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31 Diciembre 1969

Alcoholismo social... peligro cardiovascular

Un estudio publicado en la revista científica British Medical Journal asegura que los bebedores de fin de semana tiene el doble de riesgo de morir de un paro cardíaco respecto a quienes realizan un consumo repartido a lo largo de la semana. La investigación fue un estudio comparativo entre personas de Irlanda del Norte y Francia.

Actualmente el alcoholismo o dependencia al alcohol es uno de los mayores problemas de salud pública a nivel nacional. Según un estudio de la CONACE, un 50% de los jóvenes chilenos comienza a tomar alcohol a los 17 años, e incluso hay un 5% de ellos que empieza a los 12 o antes. Además, el mismo informe reveló que los hombres duplican a las mujeres en su problema asociado al uso de bebidas alcohólicas. Sin embargo, cuando se realiza este análisis para el grupo de 12 a 18 años de edad, las cifras se estrechan, ya que 33 de cada 100 hombres declaran consumo reciente de alcohol y 28 de cada 100 mujeres también lo hacen.

Esto es especialmente preocupante si se considera que el alcohol se vincula con más de la mitad de los accidentes de tránsito y muertes accidentales, homicidios y suicidios, sin mencionar las muertes derivadas de las complicaciones que genera esta misma adicción. Pero, ¿qué pasa con el resto de las personas, que no son declaradas alcohólicas, pero que toman todos los fines de semana? ¿Es menor el daño que ellos reciben?

Según un reciente estudio publicado en la revista British Medical Journal [BMJ 2010; 341:c6077] estos “bebedores sociales” o “alcohólicos de fin de semana” tienen incluso un mayor riesgo para la salud, ya que se duplica el riesgo de morir de un paro cardiaco respecto a un consumo repartido. La investigación consistió en un estudio comparativo entre Francia e Irlanda del Norte, donde se buscó averiguar si los modos de consumo de alcohol muy diferentes en ambos países podían estar vinculados con la disparidad de las tasas de mortalidad coronaria.

Esto, porque las tasas de casos de insuficiencia coronaria aguda (infarto del miocardio y muerte coronaria) es dos veces más elevado en Irlanda que en Francia. El equipo de Jean-Bernard Ruidavets de la Universidad de Toulouse, Francia, siguió durante diez años a cerca de mil hombres de tres ciudades francesas (Lille, Estrasburgo, Toulouse) y de Belfast, de entre 50 y 59 años e indemnes de patologías cardiacas al lanzamiento del estudio en 1991.


Resultados del estudio

Tras un exhaustivo análisis de los datos obtenidos, los investigadores encontraron que el volumen semanal de alcohol consumido por los bebedores regulares era prácticamente idéntico en Belfast y en Francia. Sin embargo, los "modos de consumos eran radicalmente diferentes en los dos países: en Irlanda, el consumo de alcohol estaba más concentrado en un día del fin de semana (el sábado), cuando en los tres centros franceses el consumo estaba repartido de forma más regular sobre el conjunto de la semana".

Los efectos negativos sobre el corazón de este "binge drinking", como lo definieron los científicos y que significa un consumo excesivo de alcohol (es decir cuatro o cinco vasos de vino en una sola ocasión), fue casi 20 veces más elevado en Belfast que en Francia (9,4% de los hombres en Irlanda frente al 0,5% en Francia). En paralelo, la incidencia anual de fallecimientos coronarios casi se duplicaba en Irlanda del Norte (5,63 para 1.000) respecto a Francia (2,78).

Ante esto, Jean Ferrières, uno de los responsables del estudio explicó que “hemos tomado en consideración factores de riesgo clásicos que explican una parte de la variabilidad de 1 a 2 entre Francia e Irlanda del Norte, y hemos introducido el modo de consumo y luego el consumo del vino".

Por lo tanto, comentó, “de forma simétrica, está el hecho de consumir en una o dos veces grandes cantidades de alcohol, que da la mortalidad coronaria, y el hecho de consumir regularmente vino, que es protector para el corazón", indicó.

Es necesario mencionar que en Irlanda del Norte, los hombres bebían principalmente cerveza (75,5%), seguido de licores (61,3%) y el vino siendo poco consumido (27,4%). En Francia, en cambio, el consumo de vino predominaba (91,8%). "El consumo de vino refleja comportamiento de vida diferentes respecto a la cerveza y está asociado a otros factores protectores cardiovasculares, como la alimentación", destacó Ferrières.

Con todo, queda claro que lo mejor es evitar el consumo de alcohol, ya que sea cual sea su modo de consumo, aumentan los riesgos de numerosas enfermedades, como la cirrosis del hígado, la pancreatitis crónica y varios tipos de cáncer.