JAMA
Implicaciones del uso terapéutico del cannabis y sus derivados
Aunque se observan beneficios en condiciones específicas como la anorexia asociada al VIH y las náuseas por quimioterapia, la evidencia sobre la mayoría de las aplicaciones médicas sigue siendo insuficiente.
En el panorama actual de la medicina, el uso terapéutico del cannabis y sus derivados ha ganado una atención considerable, impulsado por un creciente número de adultos que lo utilizan con fines médicos. Sin embargo, la comprensión clínica sobre su eficacia, seguridad y consideraciones de dosificación aún presenta brechas significativas.
El objetivo de este artículo de revisión, liderado por el Dr. Michael Hsu de la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles, EE. UU., fue sintetizar la evidencia actual sobre el uso terapéutico de cannabis y cannabinoides en adultos, sus riesgos potenciales y las guías clínicas basadas en la evidencia para informar la toma de decisiones.
Se realizó una revisión exhaustiva de la literatura publicada en PubMed entre enero de 2010 y septiembre de 2025. Se priorizó la inclusión de estudios en inglés, específicamente ensayos clínicos aleatorizados, metaanálisis, revisiones sistemáticas y guías clínicas, sumando un total de 124 estudios relevantes.
Los resultados revelan que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) ha aprobado cannabinoides para condiciones específicas como la anorexia asociada al VIH/SIDA, las náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia y ciertos trastornos convulsivos pediátricos (síndromes de Lennox-Gastaut, Dravet y esclerosis tuberosa).
Un metaanálisis reportó una reducción pequeña pero significativa en las náuseas y vómitos (-0,29; IC 95%: -0,39 a -0,18) y un efecto moderado en el aumento de peso en pacientes con VIH/SIDA (0,57; IC 95%: 0,22 a 0,92). Para las convulsiones pediátricas, el cannabidiol mostró un efecto moderado en la reducción de la frecuencia de las crisis (-0,50; IC 95%: -0,62 a -0,38). Sin embargo, la evidencia es insuficiente para la mayoría de las demás indicaciones médicas, incluyendo dolor crónico no oncológico e insomnio, donde los efectos observados fueron pequeños o de baja certeza.
Los problemas de salud asociados incluyen un mayor riesgo de síntomas psicóticos (12,4% frente a 7,1%) y trastorno de ansiedad generalizada (19,1% frente a 11,6%) con el uso de cannabis de alta potencia. El uso diario de cannabis inhalado se asoció con un riesgo incrementado de enfermedad coronaria (2% frente a 0,9%). Además, el 29% de los usuarios de cannabis medicinal cumplieron criterios para el trastorno por consumo de cannabis. Los productos no regulados presentan riesgos de contaminación por metales pesados y pesticidas.
En conclusión, la evidencia actual es insuficiente para respaldar el uso de cannabis o cannabinoides en la mayoría de las indicaciones médicas. Es fundamental que los profesionales de la salud brinden orientación clara y basada en la evidencia, discutiendo los beneficios frente a los riesgos, e implementen estrategias de reducción de daños como evitar el cannabis de alta potencia, optar por modalidades de consumo que eviten la inhalación y realizar cribado de comorbilidades psiquiátricas y cardiovasculares, así como posibles interacciones farmacológicas.
Fuente bibliográfica
Therapeutic Use of Cannabis and Cannabinoids: A Review
Hsu M, et al.
DOI: 10.1001/jama.2025.19433