Dolor crónico establecido como patología
Esta enfermedad genera restricciones sociales y laborales, alteraciones cognitivas, emocionales y conductuales, con el consiguiente empeoramiento en la calidad de vida de los afectados
El dolor es una experiencia sensorial desagradable asociada a un daño real o potencial, como resultado de una interacción entre estímulos físicos y el procesamiento del sistema nervioso central.
La denominación crónica fue establecida como afección según la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) que comenzó a regir en 2020, clasificando el dolor crónico primario y síndromes de dolor crónico secundario.
Existen dos tipos de dolor: agudo y crónico. El primero aparece en respuesta a una enfermedad, lesión o inflamación y en la mayoría de los casos, se quita con tratamiento. Mientras que, el segundo, se mantiene en el tiempo y no desaparece.
Esta patología tiene síntomas físicos, anímicos, psicológicos y conductuales propios, y que producen al paciente diferentes grados variables de deterioro funcional: alteraciones del sueño, del ánimo, depresión, pérdida de la calidad de vida, ausentismo laboral e incluso la jubilación anticipada.
“Aproximadamente tres millones y medios de Bolivianos sufren dolor crónico y 190 millones de personas en Latinoamérica. Siendo un problema de salud pública debemos dedicarle investigación y hacer una gestión para controlarla”, comenta el doctor Marco Antonio Narváez, presidente electo de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor.
Una terapia adecuada para esta enfermedad es necesaria desarrollarla entre el equipo médico y el paciente. Lo anterior, “porque la participación del paciente en la terapia es fundamental para el éxito. El manejo interdisciplinario es la mejor respuesta para esta patología”, asegura el especialista. En este plan quedan definidos claramente los objetivo, que deben ser graduales, con tiempo establecido para definir los objetivos, establecer las terapias que se utilizarán y los controles a seguir.
Los tratamientos que existen para el dolor crónico son: analgésicos, antidepresivos, anticonvulsivantes, medicación tópica, ansiolíticos, anticonvulsivantes y kinesiología.
