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17 Diciembre 2012

Los secretos detrás de la improvisación

Un reciente estudio descubrió que cuando los seres humanos pasan a un modo creativo, desactivan un área específica del cerebro, para dejar así vía libre a la imaginación.

La creatividad es la capacidad de crear, de producir cosas nuevas y valiosas, de llegar a conclusiones y resolver problemas en una forma original. Ser creativo significa hacer algo que antes no existía y la creatividad es la facultad para hacerlo.

Por ello la actividad creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo y en su materialización puede adoptar una forma artística, literaria o científica, porque no es privativa de ningún área en particular.

Desde la antigüedad ha sido motivo de investigación. De hecho, en la mitología griega se describió la íntima relación que existía entre los dioses antiguos, la locura y las personas creadoras y, de una manera más dramática, en las luchas dionisíacas entre la violencia, la creación, la locura y la razón.

Hoy se sabe que se trata de un proceso humano mediante el cual se tiene como resultado un producto novedoso y de utilidad para el individuo o un grupo. Es el principio básico para el mejoramiento de la inteligencia personal y del progreso de la sociedad. Es también una de las estrategias fundamentales de la evolución natural, un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad, la adaptabilidad y las posibilidades de realización concreta.

Los caminos de la creatividad, con frecuencia, no van en línea recta, sino que existen una serie de desvíos que otros no han seguido, porque como decía Albert Einstein “quienes siguen los caminos que otros han trazado, sólo llegarán a donde otros ya han llegado”.

Todos nacemos con una capacidad creativa que luego puede ser estimulada o no. Como todas las capacidades humanas, la creatividad puede ser desarrollada y mejorada. Así, existen muchas técnicas para aumentar y desarrollarla. Una de las más interesantes es la conocida como mapas mentales.

Investigadores del Instituto Nacional para la sordera y otros desórdenes de la comunicación en Maryland se propusieron investigar de qué manera funciona la creatividad humana y cuáles son las áreas del cerebro que se activan para dar paso a la improvisación, una de las claves del proceso creativo.

Se sabe que la creatividad es una característica esencial de la conducta humana, pero los sustratos neurales que dan lugar a la misma, siguen siendo desconocidos. La creatividad artística improvisada, por ejemplo, es, a menudo, considerada como una de las formas más misteriosas del comportamiento creativo. Con frecuencia ha sido descrita como algo que ocurre en un estado alterado de la mente, más allá de la conciencia o control.

Laimprovisación musical es un acto, típica de raperos y jazzistas, cuya contemplación es capaz de dejarnos perplejos. Pura creatividad y energía que surge de la nada, navega por lo desconocido, fluye por el borde del abismo para luego regresar tranquilamente al punto donde todo comenzó.

El freestyle rap, el arte de improvisar letras espontáneamente en tiempo real, expresando lo que se ve o lo que se siente sin dejar de clavar las palabras sobre un ritmo y manteniendo un flow no sólo inspira temor en los aficionados. Al parecer haría maravillas para el cerebro de los que forman las letras en el acto.

Así lo demostró un estudio publicado en la Scientific Reports (Sci Rep. 2012; 2:834) , una publicación del grupo Nature. La doctora Siyuan Liu y su equipo convencieron a 12 raperos a someterse a una resonancia magnética cerebral mientras improvisaban algunas letras. Se les pidió a los músicos que memorizaran una canción y luego la cantaran, para así comparar esta actividad cerebral con la que tuvieron aplicando un estilo libre.

Los escáneres cerebrales utilizados permitieron apreciar qué partes del cerebro se activaban cuando se realizaba una determinada acción. De ese modo, pudieron concluir que ciertas áreas del cerebro vinculadas a las funciones ejecutivas del pensamiento se relajaron o se desactivaron, dando paso a la activación de un área conocida como córtex prefrontal medio.

Estos resultados coinciden con los de un estudio anterior realizado por Allen Braun y Charles Limb (PLoS One 2008; 3(2):e1679) . El último de ellos, músico e investigador, se preguntó cómo funciona el cerebro durante la improvisación musical. Y para averiguarlo puso a músicos de jazz y raperos en un escáner de resonancia magnética funcional.

Los resultados mostraron una verdadera sinfonía de activación y desactivación de regiones del cerebro durante la improvisación, Para el doctor Limb, otorrinolaringólogo del Johns Hopkins Hospital, la actividad más extraña se produjo en la corteza prefrontal, donde los científicos observaron un aumento en la actividad prefrontal medial, la región del cerebro de la auto-expresión autobiográfica, y, simultáneamente, una desactivación amplia en las regiones laterales prefrontales, el área que rige la autoconciencia y la inhibición.

En otras palabras, en el cerebro del improvisador el área responsable de la autocontención se desactiva, permitiendo que la región que impulsa la libre expresión se active para actuar prácticamente sin control, algo que para los investigadores resultó tremendamente intrigante.

Las conclusiones, que en su momento resultaron controvertidas –ya que otros estudios han señalado todo lo contrario: que el córtex prefrontal medio se activa durante el proceso creativo- hoy parecieran ratificarse con este nuevo estudio.

De hecho, los investigadores del Instituto Nacional para la sordera y otros desórdenes de la comunicación en Maryland creen que la desactivación del lóbulo frontal durante el proceso creativo, podría ser el motivo por el que algunos artistas creen que su creación es fruto de algo externo, una voz creadora, lo que se conoce como musa. “Al desactivarse esta área consciente el artista podría tener la sensación de que la creación surgió de algo externo a la consciencia”, señalaron.

Los científicos ahora estudian si el proceso creativo se compone de dos partes: el momento de inspiración, donde se crea algo nuevo; y en una segunda fase en la que lo creado se somete a revisión.