El mal de altura, conocido localmente como sorojchi, sigue siendo una afección frecuente tanto en turistas como en habitantes de regiones andinas. Frente a esta realidad, estudiantes del octavo semestre de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) diseñaron Sorojchi Muña, un granulado natural elaborado a partir de la muña, planta tradicionalmente utilizada en la medicina andina.

El proyecto fue impulsado por siete futuros bioquímicos: Freddy Blanco, Omar Chura, Yasenia Jiménez, Bryan Mamani, Verónica Tambo, Rayder Venegas y Deymar Colque, quienes identificaron la necesidad de una alternativa accesible y de origen natural para mitigar los síntomas asociados a la hipoxia propia de las grandes alturas.

El sorojchi afecta a un alto porcentaje de personas que ascienden rápidamente a ciudades como La Paz y otras zonas del altiplano boliviano, provocando malestares como dolor de cabeza, náuseas, fatiga y trastornos digestivos. Según los estudiantes, esta condición no solo impacta a visitantes extranjeros, sino también a personas que se desplazan con frecuencia entre regiones de distinta altitud.

El desarrollo del producto se basó en un proceso metodológico riguroso que integró revisión bibliográfica, selección de la planta y aplicación de tecnología farmacéutica.

Uno de los focos principales del proyecto fue el estudio fitoquímico de la muña (Minthostachys mollis), reconocida por sus propiedades digestivas, respiratorias y analgésicas. "La muña contiene metabolitos como pulegona, mentona y eucaliptol, distribuidos de manera que permiten aliviar los distintos síntomas que presenta una persona con mal de altura", señala Rayder Venegas, del equipo de desarrolladores.

El proceso de elaboración incluyó distintas etapas técnicas orientadas a asegurar la calidad del producto final. "Trabajamos desde la selección de la planta hasta el secado, la extracción hidroalcohólica, la preparación del granulado y el tamizado, aplicando procedimientos propios de la tecnología farmacéutica”, explica Venegas.

Tras varios meses de trabajo, el equipo logró obtener un producto funcional que cumplió con los objetivos planteados, aunque reconocen que aún existen aspectos susceptibles de perfeccionamiento. "Estamos conformes con los resultados alcanzados, aunque sabemos que hay limitaciones que queremos mejorar en futuras etapas", comenta Venegas.

Sorojchi Muña forma parte de los proyectos integradores que promueve Unifranz, iniciativas que buscan articular conocimientos de distintas áreas y acercar a los estudiantes a problemáticas reales. En este proceso fue clave el acompañamiento del docente Cervando Christian Gutiérrez Foronda, quien orientó el desarrollo del proyecto y las pruebas fitoquímicas necesarias.