Adicción a videojuegos y su repercusión
La incapacidad de dejar de jugar en internet o con una consola, desatender amistades o trabajo por esa causa por más de un año son algunos síntomas de una nueva afección mental.
En mayo de 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó la adicción a los videojuegos como una patología oficial dentro del grupo de desórdenes mentales, la cual forma parte de la undécima Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (ICD-11, por su sigla en inglés).
Fue elaborada con datos de más de 90 países y, a diferencia de antiguas versiones, es exclusivamente digital e incluye novedades en materia de medicina tradicional y salud sexual.
Según cifras señaladas en el último informe, este nuevo trastorno tendría una prevalencia que oscila entre 1% de la población y hasta el 50% en Asia, de ahí la importancia de sumarlo dentro de su listado de patologías preocupantes a nivel mental.
El cuadro se manifiesta a través de conductas como el deterioro sobre el control del juego, la prioridad y agrado que se le da frente a otras actividades y el hecho de permanecer jugando pese a la presencia de consecuencias negativas. El patrón de juego puede ser continuo, esporádico o recurrente y tendría como resultado sensación de angustia y deterioro en el ámbito personal, familiar y social.
Los expertos aclaran que los síntomas deben presentarse por un mínimo de 12 meses para poder brindar un diagnóstico, periodo puede acortarse en casos donde estos sean graves y estén todos presentes.
La ICD, que es utilizada por los profesionales de la salud para estandarizar su labor, codifica 1,6 millones de casos clínicos y es la primera revisión de la lista en 30 años, por lo que la anterior pertenece a un tiempo en el que este trastorno apenas existía.
