¿Son efectivos los procedimientos invasivos para el dolor crónico?
A la fecha, no existen revisiones sistemáticas sobre las pruebas que avalen la seguridad y eficacia de métodos invasivos versus intervenciones simuladas en el manejo de afecciones crónicas.
Muchos tipos de métodos invasivos se comercializan y utilizan sin contar con una evidencia sólida proveniente de estudios con diseños rigurosos que incluyan la asignación aleatoria, la ocultación de la asignación o los controles con placebo. En ausencia de estos controles para las fuentes comunes de sesgo, los estudios sobre procedimientos invasivos pueden estar dando una falsa impresión de su verdadera eficacia.
El objetivo de esta revisión sistemática fue evaluar las pruebas sobre la seguridad y eficacia de los procedimientos invasivos para reducir el dolor crónico, y mejorar la función y calidad de vida relacionada con la salud, en comparación con intervenciones simuladas (placebo). Los estudios se identificaron mediante la búsqueda en múltiples bases de datos electrónicas, examinando listas de referencias y mediante la comunicación con expertos. Se seleccionaron los ensayos controlados aleatorios que compararon los métodos invasivos con intervenciones idénticas pero simuladas, para las afecciones crónicas. Tres autores extrajeron y describieron de forma independiente las características del estudio y evaluaron el riesgo de sesgo. Se combinaron dos subconjuntos de datos sobre el dolor de espalda y de rodilla, respectivamente, mediante el metanálisis de efectos aleatorios. La calidad general de la literatura se evaluó a través del sistema GRADE (Grading of Recommendations, Assessment, Development, and Evaluation).
Se incluyeron 25 estudios (2.000 participantes) que evaluaron la superioridad de los procedimientos invasivos sobre los simulados. Las afecciones incluyeron lumbago (N = 7 estudios), artritis (4), angina (4), dolor abdominal (3), endometriosis (3), cólico biliar (2) y migraña (2). Trece ensayos (52%) informaron una ocultación adecuada de la asignación. Catorce ensayos (56%) informaron sobre eventos adversos. De estos estudios, el riesgo de cualquier evento fue significativamente mayor para los procedimientos invasivos (12%) que para los simulados. En los dos subgrupos del metanálisis, la diferencia de medias estandarizada para la reducción del dolor lumbar en siete estudios (N = 445) fue de 0,18 (IC del 95%: -0,14 a 0,51; p = 0,26; I2 = 62%), y para el dolor de rodilla en tres estudios (N = 496) fue de 0,04 (IC del 95%: -0,11 a 0,19; p = 0,63; I2 = 36%). Finalmente, se observó que la contribución relativa de la mejoría dentro del grupo de tratamientos simulados representó el 87% del efecto comparado con el manejo activo en todas las enfermedades.
En conclusión, existen pocas pruebas acerca de la eficacia específica más allá de la simulación para los métodos invasivos en el dolor crónico. Una cantidad moderada de pruebas no apoya la superioridad de procedimientos invasivos sobre las intervenciones simuladas para los pacientes con estas complicaciones en espalda o rodilla. Dados sus altos costos y preocupaciones de seguridad, se requieren estudios más rigurosos antes de que los tratamientos invasivos se utilicen rutinariamente en individuos con afecciones crónicas.
