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10 Octubre 2011

Premio Nobel de Medicina 2011

Medalla de oro para la inmunología

El Instituto Karolinska de Suecia distinguió a los científicos Bruce Beutler, Jules Hoffmann y Ralph Steinman -quien estuvo en Chile en 2009-, por sus descubrimientos relativos a la activación del sistema inmune, la célula dendrítica y su papel en la inmunidad adaptativa.

El 9° Congreso Latinoamericano de Inmunología, realizado en Viña del Mar en 2009, contó con una visita ilustre: el doctor Ralph Steinman, ganador póstumo del Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2011. El médico canadiense respondió a la invitación realizada por el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia y estuvo durante cinco días en Chile, participando además en simposios organizados en la Universidad Católica y por la Universidad de Chile. Su paso por el país todavía es recordado y lógicamente las noticias de su fallecimiento y distinción generaron reacciones en todo el mundo.

El doctor Steinman padecía un cáncer pancreático y logró sobrevivir más de cuatro años con el tumor, pese a que inicialmente le habían diagnosticado una esperanza de vida que apenas bordeaba los tres meses. Su “secreto” fue la fabricación propia de las vacunas que le permitían estimular su sistema inmune y así intentar eliminar la enfermedad de su organismo. El galardón recayó en él precisamente por su investigación en esta área y el descubrimiento de la célula dendrítica y su papel en la inmunidad adaptativa.

El anuncio del Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2011 se realizó el lunes 3 de octubre, pero sólo horas después la Universidad de Rockefeller, donde trabajaba Steinman, dio a conocer una declaración confirmando el deceso del científico el viernes anterior. Aunque un reglamento del año 1974 impide entregar el galardón de manera póstuma, esta vez el comité mantuvo su decisión.

En rigor, este año la distinción no fue sólo para Steinman, sino que también para los doctores Bruce Beutler, del Scripps Research Institute de La Jolla, California; y Jules Hoffmann, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, quienes realizaron una serie de descubrimientos relativos a la activación del sistema inmune. Fue un galardón compartido -una mitad para Steinman y la otra para Beutler y Hoffmann-, concedido a estos tres médicos por su contribución en el ámbito de la inmunología y las vacunas.


Visiones expertas

“Nuestra salud se ve amenazada constantemente por microorganismos patógenos como bacterias, virus, hongos o parásitos. Como respuesta a estas agresiones, nuestro sistema inmune presenta batalla a través de sus dos divisiones: la inmunidad innata y la adaptativa. La primera línea de defensa, la innata, es una especie de inmunidad automática que tenemos y consta del reconocimiento de patrones específicos dentro de la mayor parte de los microorganismos. A partir de la identificación de estos patrones o estructuras, las células del sistema se activan para destruir a estos gérmenes invasores y desencadenan la inflamación que contribuye al bloqueo de su irrupción en el organismo. Si logran avanzar aparece la inmunidad adaptativa, que es un sistema más complejo capaz de detectar estructuras específicas que pueden aparecer, no sólo en bacterias y otros patógenos, sino también en proteínas de nuestro organismo que se hayan transformado. Con sus células T y B produce los anticuerpos y las células asesinas que destruyen las partículas infectadas. Después de combatir con éxito una infección, nuestro sistema de defensas adaptativo mantiene una memoria inmunológica que permite una movilización más rápida y poderosa de las fuerzas de resguardo ante un próximo ataque del mismo patógeno”, explica el doctor Carlos Riganti, jefe del servicio de Inmunología del Hospital Pedro de Elizalde, Argentina.

Durante el siglo pasado, los componentes del sistema inmunológico han sido identificados paso a paso. Gracias a una serie de descubrimientos se determinó, por ejemplo, cómo se construyen los anticuerpos y de qué forma las células T reconocen sustancias extrañas. “Sin embargo, hasta que se conociera el trabajo de Beutler, Hoffmann y Steinman, los mecanismos desencadenantes de la activación de la inmunidad innata y la mediación de la comunicación entre la inmunidad innata y adaptativa eran un enigma”, agrega Riganti.

