que permite trabajar de forma sinérgica a investigadores como epidemiólogos, psiquiatras clínicos, académicos, a los responsables de las políticas sanitarias de los países y a los gestores de los servicios asistenciales, siempre considerando que en un futuro también podrán integrarse individuos y organizaciones sociales interesadas en el desarrollo de una política eficiente, equitativa y asequible en este tema”, añade el facultativo.

Dada la gestión que ha llevado a cabo el doctor Sepúlveda como secretario ejecutivo de esta iniciativa, y por una definición adoptada en la OPS, el Programa de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, ha sido designado como la plataforma que servirá de base regional al proyecto.

Generando redes
En la actualidad, el doctor Sepúlveda se encuentra coordinando el crecimiento y mantención de la red colaborativa de instituciones, expresada en un comité consultivo regional activo que nutre a la Biblioteca Virtual de Salud Mental, ya que este es uno de los criterios que exige la Bireme para oficializar a las bibliotecas virtuales temáticas que forman parte de la BVS.

“Todavía queda mucho por hacer. Por ahora, queremos que la iniciativa se haga conocida y que sea un recurso que utilicen los profesionales del área en la Región, como también que haya una preocupación activa por estar representados en esta base de datos, para lo cual los interesados deben contactarse con alguna de las instancias que forman parte del Comité Consultivo de la Biblioteca Virtual de Salud Mental”, explica el psiquiatra.

El profesional señala que la labor del Comité Consultivo, consiste en crear mecanismos y estándares eficientes, convocantes, socialmente aceptables y conocidos, para que todos los agentes de la sociedad de la salud mental y de la psiquiatría de la Región puedan incorporar sus proyectos y las reflexiones sobre su trabajo a esta base de datos, y que estos materiales sean incorporados, clasificados y estén disponibles de una manera eficiente para éstos y otros usuarios.

La calidad del material es otro aspecto que preocupa al facultativo. “Queremos que los colaboradores tengan entre las metas de su trabajo llegar al estándar Scielo o, por lo menos, cumplir con las condiciones suficientes para ingresar a Lilacs como publicación periódica”.

El doctor Sepúlveda señala que uno de los objetivos fundamentales de la Biblioteca Virtual de Salud Mental es generar conciencia sobre la necesidad de implantar el modelo de psiquiatría comunitaria. “Además buscamos que los actores técnicos y profesionales de la Región internalicen el hecho de que la evidencia no se limita sólo a aquellos aspectos estrictamente clínicos, sino que la evidencia también hace precisas y claras recomendaciones con respecto a la integralidad de la intervención en psiquiatría y salud mental, incorporando todos los elementos psicosociales, tales como elementos de contexto, el trabajo con la familia y, en general, con el entorno de vida de los pacientes”.

Para generar estos cambios, el profesional insiste en el rol gravitante que tiene a este respecto el Comité Consultivo. “Nuestra tarea consiste en ir generando en los grupos, a través de toda Latinoamérica y el Caribe, la expectativa de sentirse parte, de ser usuario y de ser productor. Es un trabajo muy fascinante, largo y meticuloso”, concluye.


Por Paloma Baytelman