El importante rol del periodismo en la salud
El periodismo que cubre el área de la salud es sin duda información primordial para los lectores, ya que la proximidad e identificación de ciertos temas lo hace indispensable y exige máxima rigurosidad en el trato. Según un documento de la Organización Mundial de la Salud, OMS, titulado Healthy People 2010, “la comunicación en salud abarca el estudio y uso de estrategias de comunicación para informar e influenciar decisiones individuales y comunitarias que mejoren la salud”. Asimismo, la OMS considera que este tipo de comunicación es un elemento necesario en los esfuerzos por mejorar tanto la salud pública como personal, y en la ayuda a la prevención de enfermedades.
Sobre este último punto el consenso es total. Cada vez más, los especialistas demandan una participación activa de los medios de comunicación en cuanto a la educación y creación de conciencia en la población referente a las patologías más prevalentes y, sobre todo, las que son prevenibles con un diagnóstico precoz. “Creo que el rol de los periodistas científicos es tan importante como el nuestro. Nosotros estamos de alguna forma saturados en la atención de una población que está con cáncer avanzada. Pero ustedes pueden hacer tanto o más que nosotros en lo que es crear conciencia. Por ejemplo, crear una lista para padres jóvenes que diga cuáles serían los cuidados básicos para que sus hijos no tengan cáncer, o niños jugando a aprender a cuidarse…hay tantas cosas por hacer”, comentó en una entrevista a SAVALnet el doctor Manuel Álvarez, Jefe del Servicio de Oncología de Clínica UC San Carlos de Apoquindo.
Otro tema en que los médicos piden ayuda externa para poder llevar adecuadamente su trabajo a cabo es en la donación de órganos. En Chile el 45% de la población no es donante y al parecer la última ley que aprobó el senado es insuficiente en la práctica. Así lo afirmó el doctor Marco Arrese en el reciente seminario sobre “actualización médica para periodistas científicos” que organizó la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde declaró que “nuestras tasas de donación son inaceptables. Tenemos un cuarto de donantes que los españoles y muchos países de la región nos superan culturalmente en este tema. Aquí el trabajo educativo que tienen que hacer los medios de comunicación es tremendo”, afirmó.
El especialista recalcó que una de las principales tareas de los medios es derribar los mitos que hay sobre este tema. Por ejemplo, Arrese aseguró que en Chile no existe tráfico de órganos, que nadie va a dejar de ser atendido adecuadamente para facilitar una donación y negó que sea cierto que sólo el que tiene dinero se trasplanta. “Eso es mentira y ahí es donde los periodistas deben hacer reportajes sobre trasplante y donación de órganos una y otra vez…porque algo tiene que quedar”.
Periodismo de salud en tiempos de crisis y desastres
Un desafío distinto y más complejo es el que presenta el periodismo de salud en tiempos de crisis o desastres naturales. Durante este último tiempo nuestro país ha vivido tres hechos que merecen revisión: terremoto, tsunami y el rescate de los mineros. En todos ellos se vieron puntos altos y bajos en cuanto al manejo de la información.
Según el doctor Rodrigo Figueroa, jefe de la unidad de trauma, estrés y desastres del departamento de psiquiatría UC, la entrega de información en tiempos de crisis es el mejor antídoto contra el estrés. “En una emergencia, después del agua, oxigeno y nutrientes lo más importante es asegurar la libre información, ya que así se tolera mucho mejor el estrés y la desesperanza”.
Sin embargo, el doctor Figueroa advierte que la gestión de la información en desastres puede ser un arma de doble filo. “Si la manejas bien los beneficios son múltiples, pero si lo haces mal puedes afectar gravemente la salud mental de las personas involucradas”. Y así ejemplificó con el mal manejo que hubo en el caso Antuco, donde la ira de los familiares para con las autoridades fue el protagonista, y con el caso de los mineros donde hubo una oportuna entrega de información.
Ante esto, el especialista sugirió que para aumentar la seguridad, orden y calma en estas circunstancias es necesario “disminuir la incertidumbre, dar esperanza -ya que se ha demostrado que es un buen predictor de salud mental después de crisis-, transmitir control y normalizar respuestas”. Para esto “la información debe ser temprana, regular, veraz, coherente, completa, optimista, respetuosa, discreta y educativa”, explicó el psiquiatra.
Con todo, es cierto que la responsabilidad de los periodistas en estos casos es grande y deben recurrir a la ética periodística y criterio para dar a conocer la información. Sin embargo, tal como mencionó el doctor Figueroa en su charla, también existe una gran responsabilidad de las autoridades, que son los encargados de crear e impulsar los adecuados planes de comunicación.
