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30 Junio 2025

Dra. María Paz Corvalán Barros:

“La persona que fuma un cigarrillo al día ya es adicta”

El fumador promedio consume alrededor de 10 al día y más del 50% se inicia antes de los 18 años. Identificar el hábito en fases tempranas es clave para intervenir antes de la cronificación.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco provoca más de ocho millones de muertes cada año, de las cuales más de siete millones son consumidores directos y alrededor de 1,3 millones son fumadores pasivos. Si bien se ha logrado una reducción significativa del consumo en los últimos años, sigue liderando las tasas de tabaquismo en América Latina. 

Bajo el contexto de la conmemoración del Día Mundial sin Tabaco, María Paz Corvalán, médica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en salud pública de la Universidad de Chile, quien se ha especializado en el tratamiento de la dependencia a la nicotina como Tobacco Treatment Specialist certificada por la Mayo Clinic, comparte su experiencia.

- Desde el punto de vista neurobiológico, ¿qué hace tan adictiva a la nicotina?

Es una de las sustancias más dependientes que existen, y esto se explica por la velocidad e intensidad con que actúa en el cerebro. Cuando una persona fuma, esta ingresa al torrente sanguíneo a través de los pulmones y llega al cerebro en 10 segundos. Esa rapidez es clave, porque produce un efecto casi inmediato en el centro del placer, lo que genera una descarga intensa de dopamina.

Al mismo tiempo, estimula la liberación de noradrenalina, lo que mejora la atención, memoria y ánimo. El cerebro no solo se siente relajado y satisfecho, sino también más alerta y enfocado.

Como tiene un efecto pasajero y el cerebro no recibe esas descargas durante la noche, se desencadena un mecanismo de compensación. Se empiezan a producir más receptores nicotínicos, que son proteínas en la superficie de las neuronas diseñadas para captar esa sustancia. De cierto modo, el cerebro reclama la nicotina y se prepara para recibirla al día siguiente. Es por esto que muchas personas adictas despiertan con un deseo muy intenso de fumar, porque su sistema nervioso se ha preparado toda la noche esperando esa dosis.

A diferencia de otras sustancias como el alcohol o los opioides, que también generan placer, pero mediante mecanismos distintos, esta se caracteriza por su rapidez, por actuar sobre varios sistemas al mismo tiempo y por modificar directamente la densidad de receptores neuronales. Todo esto hace que sea una droga altamente adictiva incluso a bajos niveles.

- ¿A partir de qué punto una persona es adicta?

Al fumar un cigarrillo al día, ya se puede considerar como tal. El cerebro depende de esa dosis mínima y diaria. No se necesita consumir grandes cantidades para que el circuito cerebral del placer quede condicionado. Y en ese sentido, el tabaquismo es particularmente insidioso: muchas personas no perciben su nivel de dependencia hasta que intentan dejarlo.

- Respecto al tratamiento, ¿cuál es el rol del bupropión y qué ventajas tiene frente a otras terapias?

Es un medicamento que originalmente fue desarrollado como antidepresivo, pero que ha demostrado ser muy eficaz en el tratamiento de la dependencia de la nicotina. Su principal mecanismo de acción consiste en inhibir la recaptación de dopamina y noradrenalina, dos neurotransmisores clave en el circuito de recompensa del cerebro. Esto significa que, al aumentar sus niveles disponibles en el sistema nervioso, simula algunos de los efectos que produce la nicotina, como el placer, la reducción del estrés, la mejora del ánimo y de la atención. Esta propiedad permite que el cerebro no extrañe tanto la nicotina, facilitando así el proceso de cesación.

Una de sus grandes ventajas es su accesibilidad económica. Además, cumple múltiples funciones terapéuticas, como ayudar a dejar de fumar y actuar como antidepresivo y ansiolítico.

Otro beneficio por destacar es que ayuda a controlar el aumento de peso que a veces se produce durante el proceso de cesación. Aunque suele ser leve, para algunas personas es un factor de preocupación que incluso llevaría a abandonar el tratamiento. Al reducir ese riesgo, mejora la adherencia.

Un efecto que muchos pacientes valoran, y que no siempre se menciona, es que el medicamento puede beneficiar el deseo sexual. Esto es particularmente importante porque otros fármacos, incluidos algunos antidepresivos tradicionales, pueden tener efectos negativos sobre la libido.

- Más allá del enfoque farmacológico, ¿qué determina el éxito o fracaso en la cesación tabáquica?

La motivación es clave. Mucha gente cree que necesita fuerza de voluntad, pero lo esencial es tener ganas reales de dejar de fumar. El apoyo familiar también es fundamental. Y por supuesto, asistir a los controles.

- ¿Qué desafíos representan los cigarrillos electrónicos?

Son muy dañinos. Son la puerta de entrada al tabaquismo para muchos adolescentes, quienes creen erróneamente que son menos peligrosos. La nicotina que contienen los vuelve adictos, y cuando el costo del dispositivo es alto, recurren a cigarrillos comunes, cayendo en un consumo mixto, que es aún más perjudicial. Además, contienen aditivos como saborizantes que pueden causar daño pulmonar, inmunológico, cardiovascular e incluso genético. Casos como lo ocurrido en Estados Unidos con la epidemia de EVALI (lesiones pulmonares severas asociadas al uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo) lo dejaron en evidencia.

Por María Ignacia Meyerholz