La formación odontológica contemporánea exige un equilibrio entre el conocimiento teórico y la experiencia práctica. En la Clínica Odontológica de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), "ese vínculo se concreta mediante un modelo de aprendizaje activo", Así lo explica su coordindora, doctora Adriana Arze.

El contacto temprano con personas favorece el desarrollo de competencias técnicas, pero también de habilidades esenciales en el ejercicio odontológico. Según Arze, "cuanto antes los estudiantes comiencen a interactuar con pacientes, más seguros estarán al enfrentar situaciones clínicas reales. Los errores, cuando ocurren, se transforman en oportunidades de aprendizaje guiado, fortaleciendo su confianza y juicio clínico”.

La metodología empleada por la casa de estudios combina supervisión docente, retroalimentación continua y uso de tecnología diagnóstica avanzada. El espacio cuenta con sistemas de radiografía digital y cámaras intraorales que permiten una observación detallada de las estructuras orales y una planificación más precisa de los tratamientos. Estas herramientas no solo optimizan la atención, sino que familiarizan a los futuros profesionales con los estándares tecnológicos actuales de la práctica odontológica.

Además del componente técnico, la experiencia busca formar criterios clínicos sólidos y promover la empatía como competencia profesional. El manejo del dolor, la ansiedad o el miedo del paciente se aborda como parte del proceso formativo, permitiendo que los estudiantes comprendan la dimensión humana de este acto.

"La odontología requiere precisión y sensibilidad a partes iguales", señala Arze. De este modo, la clínica funciona como un laboratorio formativo integral, donde el aprendizaje se produce en tiempo real y en condiciones que replican la práctica profesional.