El Mozart que descubrió el eritema nodoso
Durante la segunda mitad del siglo XVIII y el primer cuarto del XIX transcurrió el esplendor de la ópera, centrado en la irrepetible figura de Wolfgang Amadeus Mozart, considerado el máximo talento de la historia de la música.
Mozart nació en Salzburgo el 27 de enero de 1756, fue el último de siete hijos –cinco de los cuales murieron a temprana edad- y con su hermana Nannerl, algunos años mayor que él, el segundo de los sobrevivientes.
Ambos niños recibieron enseñanza musical de su padre Leopold, violinista respetado, autor de uno de los mejores métodos para la enseñanza de aquel instrumento y un buen compositor. Cuando se dio cuenta de los dotes musicales excepcionales en su hijo, decidió convertir al niño en lo que él siempre quiso ser: un genio.
Si bien la música de Leopold se encontraba fatalmente ensombrecida por el trabajo de su hijo Wolfgang, considerado en su tiempo como el “milagro de Dios que nació en Salzburg”, su nombre no ha pasado desapercibido.
El padre de Wolfgang Amadeus Mozart, además de músico genial, era dermatólogo aficionado y fue quien llegó a describir las manifestaciones de una enfermedad cutánea que padecía su hijo, casi medio siglo antes de que fuera catalogada por la ciencia.
Wolfgang, desde pequeño, fue un niño hiperactivo que sólo la fuerte disciplina de su padre consiguió su dedicación plena a la música. Durante su primer viaje sufrió una importante infección de garganta que le provocó un eritema nudoso. Leopold descubrió que el niño tenía en la piel "algunos puntos del tamaño de una moneda, muy rojos y ligeramente levantados y dolorosos al tacto".
“Durante la tarde del día 21 a eso de las siete de la tarde y cuando estábamos nuevamente con la emperatriz nuestro Wolferl no era el mismo de antes que llegáramos aquí. Al acostarse esa noche se quejó un buen rato sobre el dolor que sentía en su parte posterior y caderas. Cuando él entró en la cama, examiné los sitios donde él dijo que sentía dolor y encontré unas manchas tan grandes como un kreutzer [una pequeña moneda austriaca], muy rojas, ligeramente levantadas y dolorosas al tacto. Pero ellas estaban sobre sus espinillas, sobre ambos codos y unos cuantos sobre su trasero”.
Estas se transformaron en la primera descripción histórica del eritema nodoso, reconocida 46 años después por el dermatólogo inglés Robert William, profundizada posteriormente por Erasmus Wilson (amigo por Thomas Wakley, editor y fundador de la revista Lancet) y caracterizada clínicamente por el austriaco Ferdinand Ritter von Hebra.
El eritema nodoso es un síndrome plurietiológico caracterizado por la presencia de nódulos subcutáneos bilaterales eritematosos, dolorosos a la palpación que aparecen en las crestas tibiales y, en ocasiones, en otras partes del cuerpo como pie, nalgas o muslos, y superficies de extensión de antebrazos. Además, suele acompañarse de dolor articular en tobillos y rodillas, y otros síntomas sistémicos como dolor de cabeza o cansancio.
Pueden aparecer nódulos en las infecciones estreptocócicas, en la tuberculosis, en la sarcoidosis, en la sensibilidad a fármacos, en la colitis ulcerosa o en el embarazo.
Las causas de este síndrome, que todavía hoy se desconocen, hicieron pensar al médico de la familia Mozart, Johann Anton von Bernhard, que se trataba de escarlatina, enfermedad causada por una infección de la garganta con bacterias estreptocócicas beta hemolíticas del grupo A
"Muchos síntomas característicos de la escarlatina (como garganta roja y dolorida, o fiebre alta) no estaban presentes, y la forma y localización del exantema [lesiones cutáneas] no eran las típicas", explicó Caspar Franzen, del departamento de medicina interna de la Universidad de Regensburg y autor del artículo publicado en la revista Archives of Dermatology sobre el tema (Arch Dermatol. 2008 Aug;144(8):1049-1050).
Sin embargo, se trataba eritema nudoso que actualmente que representa una forma de hipersensibilidad. Se observa asociado a infecciones, entre ellas, por estreptococos del grupo b-hemolítico, lepra, histoplasmosis, tuberculosis, yersiniasis. También suele encontrarse en enfermedad de Crohn, enfermedad de Behçet, reacción a drogas como sulfas y anticonceptivos, pero la razón del por qué Mozart, desde muy niño, desarrolló esta enfermedad es todavía desconocida.
