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Desde hace varios años, la evidencia clínica avala el consumo de alimentos con probióticos para fortalecer el sistema inmunológico y así regenerar la microbiota intestinal. 

Sin perjuicio de lo anterior, recientemente, estos microorganismos también se están utilizando como complemento en la terapia de diversas patologías. Por ejemplo, en colon irritable, hígado graso e incluso caries.

La doctora Ana María Agar, inmunóloga de Clínica Alemana, cuenta con más de 30 años de experiencia, hecho que la ha posicionado como una reconocida especialista en inmunología y alergias. En entrevista con SAVALnet detalló sobre las nuevas indicaciones de estos microorganismos y explicó que, si bien históricamente se han conocido algunos efectos positivos asociados a su consumo, cada vez surge más evidencia clínica respecto a sus beneficios.

“En los últimos años ha habido una explosión de publicaciones científicas respecto a los distintos usos de los probióticos. Se están utilizando para cosas muy interesantes, incluso en depresión, dislipidemias y algunos tipos de cáncer. Creo que escucharemos hablar mucho de los probióticos en el futuro”.

- Doctora, ¿qué rol cumplen los probióticos en la salud y cómo modulan la microbiota intestinal?

Lo primero que se debe esclarecer es que no todas las cepas de estos microorganismos cumplen las mismas funciones, por lo que es importante asesorarse para saber qué tipo de probióticos puede apoyar el tratamiento de una determinada enfermedad. Actúan a nivel del tubo digestivo estabilizando la composición de las bacterias allí presentes e incrementando la resistencia del organismo frente a los patógenos, mejorando las defensas. 

En cuanto a su impacto en la microbiota, los probióticos tienen la capacidad de influir en los microbios que colonizan el cuerpo y ejercer efectos a medida que viajan a través de las regiones menos colonizadas del tracto gastrointestinal, y utilizar mecanismos similares a los nuestros para mejorar la salud.

- ¿De qué forma afecta el uso de antibióticos a la microbiota?

Cuando existe uso y abuso de este tipo de medicamentos, se genera daño a la microbiota, lo que finalmente provoca un estado de disbiosis. Por esto mismo, no es raro que, debido a una infección a nivel respiratorio, sumado a no proteger la comunidad bacteriana gastrointestinal o genital, el paciente desarrolle cuadros de diarrea u hongos vaginales. Por lo tanto, las personas que están con indicación de antibióticos debiesen protegerse con probióticos de cepas específicas.

- ¿Qué tan diferente es la microbiota del paciente obeso y de qué manera son los probióticos un aporte en estos casos?

El síndrome metabólico se caracteriza por estar asociado a un estado proinflamatorio que es favorecido, entre otros aspectos, por el consumo de alimentos altos en azúcares y grasas saturadas. Sumado a esto, existe evidencia que la microbiota de pacientes obesos -que suelen consumir alimentos “chatarra”- versus quienes llevan una dieta mediterránea, poseen una microbiota distinta. Por lo tanto, modular la inflamación a través de los probióticos es una vía que se está evaluando y validando cada vez más, sobre todo en temas de hígado graso. Lo mismo para el sobrecrecimiento bacteriano, donde se ha visto que el azúcar produce a nivel intestinal la aparición de hongos como cándida, lo cual también podría controlase mediante el uso de cepas específicas.

- Estudios sugieren que estos microorganismos se están utilizando en áreas diversas de la medicina…

Claro que sí, una de ellas tiene que ver con un eje que cada día toma más fuerza, que es el intestino-cerebro, en el que se ha visto que a nivel intestinal tras la ingesta de alimentos, se liberan ciertos neurotransmisores que van directo al cerebro, influyendo en el estado de ánimo. Los pacientes con depresión tienen una inmunidad más baja, lo que favorece la aparición de infecciones y por ende se enferman más. También hay trabajos muy interesantes sobre depresión postparto y uso de probióticos. Incluso estudios de cepas que podrían servir en alzhéimer. Probablemente, muy pronto, habrá una revolución de la psiquiatría en torno al uso de probióticos. Sin duda es algo que veremos en el futuro cercano.

Otra área en la que son un fuerte apoyo es en las alergias, tema cada vez más frecuente en Chile, en donde los probióticos han entrado a jugar un rol determinante. Y es que una de las formas de prevenirlas es por medio del fortalecimiento del sistema inmunológico, lo que se puede lograr mediante el uso de microorganismos. En esta misma línea, también se ha demostrado que el consumo de alimentos con probióticos contribuye a la disminución de los síntomas de dermatitis atópica, retrasando su manifestación por varios años.

Por último, también quisiera recalcar el tremendo aporte que están demostrando en pacientes con cáncer. Los probióticos estimulan el sistema inmune, y una de las células que resultan fortalecidas son las natural killer, que son parte de la inmunidad innata , que de cierto modo es la primera barrera de defensa a nivel de piel y mucosa y que, al ser estimulada por estas bacterias, mejora su función defensiva, haciendo más difícil el ingreso de patógenos. Además se fortalece el proceso de inmunovigilancia de tumores. Esto es solo un acercamiento de lo que hoy está ocurriendo, y como podemos ver, el rol de los probióticos es bastante más grande de lo que se piensa.

- Usted participó en una publicación que evaluó el impacto sobre la microbiota que tiene el parto vaginal versus la cesárea…

En general, lo que se ha visto es que el recién nacido que pasa por el canal de parto adquiere lactobacilos beneficiosos que se encuentran en la vagina de la madre, los cuales son muy importantes para la maduración del sistema inmunológico. En cambio, el niño que nace por cesárea no lo hace, sino que obtiene bacterias dañinas que están en la piel de la madre o en el ambiente. Por otro lado, también es importante la alimentación. Cuando la madre, a través de la leche transfiere anticuerpos y proteínas al bebé, le traspasa bifidobacterias, las que protegen al recién nacido de las infecciones. Por eso se espera que la lactancia dure, al menos, seis meses. Esas bifidobacterias no solo tienen un rol inmunológico, pues si ese hijo proviene de padres alérgicos, esto podría estabilizar al menor. 

Existe un estudio interesante que se realizó en Finlandia, donde se demostró que a las madres que se les administró probióticos durante el embarazo, y después al niño, tenían menos dermatitis atópica que aquellos que fueron alimentados con fórmula o que nacieron por cesárea. También se ha visto que la suministración de probióticos, sobretodo antes de los dos años de vida, puede modular el sistema inmunológico de bebés prematuros o de aquellos con madres sin muy buena leche. En ambos casos son excelentes candidatos a inmunopotenciar.

- ¿Cuál es el futuro de los probióticos?

Desde 1999 que vengo estudiando este tema; me interesé por la aparición en el mercado de una bebida láctea. Me conseguí todos los papers y de cierto modo los he visto crecer como quien ve crecer a un niño. Hoy existe un número de publicaciones impresionante, y es sorprendente la cantidad de áreas donde se está viendo el aporte de los probióticos. Si bien en el futuro tengo certeza que seguirán evidenciándose los beneficios para las distintas ramas de la medicina, creo que la misión actual es educar en mayor profundidad a los otros especialistas sobre la importancia de estudiarlos y considerarlos a la hora de indicar tratamientos, sobre todo cuando se utilizan antibióticos.

Por María Ignacia Meyerholz L.