Enfermedades respiratorias
Probióticos protegen a los niños de las alergias
Los autores encontraron que la administración de probióticos en la vida temprana puede reducir la IgE total y proteger contra la sensibilización atópica.
Los probióticos pueden reducir el riesgo de atopia y asma en niños. Sin embargo, los resultados de los ensayos clínicos han sido contradictorios, y algunos de ellos pueden no haber tenido el suficiente poder metodológico.
Docentes del Hospital de Niños de Pittsburgh, en Estados Unidos, realizaron un meta-análisis de ensayos aleatorios controlados con placebo para evaluar los efectos de los suplementos con probióticos sobre la sensibilización atópica y la prevención del asma y sibilancias en los niños. Se utilizaron modelos de efectos aleatorios para calcular las estimaciones de riesgo, construir un meta-regresión y examinar la eficacia de estos alimentos.
Los probióticos fueron eficaces en la reducción de la inmunoglobulina E (IgE) (reducción media: -7,59 U/mL [intervalo de confianza del 95% (IC): -14,96 a -0,22], P = 0,044). La meta-regresión mostró que la disminución de la IgE fue más pronunciada cuando se llevó a cabo un seguimiento más prolongado. También redujeron significativamente el riesgo de sensibilización atópica cuando fueron administrado antes de nacer (riesgo relativo: 0,88 [IC del 95%: 0,78 a 0,99], P = 0,035 para un resultado positivo en la prueba cutánea y/o elevadas concentraciones de IgE específica a alergenos comunes) y después del nacimiento (riesgo relativo: 0,86 [IC 95%: 0,75-0,98], P = 0,027 para un resultado positivo en la prueba de pinchazo en la piel). La administración de Lactobacillus acidophilus, en comparación con otras cepas, se vinculó a un mayor peligro de sensibilización atópica (P = 0,002). Los probióticos no redujeron de forma significativa el asma o las sibilancias (riesgo relativo: 0,96 [IC del 95%: 0,85 a 1,07]).
Finalmente, la administración prenatal de probióticos o durante los primeros años de vida reduce el riesgo de sensibilización atópica y disminuye el nivel de IgE total en los niños, aunque no puede reducir el peligro de asma y sibilancias. Los tiempos seguimiento modificaron significativamente estos efectos. Los futuros ensayos para la prevención del asma deberían seleccionar cuidadosamente la cepa probiótica y considerar un seguimiento más prolongado.
