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13 Septiembre 2021

Dr. Félix Loza Chacón:

“Un paciente con hipertensión arterial padecerá diabetes y viceversa”

Incentivar el auto cuidado y los controles preventivos son aspectos relevantes para el especialista, sin embargo, es necesario implementar políticas públicas estrictas para revertir la prevalencia de estas patologías.

La hipertensión arterial (HTA) es una de las enfermedades no transmisibles más recurrentes. Según datos de la Organización Mundial de la Salud del presente año, afecta entre un 20% a 40% de la población adulta en la región de las Américas y alrededor de 250 millones de personas padecen de presión alta.

Una comorbilidad altamente latente, es la diabetes mellitus (DM). Un informe publicado por el Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS) en 2017, mostró que su incidencia era de 6.6%, esto quiere decir que 362.000 personas vivirían con la enfermedad. 

Pese a contar con tratamiento preventivo, la mortalidad cardiovascular es un 33% más prevalente en los diabéticos.

“Un tío que era médico, me regaló unas láminas de Netter del corazón cuando yo tenía siete años y desde ese momento comenzó a llamar mi atención y fascinación a lo que yo llamaba el aparato del corazón”, comenta el doctor Félix Loza Chacón, médico internista formado en la Universidad Mayor de San Andrés y especialista en cardiología del Hospital de Clínicas.

- Doctor, ¿a qué se debe la alta incidencia de hipertensión?

Siendo una enfermedad multifactorial su padecimiento se resume en tres conceptos: herencia, siendo el principal factor de su causa; edad, ya que esta patología termina siendo parte del curso evolutivo del envejecimiento, provocando aumento en la rigidez del tono vascular y junto con eso se estima que a partir de los 50 años casi la mitad de la población la presenta y al término de la vida un 90%; y dieta, el gusto por comer delicioso, con mucha condimentación y sal, tiene un impacto trascendental en el desarrollo de esta afección y otras comorbilidades.

- ¿Cuál es su prevalencia a nivel global y, específicamente en nuestro país?

Entre un 27% a 32% de algunas sociedades la padecen, en Europa donde la pirámide poblacional se ha invertido habiendo más ancianos que jóvenes y niños, llega incluso hasta el 50%. 

En Bolivia se come barato y delicioso por lo que esta enfermedad prevalece en las ciudades del eje troncal como Cochabamba y Santa Cruz. En el hueco de la ciudad de La Paz se estima que el 19% de los habitantes presentan esta afección y en El Alto paradójicamente entre 13% a 14% también. Es decir, a mayor altura aparentemente existe menos incidencia y esto ha sido validado por una cantidad de estudios a finales de los años noventa y principios del 2000.

- ¿Cómo se puede hacer frente a este enemigo que, muchas veces, no presenta síntomas?

Existen políticas públicas estatales que se encuentran bien encaminadas en algunos países, como, por ejemplo, Chile, en donde se tiene determinado a través de una legislación vigente, restricciones como, que el pan contenga menos sodio, que se retire el salero de la mesa del restaurant y sea entregado cuando solicite, porque hay gente que no necesita probar la comida, le agrega este condimento antes, entre otras.

Entonces, se necesita implementar estamentos estrictos que permitan tratar este mal, porque cuando empieza a dar problemas, generalmente ya es muy tarde. 

Es necesario establecer campañas educativas y un punto que quiero mencionar es que desde hace mucho tiempo hemos planteado que exista un control del adulto sano, permitiendo que un par de veces al año se disponga un día libre para acudir al médico, exclusivamente para ver sus factores de riesgo y chequear la presión arterial.

- Se reconoce la importancia de la prevención desde temprana edad, ¿qué medidas sanitarias se deben adoptar?

La población infantil ha mostrado un cambio epidemiológico brutal, existe una mayor incidencia de niños con obesidad y sobrepeso, y en relación a eso me gustaría destacar a un médico colombiano que decía con mucha asertividad: “se debería quitar una hora de computación y agregarla a educación física en los colegios”. Es necesario fomentar la rutina de deporte, incrementar la cantidad de áreas verdes, ya que la población más vulnerable será el ciudadano del mañana y es justo que tenga la posibilidad de evitar este problema.

- Una comorbilidad es la diabetes, ¿cuál es el vínculo entre ambas?

Existe una relación reciproca de una con la otra. Si me permite una analogía lúdica, el cubo de Rubik posee caras distintas y en el centro, una matriz que permite armar el rompecabezas, al igual que en nuestro organismo y se llama resistencia a la insulina. ¿Qué tienen en común?, si se desbalancea el núcleo comienzan problemas en la regulación del azúcar, hipertensión arterial, colesterol, triglicérido, obesidad, poliquistosis ovárica, infertilidad secundaria e incluso enfermedades cutáneas. El paciente que posee HTA tarde o temprano va a padecer diabetes y viceversa.

- ¿Qué cuidados debe seguir la persona hipertensa/diabética?

Es una bomba de tiempo compleja, porque debe existir una restricción en la ingesta calórica y de sal. Se debe comer sin ambas y es necesario implementar una particular actividad física y elementos específicos para caminar, ya que uno de los grandes inconvenientes de la segunda afección es que comienza a tener mala percepción del dolor por neuropatía autonómica y pierde sensibilidad. Produciéndose con facilidad heridas y terminando en un posible pie diabético, necrosis y amputación, por lo que la indumentaria y el autocontrol es fundamental.

- ¿Cómo es la adherencia al tratamiento de estas?

Como enfermedades individuales es realmente mala y en conjunto peor. Con relación a la HTA, el 50% de los afectados sabe que la padece y apenas dos cuartas partes de ese porcentaje recibe terapia y realiza sus controles necesarios.

Las personas tienen mitos sobre ambas condiciones, además de no estar dispuestos a ceder hábitos para mejorar su salud y por eso es por lo que sucede lo anterior.

- ¿Y cuáles son las complicaciones más graves si no se controlan?

Los pacientes asocian la muerte a lo peor que puede suceder, sin embargo, hay algo aún más complicado que es padecer hipertensión y hacer un accidente cerebro vascular, consciente de los acontecimientos, pero convirtiéndose en discapacitado con secuelas de por vida, como, ceguera, imposibilidad de hablar, parálisis de una parte del cuerpo. Y el riesgo de insuficiencia cardiaca se multiplica por ocho cuando hay presencia de resistencia a la insulina u otras comorbilidades asociadas.

- Según el atlas publicado por la Federación Internacional de la Diabetes en 2019, la incidencia seguirá en aumento. ¿Cuáles son los desafíos que esta realidad plantea a la medicina?

Tenemos muchos retos en agenda, no existen políticas estatales serias de salud y con el COVID-19 ha servido como escaparate para ver que las personas más susceptibles a enfermarse son quienes padecen estas patologías. Además, hago hincapié en la educación sanitaria que debiese instaurarse. 

La hipertensión está a la orden del día y la diabetes va a probablemente quintuplicase aumentando los costos hospitalarios de la sociedad civil. 

- Por último, ¿qué tratamientos innovadores se vislumbran?

Diré algo muy personal, mi país no vive en el 2021, se ha estancado en la década del 70, todavía estamos practicando medicina de la “época disco”, no estamos en la vanguardia, evidentemente tenemos conocimientos de la enorme cantidad de productos como los inhibidores de la SGLT2, específicos de la renina o receptores de la angiotensina 1. Hay esperanza que a futuro mejoren, lo que le damos es lo que tenemos, no lo que necesitan.

Por Camila Gutiérrez P.