SAVALnet BO

Las terapias contra enfermedades transmisibles, así como la disminución de las tasas de fertilidad, natalidad y mortalidad son condiciones que han aumentado la esperanza de vida de la población a nivel global.

Según el estudio "Geriatras en Chile: historia, brechas y desafíos", realizado 2021, en la década de los 50 los mayores de 65 años eran cercanos a los 128 millones de personas a nivel mundial. En 2020, la cifra ascendió a 728 y se estima que se eleve a 2.500 en 2100.

Considerando la elevada tasa de envejecimiento, es relevante conocer el estado de la geriatría en los países. Frente a esta realidad, el geriatra y gerontólogo de Clínica Las Condes (Santiago - Chile), Carlos García, explica que la solución no es formar más geriatras, “sino expandir el conocimiento básico de la especialidad hacia otras áreas de la medicina, para que a nosotros llegue el paciente que realmente lo necesita, idealmente sobre los 80 años”.

Además, señala que "al realizar trabajo en equipo, podemos ayudar a que los pacientes alcancen un envejecimiento activo o exitoso y cumplir con las necesidades de atención que esta población requiere".

- ¿Qué se entiende por este concepto?

Se refiere a que cada persona llegue a su máxima potencialidad de vida en las mejores condiciones posibles. Para lograrlo, se deben evitar las adicciones, principalmente, tabaco y alcohol. Esto debe ir, necesariamente, acompañado de actividad física que se debe inculcar desde la infancia, porque así se crean hábitos. Existe evidencia científica de que quienes han recibido mayor educación, cursan un envejecimiento más exitoso.

También se debe considerar una alimentación del tipo mediterránea, que incluye fruta, verdura, aceites vegetales y pescado, dejando de lado los productos ultra procesados y evitando las carnes rojas.  Lo que buscamos es que el paciente mantenga un índice de masa corporal adecuado para todas las edades.

- La fragilidad es una condicionante asociada a personas de mayor edad...

Esto se relaciona con más posibilidades de enfermarse y tener menos fuerza física que, como tal, comienza a disminuir muy temprano. Esto, porque nos desarrollamos hasta los 25 años aproximadamente, de ahí, necesariamente, empezamos a vivir una especie de decaimiento físico. Es tan leve y sutil, que no tiene mucha importancia hasta alrededor de los 65 años. En ese momento, un porcentaje importante de la población experimenta una baja en cuanto a su fortaleza física, psicológica y mental. Ese es el primer indicio de fragilidad. El segundo quiebre se produce a los 80.

- ¿Cómo se da la continuidad hacia la geriatría?

Los pediatras debiesen tener noción del concepto de envejecimiento exitoso. Para nosotros, ellos son muy importantes, porque ciertos hábitos en la primera infancia se mantienen durante la vida.

Por ejemplo, los ginecólogos desempeñan un papel fundamental como médicos de cabecera para muchas mujeres. Tienen la capacidad de que lograr una edad senil exitosa, implica guiar a sus pacientes con pautas de acciones específicas. Es esencial que esta conciencia y seguimiento se mantengan constante hasta los 75-80 años. A partir de esa etapa, sería beneficioso derivar a los geriatras, ya que estamos más capacitados para abordar las complejidades del envejecimiento y garantizar una atención adaptada a las necesidades de las personas mayores. Es una especialidad que requiere de mucha vocación, de hacer seguimiento y dar apoyo a las familias al final de la vida.

- ¿ Cuáles son los desafíos a enfrentar?

La Sociedad de Geriatría ha hecho un esfuerzo por llevar la especialidad hacia los médicos familiares, generales e internistas, lo cual me parece una excelente opción. Porque los geriatras tenemos que hacernos cargo de los adultos de más de 80 años con signos de fragilidad y multimorbilidad. Si somos capaces de traspasar ese conocimiento, indudablemente mejoraremos.

Por María Ignacia Meyerholz