Características del cáncer de vejiga
El diagnóstico se realiza a través de una cistoscopia, que permite inspeccionar el órgano por su interior y tomar biopsias de cualquier lesión sospechosa.
Según las estimaciones realizadas por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan), de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) y datos producidos por registros de cáncer de base poblacional, en Bolivia por cada 100.000 habitantes, 0,93% es afectado por cáncer de vejiga.
“El síntoma más frecuente en esta enfermedad es el sangrado al orinar, llamado hematuria, que puede ser completamente indolora, o asociada a síntomas irritativos como ardor o una necesidad urgente de orinar. Estos indicios pueden ser intermitentes y muchas veces parecidos a condiciones benignas, por eso es muy importante la consulta”, explica el doctor Álvaro Farfán, urólogo de Urocentro.
En estadios iniciales, el tratamiento es curativo y consiste en la extirpación de la lesión mediante cistoscopio o resección transuretral. Tras el análisis del material extraído, se determinará si es necesario administrar instilaciones endovesicales de fármacos quimioterápicos o inmunoterápicos para evitar las recurrencias. En tumores infiltrantes, la terapia de elección es la cistectomía radical (extirpación completa de vejiga y próstata, en el caso de los hombres). La cirugía mínimamente invasiva permite tanto la cistectomía robótica como la sustitución por una vejiga nueva hecha de intestino.
Dentro de los factores de riesgo, el tabaquismo está dentro de los principales, pudiendo triplicar la incidencia. Además, la exposición a ciertos químicos industriales, como las aminas aromáticas, contaminación del agua con arsénico e irritación crónica de la vejiga pueden asociarse a este tumor.
“Una buena ingesta diaria de agua puede disminuir el riesgo en casi la mitad, ya que al aumentar la frecuencia en que se vacía la vejiga, evitando que diversos químicos se acumulen en ella”, concluye el especialista.
