“Hay que mirar el tema con más humanidad”
Dr. Juan Carlos Díaz habla del año mediático de los trasplantes
Aunque la cantidad de órganos donados durante el 2003 no difiere mucho de las sumas alcanzadas en años anteriores e incluso es menor que la del 2000, los últimos meses el tema ha recibido una especial cobertura de los medios masivos, lo que responde en gran medida a los casos de hepatitis fulminante que afectaron a dos mujeres jóvenes, conmoviendo a la opinión pública.
Esta situación preocupa al doctor Juan Carlos Días, jefe de la Unidad de Trasplantes del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, centro asistencial que ha sido protagonista en esta materia. Pese a que reconoce la importancia de la difusión del tema y la sensibilización de la opinión pública, siente que a ratos el asunto ha sido tratado casi como un espectáculo.
Para el especialista este tipo de sobreexposición conmueve a la sociedad en forma momentánea y no genera el compromiso real y a largo plazo que se requiere. “Las cifras de donantes reflejaran la falta de compromiso que los chilenos tienen a este respecto, producto de la desinformación y la falta de solidaridad”, opina.
Los casos más emblemáticos fueron los de Macarena Silva, estudiante de 23 años, y Susana García (21), voluntaria de la IV Compañía de Bomberos de Quinta Normal, situaciones que estuvieron acompañadas de fuertes campañas comunicacionales para conseguir donantes de hígado que permitieran salvar sus vidas. Ambas sufrieron Hepatitis A fulminante y, a diferencia de otras personas para las que no se consiguió órganos compatibles o murieron mientras esperaban donantes, los casos de estas jóvenes tuvieron un desenlace feliz, gracias al trabajo que realizó el equipo liderado por el doctor Díaz.
En la actualidad más de mil personas esperan trasplantes de órganos en Chile y pese al revuelo generado por los medios de comunicación y a cruzadas solidarias, la situación no ha experimentado un gran cambio. El año 2000 se registraron 147 donantes de órganos sólidos, el 2001, la suma descendió a 127, en el 2002 a 116 y, en lo que va corrido del presente año los donantes llegan a 125, lo que ha significado la materialización de 293 trasplantes.
El doctor Díaz explica que además de lo complejo que resulta conseguir donantes, realizar los transplantes y lograr la compatibilidad, hay temas de fondo que hacen aún más difícil el problema, como son las connotaciones religiosas, culturales y sociales. De hecho, uno de los temas de avanzada son los Xenotrasplantes, es decir, la utilización de órganos no humanos (de animales), para ser utilizados en personas, área que se encuentra recién en un nivel experimental. “Creo que todo tiene un límite y el papel de los hombres no debe ser el intento por asemejarse a Dios. Hay cosas más factibles como el desarrollo de órganos bioartificiales que tienen estructura tecnológica e interfaz humana, aunque estas herramientas todavía no están lo suficientemente probadas”.
El médico señala que frente a esta delicada realidad, la excesiva cobertura mediática pone una cuota de presión extra e innecesaria a los equipos que trabajan realizando trasplantes. “Crean una fuerte expectativa en la opinión pública y están todos pendientes y esperando la recuperación inmediata de la persona, cuando en muchos casos la gravedad del paciente conlleva períodos de convalecencia muy largos. Pero si hay algo rescatable de todo esto es que la gente conversa más sobre la donación con sus familias”.
Según el profesional, las bajas cifras de donantes, se debe a la desinformación de las personas. “Ser donante efectivo se refiere a quien presenta muerte encefálica, pero que tiene corazón latiendo y respira con ventilador. Es una condición muy poco frecuente, de la que nadie se recupera, porque es un proceso irreversible y la medicina hoy es muy precisa en el diagnóstico. Sin embargo, muchas veces los familiares creen que si dan la autorizar están matando a la persona. De hecho, un 50 por ciento de los potenciales donantes no lo son, por negativa expresa de la familia”.
Otro aspecto que es fundamental para el doctor Díaz, es que la donación de órganos debe ser un acto voluntario, ya sea que el paciente haya manifestado su deseo en vida y éste sea corroborado por la familia, o bien que los parientes tomen la decisión.
Como jefe de la Unidad de Trasplantes del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, el doctor Díaz ha diseñado un programa que se divide en dos fases. “La primera de ellas consiste en fortalecer el transplante renal, cardíaco y de hígado. En la segunda fase, que estamos comenzando, trabajaremos en el transplante pulmón, corazón, páncreas e intestino delgado”. Para ello, todos los integrantes de su equipo se han preparado en forma especial en Europa, Estados Unidos y Chile.
El médico explica que una vez que se tiene un donante, lo más complicado es que los órganos estén en buenas condiciones. “Por ejemplo, en el caso del hígado, si una vez trasplantado el órgano falla, tenemos sólo 24 horas para encontrar otro que sea compatible”.
Frente a esta realidad, el doctor Díaz reconoce la importancia de la difusión que pueden hacer medios masivos, pero insiste en que el tema a ratos se ha desvirtuado y que un trasplante no puede ni debe ser tratado como un “reality show”. “La donación tiene que ser anónima, no puede ser parte de un espectáculo. A ratos pareciera que la prensa sólo se interesa porque esto vende. Si hasta me han propuesto filmar un trasplante y eso que esto no es nada nuevo, pero hay como una especie de boom en torno al tema. Creo que los trasplantes son algo de mucha importancia, que requiere de una maduración, y una mirada más madura y severa por parte de la sociedad, porque no puede ser tratado como una competencia entre centros asistenciales, por ver quien realiza más intervenciones, sino que el eje es y debe seguir siendo la mejoría de los pacientes. Por eso creo que la visión de los medios no es la correcta, pues se pierde el centro del problema”.
