El láser de holmio permite realizar enucleación prostática con una técnica quirúrgica mínimamente invasiva y versátil, indicada para quienes padecen hiperplasia prostática benigna. 

Este procedimiento permite reproducir la cirugía abierta sin incisión, logrando extraer y analizar el tejido. A diferencia de la cirugía abierta -que genera una herida con riesgo entre 10% a 15% de trasfusión e ingresos hospitalarios cercanos a una semana- el láser holmio permite alcanzar los mismos resultados, pero con una hospitalización de uno a dos días, sin herida y con mínimo riesgo de trasfusiones.

“Al paciente con anestesia regional, se procede a insertar un instrumento a través de la uretra para poder observar la parte interna de la próstata. Se hace una disección del adenoma sobre la cápsula, permitiendo retirar todo el tejido que está obstruyendo el flujo de la orina. Posteriormente, lo extraído se tritura y se elimina mediante un aspirador”, explica el doctor Hugo de la Rosa Barrera, urólogo méxicano de Clínica del Sur ubicado en la ciudad de la Paz.

Dentro de las ventajas de este procedimiento se contempla: el corto tiempo de intervención (aproximadamente dos horas), reducción del sangrado, minimización de complicaciones durante la operación, estancia postoperatoria de 24 horas y reincorporación inmediata a la vida activa.