Dr. Guillermo Rivera Arroyo:
"El SARS-CoV-2 puede generar efectos neurológicos persistentes"
Las complicaciones producidas por el virus son diversas y, a veces, persisten tiempo después de que los pacientes se recuperen de su infección inicial.
Al inicio de la pandemia se dijo que la COVID-19 es una enfermedad respiratoria y su alcance se ha extendido mucho más allá de los pulmones: neurólogos y psiquiatras han visto que la patología puede afectar incluso al cerebro.
El psiquiatra Guillermo Rivera, jefe del Departamento de Psiquiatría del Hospital Japonés de Santa Cruz de la Sierra indica la existencia de estudios que afirman que el virus entraría por la mucosa olfatoria provocando un estado de latencia en algunas personas atacando al cerebro".
Rivera forma parte de un grupo de estudio internacional que abarca 30 países. El consorcio investiga a una cohorte longitudinal de individuos caracterizando las secuelas neurológicas y neuropsiquiátricas de las lesiones virales directas, inmunes, vasculares o neurodegenerativas aceleradas en el sistema nervioso central (SNC) provocadas por el SARS-CoV-2. Según sostienen, incluso en los casos leves puede causar confusión, delirio, somnolencia, mala función cognitiva e intensos dolores de cabeza. En los casos más graves, los pacientes han sufrido complicaciones como accidentes cerebrovasculares.
"Se ha planteado que independiente si el paciente haya padecido este virus de forma grave o leve en un futuro pudiese reactivarse y dañar la materia gris. Algunos investigadores alertan que, en un par de años, se puede generar una epidemia de alzhéimer por los daños que el SARS-CoV-2 pudiese estar produciendo", comenta el docente investigador de la Universidad de Santa Cruz de la Sierra.
- El SARS-CoV-2 ha presentado complicaciones neurológicas…
Es algo que se preveía. En los estudios hemos visto que este virus puede introducirse al cerebro y provocar daño. Por ejemplo, enfermedades como la neumonía estreptocócica puede generar una reacción inmunitaria contra la bacteria, ya que el organismo ataca al cerebro y los pacientes pueden desarrollar trastornos del movimiento y otros signos de carácter psiquiátrico. Esto es producido por el mimetismo molecular.
- Posterior a la recuperación de los síntomas se evidencia la conocida niebla mental persistente, ¿cómo se pueden evaluar estas alteraciones?
No hay respuestas únicas, ya que es un proceso que se encuentra en desarrollo. Investigaciones más concretas -como las de la Universidad de Oxford aplicada a más de 700 pacientes mayores de 50 años- han demostrado, mediante resonancias magnéticas realizadas antes y después de la pandemia, que el cerebro puede disminuir su materia gris entre un 0,2% a 2% produciéndose mayormente daño en las regiones que controlan las emociones y memoria.
Lo anterior, explica el por qué se producen complicaciones para tomar decisiones y concentrarse.
Otro estudio de la Universidad de Cambridge que también evaluó personas entre 50 y 70 años concluyó que algunos casos que presentaron niebla mental perdieron hasta 10 puntos en coeficiente intelectual.
- ¿Qué dice la evidencia con respecto a la neurodegeneración?
Hay muchas teorías. Un trabajo de la Universidad de Columbia realizado a un grupo pequeño de pacientes que habían fallecido a causa de la enfermedad remarcó la presencia de cambios moleculares muy similares a personas que habían padecido enfermedad de Alzheimer. La explicación eran los receptores de rianodina que se encontraron defectuosos en pulmones, corazón y cerebro.
No podemos hacer afirmaciones tajantes. Sin embargo, debemos recordar que virus parecidos han traído problemas neurodegenerativos a largo plazo, como la esclerosis, párkinson y demencia. Con el tiempo podremos saber si la COVID-19 va a dejar secuelas definitivas.
- ¿De qué manera pudiésemos modular inmunológicamente para favorecer una respuesta adecuada que no dañe el cuerpo?
Un estudio reciente expone que actuar a nivel de los receptores de rianodina, con un fármaco que se ha ido desarrollando y que se utiliza para las enfermedades musculares a personas con niebla mental, ha dado resultados positivos. Si bien es algo provisorio, va a necesitar más investigación.
Recomiendo enfocarnos en la prevención primaria. Es necesario que las personas afectadas mantengan un estilo de vida saludable, actividad física e intelectual continuada, alimentación sana, presión arterial correcta, higiene del sueño, evitar sustancias tóxicas y socializar. La interacción con otras personas es un tema importante, sobre todo en los adultos mayores, ya sea porque sus amistades han fallecido o simplemente tienen miedo de juntarse con otros lo que produce un daño mayor.
Por Camila Gutiérrez P.
