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10 Diciembre 2007

Pobreza, trabajo y discapacidad, un desafío pendiente

En todo el mundo son muy pocas las personas discapacitadas que logran conseguir un trabajo digno. De hecho, se estima que el 80% de los que están en edad productiva, son desempleados, pues en el mercado laboral existe una gran brecha en las condiciones y tendencias relativas a las personas que tienen y que no tienen algún tipo de problema físico. Por ello, demasiado a menudo, las personas discapacitadas terminan recurriendo la mendicidad y al bienestar social para subsistir, lo que no hace más que alimentar el círculo de la pobreza.

La negación de las oportunidades y las actitudes negativas o prejuiciosas, son las principales razones por las cuales las personas con discapacidad están desproporcionadamente ausentes de la fuerza laboral.

Considerando la situación, este año el Día Internacional de las Personas con Discapacidad –celebrado en todo el mundo el 3 de diciembre- se centró en la forma de garantizar un trabajo digno para las personas con imposibilidades físicas o mentales y sobre las maneras de aprovechar sus capacidades y talentos.

El artículo 27 de la recientemente aprobada Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, busca que sus oportunidades de empleo tengan características de igualdad con respecto a los demás. Por ejemplo, hace hincapié en el derecho de las personas con discapacidad a ganarse la vida con un trabajo libremente elegido y ejercerlo en un ambiente que sea a la vez accesible y aceptable.

Muchos países no cuentan con leyes tendientes a promover y proteger los derechos de los trabajadores con discapacidad, lo que significa una discriminación a la legitimidad e igualdad de estas personas, obstaculizando su ingreso al mercado laboral.

Pero a menudo la discriminación comienza mucho antes, cuando a los discapacitados se les niega otras oportunidades que pudieran facilitar su inclusión en la fuerza de trabajo, como la educación o la formación profesional, la accesibilidad del transporte que les permita llegar hasta donde deban desempeñarse y lugares de trabajo también accesibles.

Por su parte, los empleadores se resisten a contratar personas discapacitadas, pues creen que no serán capaces de llevar a cabo su tarea y/o que ello terminaría por costarles mucho dinero. Esta actitud tiene una base relacionada con el miedo y el hecho de esteriotipar a individuos centrándose más en sus discapacidades que en sus talentos.

Sin embargo, existe evidencia científica que avala que las personas discapacitadas muestran excelentes niveles desempeño y un alto rendimiento, con tasas más de ausentismo laboral que el común de los trabajadores. Las investigaciones también han revelado que existen otros beneficios al emplear a personas discapacitadas, tales como el reforzamiento moral de la institución en su conjunto y la valorización de los clientes al ver preocupación del organismo por desarrollar su responsabilidad social.

Si existen planes para asegurar trabajos dignos a las personas discapacitadas, estos varían de país en país. Los grupos empresariales, los gobiernos y las personas con discapacidad deben trabajar en estrecha colaboración para hacer frente tanto a la falta de oportunidades que impiden a las personas con discapacidad entren en la fuerza de trabajo, como en cuanto a las actitudes encontradas entre los empleadores.

Para muchas personas con discapacidad en los países en desarrollo, trabajar de forma independiente es la única opción. Frente a esto, la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas han señalado que los países deben considerar formas de apoyo en este ámbito, tales como la inclusión de las personas con discapacidad en los planes de microcrédito y la microfinanciamiento, herramientas económicas que tradicionalmente han excluido las personas con discapacidad como posibles beneficiarios.

En los países más desarrollados, las personas con discapacidad aún enfrentan altas tasas de desempleo, por lo que las naciones deben continuar acortando la brecha entre quienes tienen estos problemas y quienes no.