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21 Julio 2008

Los ojos de la mente

La visión es nuestro sentido más fundamental. Si bien le confiamos “ciegamente” nuestra supervivencia, ¿es realmente tan fiable?

Nuestra visión desempeña un papel esencial en cada una de las actividades de la vida diaria a través de un trabajo de colaboración entre los ojos y el cerebro. Es tentador pensar que estos órganos funcionan como mini-cámaras que constantemente filman el mundo exterior. Es más, sería más apropiado compararlos a un cámara de televisión ubicada sobre un trípode asociado a un seguimiento automático, con auto-enfoque, mecánicamente ajustada para la intensidad de la luz, limpieza automática de lentes, y alimentada directamente un computador con avanzada capacidad de procesamiento, tanto que los ingenieros biomédicos apenas han comenzado a estudiar estrategias similares para el diseño de su hardware.

Bueno, la visión no es nada por el estilo. La visión perfecta del mundo es una ilusión creada por el cerebro después de haber desmenuzado las continuas aportaciones que recibe de los ojos. Para empezar, no vemos una escena de forma lineal. En lugar de ello, nuestros ojos parpadean constantemente hacia adelante y hacia atrás (movimientos rápidos e involuntarios conocidos como sacadas), escaneando escenas con todo detalle. A partir de este cambio constante de entradas, el órgano cerebral construye una imagen mental coherente a una escena.

Ahora sabemos que las neuronas cerebrales se especializan en el reconocimiento de determinados aspectos de una escena, como sus bordes, puntos o movimientos. Cada neurona tiene un "campo receptivo", una zona en torno a ella que es sensible a su estímulo favorito (como un detector adjunto a una luz de seguridad, capaz de localizar movimientos dentro de un área de terreno). Luego, en una tarea computacional de asombrosa complejidad, el cerebro integra todas estas señales para crear una impresión visual del mundo exterior.

Contrariamente a la creencia, incluso a la científica, las células cerebrales de la corteza visual primaria son extremadamente "inteligentes". Si bien la corteza frontal y parietal se les considera como las responsables de las decisiones que dirigen la mirada, la corteza visual primaria es mucho más que un filtro pasivo. Es un activo intérprete y creador de la visión, y es en donde las señales visuales son procesadas en primera instancia. La corteza visual primaria tiene una versión pixelada del mundo, destacando los bordes de los objetos y comparando la intensidad de la luz. Si pudiéramos ver lo que la corteza visual primaria "ve" antes de que pase la imagen a un mayor nivel de funcionamiento del cerebro, se vería como una imagen muy fragmentada.


Preste atención

Otra diferencia clave entre el sistema visual y una cámara es el fenómeno de atención. Es tal la cantidad de hechos y sucesos que pasan en el mundo que el cerebro tiene que filtrar la entrada innecesaria. Una forma de realizar esto es centrándose (o “atendiendo”) en una pequeña zona en un momento determinado. Aquí, la contribución de la retina es impresionante. Al traducir la luz en señales nerviosas, comienza el trabajo de extraer del medio ambiente lo que es útil, haciendo caso omiso de lo que es redundante.

No somos muy conscientes de ello, en parte debido que a nuestra visión periférica es sensible al movimiento, por lo que si algo digno de mención sucede allí nos concentraremos. Pero esto significa que “captamos” en menor medida una escena de lo que realmente podríamos imaginar.

Un buen ejemplo de ello es un estudio en el que a los voluntarios se les pidió ver una cinta de video de personas jugando al baloncesto. A todos, se les solicitó contar los pasos realizados por uno de los equipos. Luego se les preguntó si habían notado algo inusual. Finalmente, casi la mitad de los individuos no se había percatado de una mujer vestida con un traje de gorila que se detuvo frente a la cámara, golpeó su pecho y caminó hacia fuera.

Además, a diferencia de una cámara, que registra todo lo que ve, el cerebro puede concentrarse en una parte de una imagen, como cuando miramos fijamente a alguien a los ojos y hacemos caso omiso de sus otros rasgos faciales. Los científicos llaman a esto "atención visual".


Complementar

La otra gran diferencia entre el cerebro y una cámara es que el cerebro adivina bastante más. Cuando se encuentra con una información incompleta, tiende a llenar los vacíos, haciendo suposiciones sobre lo que debería ser y juntándolas con el resto de la entrada visual que está recibiendo.

Este “relleno” puede ser de utilidad. El sistema visual a menudo trata de extraer patrones. Por eso, cuando encuentra uno, pero con zonas vacías, se llena el espacio que faltaba, por lo que obtiene una visión coherente o lógica. Lamentablemente, a veces la conclusión es equivocada.

¿Podemos creer fielmente en nuestros ojos? No siempre.