Jornadas de Residentes Becarios en Concepción: 30 años de historia, esfuerzo y aporte a la pediatría
Si de reuniones importantes se trata, una de las más emblemáticas en la VIII Región es la celebración anual de las Jornadas de Residentes Becarios de Pediatría. Desde hace 30 años, médicos de todo el país, expertos internacionales y jóvenes becarios se reúnen en Concepción para discutir los avances de investigaciones y nuevas técnicas en esta especialidad. La iniciativa, nacida de la curiosidad por mejorar la formación de los jóvenes médicos pediatras, ha significado un gran esfuerzo conjunto de la Universidad de Concepción y del Servicio de Pediatría del Hospital Guillermo Grant Benavente.
La historia de estas jornadas se inicia en la década del ‘70, cuando el desarrollo de la ciencia, tecnología y sus aplicaciones en nuestro país comenzaron a revolucionar la forma de ejercer la medicina. Exámenes más exactos, un fuerte impulso a la investigación y a la difusión de sus descubrimientos, la llegada de la imagenología y el auge de la subespecialización eran algunos de los temas que inquietaban a docentes y becarios de distintas casas de estudio y servicios de salud chilenos.
Fue durante un congreso celebrado en Punta Arenas en el año 1971 que dos profesionales con inquietudes semejantes se reunieron y comenzaron un intercambio que determinaría el nacimiento, en 1975, de estas jornadas. Durante ese encuentro, el doctor Waldo Rodríguez, académico del Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción y del Hospital Guillermo Grant Benavente, y el doctor Antonio Galletti, entonces residente becario de segundo año en el Hospital Luis Calvo Mackenna de Santiago, ambos de origen penquista, evaluaron la formación en pediatría y decidieron planear estrategias para comparar y mejorar la actividad en regiones.
A fines de 1973, el doctor Galletti volvió a Concepción y se unió al Departamento de Pediatría de la Universidad, dirigido entonces por el doctor Próspero Arriagada. En virtud de la inquietud y el entusiasmo de los residentes, el doctor Galletti estudió seriamente la realidad docente – asistencial de la pediatría local y un año más tarde presentó al doctor Arriagada y al director del Servicio, doctor Alfonso Urrizola, un informe en el que detallaba las debilidades y fortalezas de la especialidad. Tras este estudio, se determinaron los pasos a seguir a corto, mediano y largo plazo, en búsqueda de un mayor intercambio de experiencias que permitieran superar las necesidades.
Grandes hitos de una tradición
Cada año, el comité organizador de estas jornadas se encarga de presentar avances y superar el nivel alcanzado por cada versión del encuentro, desde las Primeras Jornadas Regionales de Residentes Becarios, efectuadas el 10 y 11 de octubre de 1975. Algunos de los logros de mayor importancia son relatados con orgullo por quienes han trabajado durante este tiempo en la planificación y desarrollo de cada evento.
Si hace 30 años las exposiciones se realizaban con diapositivas escritas a máquina y en blanco y negro, hoy la tecnología permite el uso de formatos con alta resolución de imagen y calidad.
Pero no sólo se ha mejorado la presentación de las muestras, también ha aumentado la cantidad de estudios que se exponen. El primer año, 15 temas libres llegaron a manos del comité organizador, cifra que en 1977 creció a 47. Durante estos 30 años de jornadas initerrumpidas, se ha presentado un total de 1058 trabajos, siendo 660 de ellos investigaciones regionales; 381, de otros centros formadores del país y 17 han llegado desde instituciones latinoamericanas afines.
Otro hecho que marca el fortalecimiento de esta actividad académica, es la creación en 1978 del premio Dr. Raúl Ortega Aguayo, entregado por la Sociedad Chilena de Pediatría, filial Concepción, al mejor trabajo presentado durante el encuentro. Esto significó un gran estímulo para los estudiantes, que se esforzaron por elevar la calidad de sus presentaciones. Al año siguiente, el interés de los becarios sobrepasó las fronteras de la región, y las jornadas se convirtieron en reuniones nacionales. Ante la llegada de otras casas de estudio a la zona, se planteó en 1982 la idea de llevar las jornadas a distintas ciudades del país, idea que no fue concretada ya que se consideró que, por su origen, la actividad era una instancia penquista y, por lo tanto, la responsabilidad de organizarlas debía continuar en manos de la Universidad de Concepción.
