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11 Mayo 2009

Protección y predisposición: la relación inversa entre cáncer y esquizofrenia

Investigadores españoles y estadounidenses demostraron que enfermedades tan disímiles como estas, tienen en común un grupo de genes ubicados en el brazo corto del cromosoma 8. Esto explica la existencia de ciertos factores que protegen de un tumor pero predisponen a enfermedades mentales.

La esquizofrenia y el cáncer tienen más en común de lo que podría parecer a primera vista. Pues así es. El profesor Rafael Tabarés-Seisdedos, del departamento de Medicina de la Universitat de València e investigador del CIBERSAM del ministerio de Ciencia e Innovación, de España y el profesor John Rubenstein, director del Nina Ireland laboratory of developmental neurobiology de la Universidad de California, San Francisco, de Estados Unidos lo acaban de demostrar en un trabajo publicado en “Molecular Psychiatry”.

Juntos han realizado un trabajo de revisión, además de diversos ensayos en ratones que constatan que en el brazo corto del cromosoma 8 se encuentra un número importante de genes que codifican proteínas que a su vez controlan la proliferación y la muerte celular. Estos genes pueden jugar un papel relevante en procesos normales como el desarrollo cerebral o la respuesta inmune, en patologías neuropsiquiátricas como esquizofrenia, autismo, enfermedad bipolar y depresión y neurodegenerativas como enfermedad de Parkinson y Alzheimer.

Las proteínas generadas también participan en el desarrollo de algunos tipos de cáncer. "Actualmente, existe evidencia epidemiológica muy sólida respecto a una menor incidencia de algunos tipos de cáncer, especialmente el de pulmón, en los pacientes esquizofrénicos y en sus familiares de primer grado en comparación con la población general, a pesar de que estos pacientes suelen ser grandes fumadores. Esta asociación negativa apunta a la existencia de los mismos factores genéticos que protegen para un proceso, pero predisponen para otro", señala el profesor Tabarés-Seisdedos.

El principal aporte de este trabajo al debate científico es, según los autores, el hecho de sugerir "una dimensión transversal que permita establecer conexiones biológicas entre enfermedades aparentemente distintas. Hay mucho en juego: el cáncer, el autismo o la esquizofrenia son enfermedades complejas con dramáticas consecuencias para todos los involucrados, de manera que cada avance en desentrañar los mecanismos de estas patologías, cada nuevo test diagnóstico o avance terapéutico tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de muchas personas", señala el profesor Tabarés-Seisdedos.

Ya que todavía quedan muchas dudas por resolver en este campo, las investigaciones deberían focalizarse en los procesos que probablemente representen un punto de convergencia molecular, no sólo entre la esquizofrenia, el autismo y otros trastornos neuropsiquiátricos, si no también con el cáncer.
El trabajo, que representa una fuente rica para el entendimiento de las conexiones entre distintas enfermedades que actualmente se consideran diferentes, fue financiado por el ministerio de Sanidad, el Instituto Carlos III y la Fundación Alicia Koplowitz.

Investigación precedente

En diciembre de 2007, científicos de Nottingham, Inglaterra, analizaron el “Riesgo de cáncer en pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar”.

Ante la situación empírica que mostraba contradicciones sobre la prevalencia de cáncer en personas con patologías neuropsiquiátricas respecto a la población general, los investigadores ingleses se propusieron determinar el riesgo de seis cánceres comunes en pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar.

Diseñaron un estudio poblacional, jerarquizado, de caso-control, en el que se analizaron 40.441 casos de incidentes de cáncer de pecho, colon, rectal, gastroesofágico, próstata y pulmonar, y hasta 5 controles por cada caso emparejados por edad, sexo, práctica general y tiempo.

Los resultados se ajustaron por índice de masa corporal, estatus socioeconómico, comorbilidades, medicamentos prescritos, incluyendo los antipsicóticos y el hábito de fumar. Luego de los ajustes, los pacientes con esquizofrenia tenían un 190% más de riesgo en cáncer de colon, un riesgo creciente marginal de cáncer de mama y un 47% menos de riesgo de cáncer pulmonar. Los pacientes con esquizofrenia bajo antipsicóticos tuvieron un riesgo creciente del 308% de cáncer de colon. Los pacientes con trastorno bipolar tenían riesgos de cáncer similares a los pacientes sin ninguna condición después del ajuste.

Las conclusiones de este estudio señalaron que los pacientes con esquizofrenia tienen un riesgo significativamente mayor de padecer cáncer de colon y un riesgo menor de padecer cáncer pulmonar, en comparación con los pacientes sin esquizofrenia, después del ajuste de factores de confusión. El riesgo creciente del cáncer de colon está marcado particularmente en pacientes con esquizofrenia bajo medicamentos antipsicóticos.

Dos expresiones distintas

Las personas esquizofrénicas a menudo parecen normales. Muchos fuman y algunos desarrollan su lado artístico con especial sensibilidad, pero su enfermedad implica un deterioro de sus capacidades en los ámbitos ocupacional, interpersonal y de sustento propio.

Esta patología se caracteriza por problemas de percepción, conducta afectiva y comunicación, incluyendo la conducta psicótica, que permanecen durante más de seis meses. Es un trastorno mental que dificulta establecer la diferencia entre experiencias reales e irreales, pensar de manera lógica, tener respuestas emocionales normales y comportarse normalmente en situaciones sociales.

Los factores genéticos parecen jugar un papel, ya que las personas que tienen miembros de la familia con esquizofrenia pueden ser más propensas a presentar la enfermedad.

Los estudios señalan que la esquizofrenia afectaría alrededor del 1% de la población en todo el mundo.

Por su parte, el cáncer es el resultado de una proliferación celular descontrolada, en donde crecen células nuevas que no son necesarias y las células envejecidas no mueren cuando deberían. Estas células adicionales pueden formar tumores, que de ser malignos invaden los tejidos cercanos o se desprenden y diseminan a otras partes del organismo, generando metástasis.

El cáncer se puede desarrollar en casi cualquier órgano o tejido, como el pulmón, el colon, la mama, la piel, los huesos o el tejido nervioso. Además, es multicausal, inducida muchas veces por hidrocarburos policíclicos, radiación, luz solar o tabaco.