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19 Abril 2010

Un día mundial para la salud vocal

La voz es una función que permite la comunicación con nuestro entorno. Cerca del cinco por ciento de la población mundial sufre algún trastorno de la voz. A través del análisis y la observación de ella, es posible detectar problemas y patologías, tanto físicas como psicológicas. De ahí la importancia de cuidarla como es debido desde la infancia.

Definida por Platón como un impacto del aire que llega por los oídos al alma, la voz es el sustrato en el que se apoya el método de comunicación habitual del ser humano, con el que se transmite la cultura, se expresan los sentimientos e incluso las emociones.

Por su cotidianidad, muchas veces, pasa desapercibida su extraordinaria importancia. Sin embargo, por su carácter específico y, exclusivamente, humano ha sido estudiada desde los inicios de nuestra civilización.

Cada persona presenta un tipo de voz diferente. El timbre, el tono y la intensidad son las características que otorgan una identidad al sonido que cada uno emite. Por ejemplo, en el siglo I d.C., la voz se clasificaba en función de su calidad (dulce, áspera, sonora) y de la cantidad (grande, mediana y pequeña); mientras que durante el Renacimiento, con el canto coral, se comenzó a catalogar a los sonidos masculinos en tenor y bajo; y a los femeninos en contralto y contratenor.

La voz es un medio extraordinario de comunicación humana y de expresión artística, pero tiene unas posibilidades limitadas de uso que dependen de cómo se utiliza y de la capacidad de cada persona para el habla. Probablemente, no se da importancia ni se reconoce el valor de la voz hasta que, por algún motivo, se pierde o se reducen drásticamente las posibilidades de su uso.

Con los años, la prevalencia de patologías de la voz continúa aumentando dentro de nuestra sociedad, cada vez más ruidosa y estresante y en donde la voz ya se ha convertido en una herramienta esencial de trabajo. A pesar de su importancia, la población no la cuida como es debido.

Por esta razón, en 1999 la Federación Internacional de Sociedades de Otorrinolaringología (IFOS), instauró el Día Mundial de la Voz que se celebró el pasado 16 de abril. Esta iniciativa busca que instituciones gubernamentales, educativas y sanitarias reflexionen sobre la importancia de este instrumento de comunicación. La idea es que, a través de diversas actividades, las personas vigilen su salud vocal y tomen los resguardos necesarios para mantener y mejorar los hábitos del uso de la voz.

Está demostrado, fisiológicamente hablando, que existen verdaderas diferencias entre el timbre de voz de hombres y mujeres. La laringe femenina mide 3,6 centímetros de alto, 4,3 de ancho y 2,6 centímetros de diámetro. Mientras que sus cuerdas vocales miden entre 1,5 y 2 centímetros. En cambio, la laringe de los hombres posee 4,9 centímetros de altura, un poco más de 5 de ancho y 3,5 centímetros de diámetro. Las cuerdas vocales van de los 2 a los 2,5 cm. Estas diferencias hacen que la voz femenina sea más aguda que la masculina.

Tanto en niños como en adultos, la causa de los trastornos vocales es el mal uso y el abuso vocal. Estas complicaciones se denominan disfonías. Las más frecuentes son las funcionales. En ellas no se identifica ninguna lesión anatómica en los órganos fonatorios, sino que se deben al enorme esfuerzo vocal: hablar excesivamente y con una intensidad o tono superior al normal, gritar, carraspear y toser, forzar la vocalización, cantar con una técnica inadecuada o inhalar polvo, humo de tabaco y gases nocivos, además de beber alcohol. Se relacionan con la actividad laboral y han adquirido la categoría enfermedad profesional. En estos casos, el diagnóstico y tratamiento precoz de cualquier malestar puede evitar patologías que se previenen haciendo un buen uso de técnicas vocales.

Existen, eso sí, trastornos más graves. Los nódulos, pólipos y papilomas en las cuerdas vocales están dentro de las disfonías orgánicas, donde sí hay presencia de lesión en el aparato fonador. Dentro de este grupo también se encuentra el cáncer de laringe, directamente relacionado con el tabaquismo, el alcohol y el reflujo gastroesofágico. En estos casos, el diagnóstico precoz es clave, porque la supervivencia del cáncer de laringe a cinco años de realizados los tratamientos y las intervenciones necesarias es superior al 66 por ciento, lo que convierte al este cáncer en uno de los más curables.

En algunos casos las enfermedades de la voz son síntomas de problemas complejos de salud; en otros, simplemente pequeños o grandes errores funcionales. Cualquiera sea la razón, es recomendable establecer un proceso de educación y reeducación de la voz.

Los problemas de la voz pueden prevenirse siguiendo algunas sencillas reglas como cuidar el mal uso de nuestras cuerdas vocales es más fácil de lo que parece. Los especialistas aconsejan controlar los gritos; eliminar el carraspeo, ya que el choque fuerte y repetido de las cuerdas vocales da lugar a su inflamación; no respirar por la boca, pues se favorece la entrada de aire frío; mantener una postura corporal correcta; mantener las cuerdas vocales hidratadas, tomando agua con frecuencia; no fumar, porque el tabaco reseca la mucosa de la laringe; no comer en abundancia y muy condimentado en la noche para evitar el reflujo; no hablar en ambientes muy ruidosos; y dormir de siete a ocho horas, debido a que se mejora la salud y se favorece el reposo vocal.

Un instrumento musical necesita ser cuidado y utilizado correctamente para extraer de él música y afrontar correctamente las marcas del tiempo. Lo mismo pasa con nuestro cuerpo, que refleja a través de la voz, algunas veces con sutileza y en otras con gran evidencia, el estado y uso que de él hacemos. Recuerde que todo exceso trae consecuencias. Tan importante para la voz es su sonido, así como su silencio.