De esta forma, los prestigiosos investigadores se suman a una extensa lista de premiados por el Instituto Karolinska de Suecia, que desde 1901 apoya el talento intelectual en diversos campos de la ciencia. Según el doctor Manuel Juan, de la Sociedad Catalana de Inmunología y el Hospital Clinic de Barcelona, la inmunología es una especialidad poco desarrollada en algunos países como España, pese a lo cual ha recibido un buen número de premios Nobel. “Se trata de una ciencia transversal que ha tardado en evolucionar, pero el nivel de producción científica es muy alto”, acota.

De acuerdo a la propia Academia sueca, los descubrimientos que han sido premiados por el Nobel de Medicina han permitido el desarrollo de nuevos métodos para buscar la cura de diversas patologías. Es el caso de las vacunas de última generación o las terapias que, mediante la activación del sistema inmunitario, tienen como fin hacer retroceder al cáncer. Estos hallazgos también resultan fundamentales para comprender el funcionamiento del sistema inmunitario y el origen de las enfermedades autoinmunes, lo que ha abierto nuevos caminos para encontrar tratamientos contra estos trastornos.

“Una alternativa es corregir el sistema inmune cuando es defectuoso, como en el lupus, y otra es producir vacunas con las defensas de la propia persona para destruir tumores de próstata, de piel u otros órganos”, detalla el doctor Flavio Salazar, investigador del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia y gestor de la idea de traer a Steinman a Chile.


Historia y candidatos

Alfred Nobel fue un destacado industrial y científico sueco, creador de la dinamita a partir de la pólvora. Acumuló una gran fortuna gracias a su invento, que lógicamente fue utilizado principalmente con fines bélicos. Consternado, decidió dejar un legado positivo, por lo que antes de morir estipuló en su testamento la creación de los Premios Nobel, distinción que debía ser entregada a los realizadores de investigaciones científicas, inventores de artefactos y nuevas técnicas, que se conviertan en un gran aporte intelectual a la humanidad. La primera premiación se llevó a cabo en la Antigua Real Academia de Música de Estocolmo, en 1901, en las categorías de Física, Química, Medicina y Literatura. La siguiente ceremonia fue encabezada por el propio Rey de Suecia, Oscar II, quien se percató de la relevancia y publicidad que adquirió para el país el galardón, permitiendo de paso la postulación de extranjeros.

Los Premios Nobel conllevan la entrega de una medalla de oro, en la cual está grabado el rostro de Alfred Nobel, y está dotado con 10 millones de coronas suecas (1.4 millones de dólares), fondos que buscan que el científico distinguido no pierda tiempo en la búsqueda de financiamiento y se concentre por completo en su investigación. Aunque el anuncio oficial del comité es en octubre, la entrega se lleva a cabo en la Sala de Conciertos de Estocolmo el 10 de diciembre, fecha del fallecimiento de Nobel. Actualmente, las categorías de premiación son Física, Química, Medicina (otorgado a 196 científicos), Economía, Literatura y Paz, única distinción que se entrega en el Ayuntamiento de Oslo, Noruega.

Este 2011 entre los favoritos para llevarse el premio de Medicina y Fisiología figuraban científicos como Brian Druker, Nicholas Lydon y Charles Sawyer, por el desarrollo de imatinib y dasatinib, agentes orales inhibidores de la tirosinkinasa de primera y segunda generación, claves en la terapia molecular contra el cáncer. Otros candidatos eran Robert Langer y Josep Vacanti, por sus investigaciones en ingeniería de tejidos y medicina regenerativa. El año pasado, la distinción fue para Robert Edwards, conocido como el padre del primer bebé probeta, por sus investigaciones sobre la fecundación in vitro.