Comer equilibradamente asegura salud y bienestar
Una alimentación balanceada, sin excesos y acompañada de actividad física, es esencial para prevenir enfermedades y disfrutar de los sabores tradicionales sin ponernos en riesgo.
Bolivia es conocida por su rica y variada gastronomía. No obstante, detrás de tanta tradición culinaria se esconde un desafío para la salud pública: aprender a disfrutar de estos alimentos sin caer en excesos que puedan afectar el bienestar físico.
"La comida puede ser sabrosa sin dejar de ser saludable. No es el plato típico el que daña, sino la forma y frecuencia con la que lo consumimos", explica la nutrióloga Marie Paulette Étienne Morales, docente de la carrera de Medicina en la Universidad Franz Tamayo.
Según la especialista en nutrición y trastornos alimentarios, uno de los principales errores es la combinación excesiva de carbohidratos en una sola comida. Es común ver platos que mezclan arroz, papa, fideo, pan y yuca, lo que eleva el índice glicémico y favorece el desarrollo de sobrepeso, obesidad y enfermedades metabólicas.
"Nuestro cuerpo funciona con ATP, una molécula esencial que actúa como energía. Pero, así como no se llena un tanque de gasolina más allá de su capacidad, tampoco deberíamos saturar nuestro organismo con más alimentos de los que realmente necesita”, advierte Étienne.
La falta de una rutina alimentaria clara también contribuye al problema. En lugar de las cinco comidas recomendadas al día, muchas personas llegan a ingerir hasta ocho, sin un control adecuado.
A este patrón se suman creencias culturales arraigadas que asocian el cuerpo voluminoso con salud y bienestar, una percepción que hoy se sabe equivocada. La evidencia actual señala que el exceso de peso está vinculado a enfermedades como la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer.
"Reeducar a las personas en sus hábitos alimenticios no es fácil. Muchos saben que deben cambiar, pero no logran establecer una rutina. Cambiar implica organizar horarios, regular porciones y evitar excesos", sostiene Étienne.
Una de las consecuencias más graves es la hipercolesterolemia. Mientras el HDL protege al organismo, el LDL puede acumularse en las arterias, provocando bloqueos e infartos.
"Las grasas saturadas que se encuentran en los alimentos fritos, snacks y papas son especialmente dañinas. Y si además se utilizan aceites reutilizados, como ocurre en muchos puestos callejeros, el impacto en la salud se multiplica", advierte.
Como alternativas, recomienda incorporar grasas saludables como el aceite de oliva y la palta. "Aunque no es común en nuestra dieta, el aceite de oliva debería ser parte de nuestras ensaladas por sus efectos beneficiosos para el corazón". También destaca la importancia del yogur por su capacidad para fortalecer la microbiota intestinal y reforzar el sistema inmunológico.
Además, recuerda que la salud no solo depende de lo que comemos, sino también de cuánto nos movemos. "No necesitas un gimnasio. Puedes hacer ejercicios en casa, 10 minutos al día. Lo importante es tener voluntad y compromiso con uno mismo", enfatiza.
La experta concluye con un mensaje claro: "El cuerpo humano es una máquina maravillosa, pero necesita el combustible adecuado en la cantidad justa. El secreto está en el equilibrio: en lo que comemos, en cómo lo comemos y en cómo cuidamos nuestro cuerpo. Esa es la verdadera receta para una vida sana”.
