Avances en el control de miomas uterinos
Se estima que 30% de mujeres adultas desarrollarán este cuadro en su vida, producido por el crecimiento anormal de las células del músculo liso del útero.
Son tumores benignos que se desarrollan con tamaños y formas variadas, afectando generalmente a mujeres sobre los 30 años. La mayoría son asintomáticos, sin embargo, dependiendo de su ubicación, cantidad y medida pueden producir aumento del flujo menstrual, sangrados anormales, dolor pelviano y aumento del volumen abdominal, incapacidad de aguantar la orina, dificultad para eliminar deposiciones e incluso infertilidad.
Para su diagnóstico se suele realizar una ecografía transvaginal o pélvica. Algunas veces, se utiliza una resonancia magnética de la pelvis. Y para descartar posible cáncer, es necesario realizar una biopsia endometrial o laparoscopía.
“Existen un par de variables para definir el tratamiento, cuando no presenta síntomas, la recomendación es que solo debe ser controlado con regularidad. Si siente dolor severo y el mioma se encuentra dentro de la cavidad uterina, la indicación es una resección quirúrgica. En el caso de que la paciente quiera preservar su capacidad fértil, el tratamiento tendrá por finalidad una cirugía conservadora extirpando únicamente el o los miomas”, explica Jorge la Fuente, ginecólogo de Clínica los Andes.
Cuando se conserva el útero luego de la intervención, “existe una posibilidad de que reaparezcan nuevamente los quistes, debido a que el tejido que tiende a producir, lo realizará nuevamente”.
Respecto a todo lo anterior “el mensaje es que se realicen sus controles anuales con su papanicolaou y ecografía para prevenir el riesgo de su aparición y futuras complicaciones. Además, si presenta malestar persistente, abundante flujo y periodos irregulares, deben acudir a su médico para descartar cualquier condición”.
