La transformación digital dejó de ser una proyección futura para convertirse en un proceso en pleno desarrollo dentro del sector salud. Con la incorporación de inteligencia artificial, plataformas de teleatención y dispositivos conectados, la forma en que se diagnostica, se monitorea y se acompaña a los pacientes está experimentando un cambio profundo. Jimmy Venegas, decano académico de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), observa este proceso con claridad. "Las nuevas tecnologías están generando un impacto significativo en el sector salud, especialmente en hospitales, consultorios y quirófanos", asegura.

Estas herramientas no solo agilizan tareas internas, sino que permiten anticipar riesgos, mejorar la toma de decisiones y ofrecer un ecosistema sanitario más eficiente. Hoy, la inteligencia artificial puede predecir inasistencias, alertar sobre posibles cuadros de sepsis o detectar patrones clínicos que antes resultaban imperceptibles. Para Venegas, el impacto final es directo: "El verdadero beneficiado será el paciente, ya que estas tecnologías permiten optimizar procesos y enfocarse en lo realmente importante, que es su bienestar", afirma.

A este avance se suma la consolidación de la telemedicina, que tomó fuerza durante la pandemia y se mantiene como una alternativa que facilita el acceso, especialmente para quienes viven lejos de los centros de salud. Diversos estudios muestran que la consulta remota reduce tiempos y costos, mejora la continuidad del tratamiento y favorece la adherencia en personas con enfermedades crónicas. Paralelamente, dispositivos como relojes inteligentes, glucómetros o tensiómetros digitales permiten un monitoreo permanente que entrega información inmediata al equipo tratante.

Sin embargo, esta revolución tecnológica también transforma la relación médico–paciente. Gastón Cornejo, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de Unifranz, explica que la consulta ocurre en un escenario distinto. !Antes, los médicos eran la única fuente de información; ahora, los pacientes llegan con conocimientos previos obtenidos de internet o herramientas de IA", comenta. Este nuevo contexto exige fortalecer habilidades comunicacionales y adquirir competencias digitales para guiar a personas cada vez más involucradas en las decisiones sobre su salud.

La formación profesional también enfrenta nuevos desafíos. Venegas destaca que el aprendizaje continuo pasó a ser una condición indispensable en un entorno donde la tecnología evoluciona con rapidez. "El ‘aprender a aprender’ es clave. Antes, un título marcaba el fin de la formación; ahora, los profesionales deben mantenerse en constante capacitación!, recalca. Esto implica familiarizarse con el manejo de datos, comprender algoritmos y trabajar con equipos avanzados, desde sistemas de IA hasta robots quirúrgicos de alta precisión.