Seguir viviendo en los demás
Donar órganos es donar vida. Así lo señala la campaña perenne que realiza la Corporación del transplante, institución privada sin fines de lucro fundada en 1990. A pesar de los esfuerzos desplegados por este organismo y el ministerio de Salud, el número de donantes efectivos ha disminuido cada año. El 2006 hubo 152 donantes, el 2007, 134 y el 2008, 116 y existen mil 818 pacientes en espera de un trasplante en Chile,
Legislación chilena
Hasta hoy, en Chile, cualquier persona, sin límite de edad, que no padezca sida, cáncer con metástasis o infecciones graves puede donar sus órganos. Sin embargo, los menores de 18 años y los incapaces legalmente deben contar con la autorización de sus padres o representante legal.
Los potenciales donantes pueden manifestar su voluntad al momento de sacar o renovar la licencia de conducir en cualquier municipalidad o cuando obtengan su cédula de identidad, en cualquier oficina del Registro Civil. También se puede declarar la intención de ser donante en una notaría, e incluso en un momento difícil como es internarse en un recinto hospitalario, ante el director o el delegado respectivo.
A pesar de todo, si una persona donante fallece, son los familiares quienes tienen la última palabra, según lo establece la ley número 19.451 o Ley del Trasplante, que data de 1996.
El primer milagro
Cuarenta y dos años han pasado desde que el doctor Fernando Morgado hablara con una inminente viuda sobre la remota posibilidad de salvar a su marido, con insuficiencia renal terminal y en coma urémico, mediante un transplante de riñón. La mujer aceptó, y en octubre de 1966, el hospital José Joaquín Aguirre fue el escenario de una proeza sin precedentes en el país. El paciente vivió algunos meses y pudo pasar esa navidad en su casa, pero falleció de una hemorragia digestiva por una hernia hiatal que los exámenes previos no descubrieron. El riñón transplantado no se había rechazado.
Traspasando vidas
El proceso de donación y transplante de órganos requiere de un donante y un receptor, pero no es nada de simple. Muchas personas no se declaran donantes por temor a que no se haga todo lo médicamente posible por salvarlos en caso de accidente o enfermedad grave, sin saber que sólo puede ser donante una persona que ingrese con daño cerebral grave a cualquier centro de urgencia, luego de que su muerte encefálica haya sido rigurosamente certificada por un especialista (neurólogo o neurocirujano).
Los pasos siguientes son dar aviso a un coordinador de la Corporación del Trasplante y solicitar la donación a la familia. Si la respuesta es positiva, comienza una carrera contra el tiempo. Los órganos a trasplantar deben preservarse y mantenerse mientras se coordinan los equipos médicos quirúrgicos, mientras al receptor se le administra el protocolo de inmunosupresión, para disminuir la posibilidad de un rechazo
En nuestro país, la Corporación Nacional de Transplante está a cargo de la cadena de obtención de órganos y tejidos, y ha logrado establecer una lista única de espera, administrada por estrictos criterios médicos y de equidad. También se ha encargado de difundir y analizar las estadísticas de donantes para mejorar la cantidad de donaciones efectivas.
La corporación coordina entonces el traslado de los médicos encargados de la extracción de los órganos y tejidos en cualquier punto del país y luego el traslado de éstos al hospital donde se realizará el trasplante. Los órganos se conservan a 4 grados de temperatura hasta el momento del trasplante.
En el proceso es esencial la ayuda de Carabineros de Chile, la Fuerza Aérea de Chile, además de las ambulancias, líneas aéreas, y otros servicios públicos y privados.
Si todo sale bien, hasta veintisiete personas tendrán la posibilidad de seguir viviendo gracias a la generosidad de uno. ¿Quién dijo que una persona no puede hacer la diferencia?