La participación de invitados extranjeros fue posible en 1983, cuando el profesor Dr. Gerardo Prieto Bozano, pediatra gastroenterólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, en España, participó en la IX versión de estos encuentros. Con el tiempo, el aporte académico-científico de alumnos, profesores y especialistas de otros países aumentó en forma importante, hasta que en 1992 se organizó la primera versión Internacional de las Jornadas, contando con la participación de profesionales de Bolivia, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
La primera edición del Texto de las Jornadas se realizó durante la X versión del encuentro, coincidiendo con el aniversario número 65 de la fundación de la Casa del Campanil y los 60 años de la apertura de la Facultad de Medicina. Esta publicación incluyó los programas de las nueve jornadas anteriores, haciendo un recorrido por la historia de lo que comenzaba a ser uno de los eventos más importante del área pediátrica. Hasta hoy, la publicación incorpora los resúmenes de las presentaciones y contenidos específicos de interés general pediátrico. Asimismo, este texto editado por el doctor Waldo Rodríguez, incluye la mayoría de las conferencias dictadas por los docentes invitados.
Apoyos indispensables
La realización anual de estas jornadas es posible gracias a que los organizadores cuentan con un fuerte respaldo de autoridades académicas, servicios públicos y privados y el compromiso de todos los actores que participan en la actividad. Todo este apoyo está basado en la proyección que significa para la zona y para el país, el desarrollo de este importante evento académico y científico.
La Universidad de Concepción, a través de la Facultad de Medicina y sucesivos directores del Departamento de Pediatría, ha comprometido su incondicional apoyo desde los inicios de las jornadas. Lo mismo han hecho la Secretaría Regional Ministerial de Salud VIII Región y el Servicio de Salud Concepción y de Talcahuano, organismos que comparten el objetivo de mejorar la atención sanitaria a toda la sociedad, así como perseguir la excelencia en la formación de los futuros especialistas.
Además de estregar el “Premio Dr. Raúl Ortega Aguayo”, la Sociedad Chilena de Pediatría filial Concepción también forma parte del comité organizador del encuentro, de igual forma que el Colegio Médico de Chile, Regional Concepción.
El apoyo también viene de parte de la industria farmacéutica, donde los organizadores destacan la presencia de Laboratorios SAVAL como un importante y permanente colaborador. Otros respaldos fundamentales a las jornadas proceden de instituciones privadas de salud de la VIII Región, como Isapre Más Vida, Clínica Francesa, Sanatorio Alemán y empresas del rubro nutricional.
Los aportes a la pediatría
La realización de estas jornadas ha significado además una oportunidad para generar trabajos en conjunto, convenios y otros cursos, así como fortalecer la especialidad con el aporte de nuevos conocimientos. A partir de la llegada del doctor José Venturelli Barón, médico chileno radicado en Canadá, pediatra y profesor de la Universidad de Mc Master, experto en educación médica y director de los cursos “Pediátric Advanced Life Support”, se inician por primera vez en el país los Cursos de Reanimación Básica y Avanzada en Pediatría, incorporados actualmente al Programa de Postgrado.
Además, gracias al trabajo mancomunado de diferentes generaciones de médicos, se logró estructurar la Unidad de Tratamientos Especiales en Pediatría (UTEP), inaugurada el 12 de junio de 1979, y que a partir de 1991 se transformó en la Unidad de Cuidados Intensivos en Pediatría.
El fortalecimiento de la investigación nacional en Pediatría, así como la publicación en revistas nacionales e internacionales de artículos presentados en las jornadas, son otros referentes que reflejan cómo se han abierto oportunidades para consolidar el desarrollo científico en Chile y, especialmente, el trabajo en regiones.
Sin duda, estas instancias se ven beneficiadas por el crecimiento de este espacio, donde estudiantes, docentes, médicos en ejercicio e investigadores pueden intercambiar sus experiencias, compartir inquietudes y buscar en conjunto nuevas soluciones a los desafíos que enfrenta la pediatría actualmente.
Pero es la participación e integración de diferentes generaciones de residentes becarios, uno de los logros más destacables de estas jornadas. Cuando han pasado 30 años desde que se celebró la primera reunión, se trabaja con el mismo entusiasmo y compromiso, sin escatimar esfuerzos ni sacrificios para que en todas ellas se manifieste el espíritu de entrega que caracteriza a los profesionales de la salud.
Por Soledad Cabrera
