Luz artificial altera la sincronización entre ciclo menstrual y ritmos lunares
Esta alineación, evidente antes de 2010, se ha perdido con la creciente contaminación lumínica nocturna, lo que plantea implicancias en la salud reproductiva femenina.
La relación entre los ciclos biológicos humanos y los ritmos astronómicos ha sido un tema de interés desde hace décadas. En particular, la posible sincronización entre el ciclo menstrual y los ritmos lunares ha generado controversia en la literatura científica. Estudios previos señalaron cierta asociación entre la menstruación y los ciclos lunares, especialmente en mujeres con periodos de aproximadamente 29,5 días. Sin embargo, investigaciones más recientes, realizadas con aplicaciones móviles, no encontraron evidencias consistentes, lo que ha puesto en duda la influencia lunar sobre la biología reproductiva humana.
El estudio encabezado por la profesora Charlotte Helfrich Förster, de la Universidad Julius-Maximilians de Würzburg, Alemania, en colaboración con investigadores de Italia, Reino Unido, Israel y EE. UU., tuvo como objetivo evaluar si los ciclos menstruales presentan sincronización con los diferentes ciclos lunares (sinódico, anómalo y tropical), y analizar cómo factores modernos como la exposición a luz artificial pueden haber modificado este vínculo.
Se realizó un análisis observacional longitudinal que incluyó 176 registros menstruales de mujeres que no utilizaban anticonceptivos orales. Los datos abarcaron entre 2 y 37 años de seguimiento (media: 6 años), con edades de inicio promedio de 25,9 años. Del total de registros, 60 correspondieron al siglo pasado, 111 a este siglo y 5 abarcaron ambos periodos. La mayoría de las participantes provenían de Italia (86), Alemania (66), otros países europeos (9), Israel (10) y Norteamérica (5).
Los resultados mostraron que antes de 2010 existía una sincronización clara con la luna, particularmente con las fases de luna llena y nueva. Después de esa fecha, la sincronía se perdió en la población, coincidiendo con un mayor uso de luz artificial durante la noche. Aun así, se detectaron momentos específicos de mayor influencia gravitacional en los que la coincidencia con las fases lunares seguía presente, especialmente en torno a la luna llena y nueva (p<0,05). También se observó que la sincronización era más probable en mujeres con ciclos de 26 a 30 días, mientras que la exposición a contaminación lumínica se relacionó con la pérdida de esta asociación.
En resumen, este estudio demuestra que el ciclo menstrual humano puede funcionar como un oscilador circalunar, con capacidad de sincronizarse a distintos ritmos lunares. Sin embargo, la exposición creciente a la luz artificial nocturna ha debilitado de manera significativa esta alineación, que en tiempos pasados pudo haber estado más estrechamente vinculada a la reproducción y la fertilidad. La sincronía persiste de forma parcial en condiciones de menor contaminación lumínica o en momentos de mayor influencia gravitacional, pero tiende a perderse en la era moderna. Estos hallazgos son relevantes no solo para comprender la fisiología y regulación endocrina de la mujer, sino también para reflexionar sobre cómo los cambios ambientales y sociales impactan la salud reproductiva, aportando un marco de interés para futuras investigaciones clínicas sobre ritmos circadianos y reproductivos.
Fuente bibliográfica
Synchronization of women’s menstruation with the Moon has decreased but remains detectable when gravitational pull is strong
Helfrich-Förster C, et al.
DOI: 10.1126/sciadv.adw4096
