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29 Septiembre 2011

Chocolate:

Dulce remedio para el corazón

Nuestros antepasados sabían muy bien las múltiples propiedades que tenía el cacao para la salud del hombre y recién ahora los científicos están redescubriendo estos beneficios. Un estudio publicado en la prestigiosa revista inglesa “British Medical Journal” indica que el consumo de productos derivados del cacao, incluido el chocolate, puede llegar a disminuir hasta en un tercio las probabilidades de padecer alguna enfermedad coronaria a lo largo de la vida.

Theobroma cacao es el nombre científico que recibe el árbol del cacao, la fruta tropical con la que se produce el chocolate, y que en griego significa “alimento de los dioses”. Los incas, los mayas y los aztecas lo utilizaron desde el siglo IV como una fuente de poder, energía y curación. Además, la historia cuenta que el emperador azteca Moctezuma bebía chocolate en pequeñas cantidades hasta 50 veces al día para aumentar su virilidad. Más tarde, el primer encuentro conocido entre el chocolate y el mundo europeo fue en 1504 a través de Cristóbal Colón y luego con Hernán Cortés, conquistador español del imperio azteca, quien convencido de las múltiples propiedades del cacao, lo convirtió en un componente esencial de la dieta de sus soldados. Esto, porque además proporcionaba energía, concentración mental, resistencia y sensación de bienestar. De hecho, Cortés describió en una de sus cartas al emperador Carlos V que "una sola taza de esta bebida fortalece tanto al soldado que puede caminar todo el día sin necesidad de tomar ningún otro alimento".

En Europa, al igual que en Centro América, el beber chocolate era exclusivo de la nobleza, hasta que como resultado de intensos cultivos y abaratamiento de la producción, su consumo se generalizó. Sin embargo, nunca perdió su aura medicinal, ya que entre los siglos XVI y XX al cacao se le atribuyeron más de 100 propiedades beneficiosas para la salud, entre las que destacan sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

Pero ¿cómo llegó el cacao a ser el chocolate que consumimos hoy en día? Esto fue el resultado de procesos tecnológicos, principalmente en Holanda y Suiza, diseñados para adaptarlo a las costumbres y facilitar su consumo. Así, su industrialización se masificó mayoritariamente de forma sólida incluyendo grasas y azúcares, pero durante los últimos años los estudios científicos están redescubriendo los que nuestros antepasados entendieron y experimentaron por siglos: que el chocolate negro y puro tiene múltiples beneficios tanto para nuestro cuerpo como para nuestra mente.


Beneficios Cardiológicos

Estos efectos han sido demostrados tanto a nivel epidemiológico como a nivel clínico. Recientemente la revista “British Medical Journal” publicó una investigación [BMJ 2011; 343:d4488] que indica que el consumo de productos derivados del cacao, incluido el chocolate, está asociado a un menor riesgo de sufrir problemas cardíacos, probablemente debido a su alto contenido en polifenoles, sustancias antioxidantes que también están presentes en el aceite de oliva.

Los investigadores realizaron una revisión de siete estudios estadísticos, que sumaban datos de más de 100.000 participantes, donde se demostró que existe una asociación entre la ingesta de chocolate y una importante disminución, cercana a un tercio, de las probabilidades de padecer enfermedad coronaria a lo largo de la vida.

Tras revisar los estudios disponibles, los científicos llegaron a la conclusión de que "los niveles más altos de consumo se asociaban a una reducción del 37% en las enfermedades cardiovasculares y del 29% en hemorragias cerebrales, en comparación con los niveles menores de ingesta de chocolate”.

Los expertos creen que la reducción del riesgo coronario se debe a los efectos antiinflamatorios y antioxidantes, que benefician la tensión arterial y la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, admiten que conocer el mecanismo exacto mediante el cual se producen estos beneficios requerirá más investigaciones. Además, son enfáticos al recordar que excederse con estos alimentos es contraproducente, ya que las grasas y azúcares que los acompañan pueden provocar problemas como obesidad o diabetes, a su vez relacionados con varios problemas cardíacos. Esto, porque el chocolate que se suele vender en los comercios tiene unas 500 calorías por cada 100 gramos, lo que representa un valor energético demasiado elevado como para que los expertos puedan recomendarlo libremente, a pesar de los efectos beneficiosos que se observan en los estudios.