Producción local de hormona del crecimiento busca ampliar acceso
Estudiantes y docentes de Unifranz desarrollan una alternativa biotecnológica para producirla de forma accesible y segura, respondiendo a desafíos de salud.
Un equipo de estudiantes y docentes de Bioquímica y Farmacia lleva adelante un proyecto que podría facilitar el acceso a tratamientos con hormona del crecimiento humano (hGH), una sustancia clave en el desarrollo físico y el bienestar metabólico.
"Incide directamente en la estatura, pero también tiene funciones fundamentales en la regeneración celular y el metabolismo. Su estudio cobra especial relevancia en un país como Bolivia, con una de las estaturas promedio más bajas de Sudamérica", explica Marina Guarachi, docente y responsable académica de Unifranz.
La hormona del crecimiento, que se produce naturalmente en la glándula pituitaria, es esencial durante la infancia y la adolescencia. Sin embargo, en personas con déficit hormonal, su aplicación médica puede corregir problemas de desarrollo y mejorar diversos indicadores de salud. En adultos, bajo supervisión médica, también se ha observado un impacto positivo en la masa muscular, la densidad ósea y los niveles de colesterol.
No obstante, su uso sin control, con fines estéticos o deportivos, ha despertado preocupación entre especialistas. "Estos tratamientos deben realizarse solo con diagnóstico clínico claro, porque el exceso o mal uso puede traer consecuencias graves como hipertensión, problemas articulares o resistencia a la insulina", advierte Guarachi.
Frente a este escenario, estudiantes trabajan en una investigación denominada "Obtención de hormona del crecimiento a partir de Escherichia coli". La propuesta busca replicar en laboratorio académico la producción de hGH mediante ingeniería genética, una técnica ya utilizada por la industria farmacéutica.
"El proceso consiste en insertar el gen humano que codifica la hormona dentro de un plásmido, que luego se introduce en la bacteria. Así, E. coli funciona como una pequeña fábrica biológica", detalla Guarachi. La hormona producida es purificada utilizando métodos especializados que garantizan su calidad para potencial uso médico.
"El propósito de este proyecto no es solo académico, sino también social. Queremos formar profesionales capaces de aplicar la ciencia a problemas reales”, sostiene Guarachi. "La idea es que los estudiantes comprendan que la investigación no termina en el laboratorio, sino que debe servir a la comunidad".
