La importancia del PAP en la detección temprana del cáncer
Pese a ser una prueba simple y eficaz para prevenir el cáncer de cuello uterino, muchas mujeres lo evitan por vergüenza, falta de información o barreras culturales.
En Bolivia, esta afección sigue siendo una causa importante de muerte entre mujeres en edad fértil, a pesar de que puede prevenirse con un examen tan accesible como el Papanicolaou (PAP). Según datos de la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad cobra más de 350.000 vidas al año en todo el mundo, concentrándose especialmente en países con recursos limitados.
Respecto a Bolivia, alrededor del 14 % de las mujeres accede de forma regular a esta prueba, una cifra muy baja en comparación con otros países de la región. Es por ello que, con el fin de comprender por qué ocurre esto, un grupo de estudiantes de enfermería de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), realizó un estudio con 40 mujeres entre 20 y 45 años. Su investigación, premiada en las Jornadas de Investigación de la universidad, reveló que el desconocimiento, el miedo y los prejuicios culturales son barreras persistentes.
Según Wendy Riveros, una de las autoras del trabajo, "muchas mujeres no saben quiénes deben hacerse la prueba ni comprenden por qué es importante", Además, según explica Dina Sonco, otra integrante del equipo, "la vergüenza al momento del examen, el temor al resultado y la desconfianza cuando el personal de salud es masculino", dificultan aún más la realización del PAP.
También se identificó un factor que muchas veces pasa desapercibido: la falta de apoyo familiar o de la pareja. Algunas mujeres, relatan las investigadoras, enfrentan rechazo por parte de su entorno para hacerse el examen, lo que agrega una barrera extra.
Además, la vida laboral y familiar juega un papel, ya que muchas de las entrevistadas trabajan largas jornadas, tienen responsabilidades domésticas y no pueden acudir a los centros de salud en horarios convencionales. Para ellas, el examen no sólo es un tema sanitario, sino logístico.
Frente a estas dificultades, las estudiantes proponen varias soluciones centradas en la educación y la accesibilidad. Recomiendan campañas comunitarias con un lenguaje claro y amigable, lideradas por personas de los mismos barrios, capacitación del personal sanitario para brindar atención empática e inclusión de hombres en los esfuerzos de sensibilización para que apoyen el control.
También sugieren crear jornadas móviles de salud, extender los horarios de atención y asegurar espacios donde las mujeres puedan hacerse el examen con confianza, sin sentirse juzgadas.
"Queremos que las mujeres entiendan que hacerse el Papanicolaou no es motivo de vergüenza, sino un acto de autocuidado y amor propio”, enfatizaron las estudiantes.