La obesidad precisa de estrategias preventivas y de educación
Invertir en educación nutricional puede reducir la obesidad al fomentar decisiones alimentarias informadas.
La obesidad y el sobrepeso se han convertido en desafíos alarmantes para la salud pública a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2025, aproximadamente el 25% de la población mundial padecerá obesidad y el 61% estará en sobrepeso. Estas cifras reflejan una crisis sanitaria que incrementa el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e hipertensión, además de generar un impacto significativo en los sistemas de salud pública.
El Atlas Mundial de la Obesidad 2025, elaborado por la Federación Mundial de la Obesidad, indica que el 32% de los adultos bolivianos la padece, lo que representa más de 3,5 millones de personas. Las proyecciones para 2030 estiman que 6,3 millones tendrán un índice de masa corporal (IMC) elevado, en un país con una población total de poco más de 11,3 millones de habitantes.
Al respecto, el doctor Gabriel Mendoza Castillo, docente en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, destaca que esta condición patológica predispone a otras enfermedades. "La obesidad también va a ocasionar el síndrome metabólico, un tipo de alteración sistémica, donde la acumulación de grasa trae como consecuencia hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia", explica. Esta interrelación de problemas de salud convierte la prevención y el tratamiento de la obesidad en un factor clave para evitar complicaciones más graves.
Por su parte, la docente de Bioquímica y Farmacia, Leslie Vidaurre, enfatiza que la prevención del sobrepeso y la obesidad requiere una combinación de hábitos individuales saludables, políticas públicas efectivas y educación nutricional constante. "Un entorno alimentario favorable implica un acceso fácil y accesible a alimentos frescos y nutritivos, así como políticas que promuevan el consumo responsable de alimentos", señala. Además, destaca que la educación nutricional empodera a las personas en la toma de decisiones saludables, reduciendo así los índices de obesidad.
Vidaurre resalta la importancia de enseñar a la población la lectura de etiquetas nutricionales y la preparación de comidas saludables. También subraya la necesidad de reducir el consumo excesivo de calorías a través de estrategias como el uso de platos más pequeños y la atención a las señales de saciedad.
Ante este panorama, expertos coinciden en que la lucha contra la obesidad requiere un enfoque integral que involucre a la sociedad en su conjunto. Las políticas de salud, la educación y el acceso a alimentos saludables juegan un papel fundamental en la prevención.
